Agitprop en Capitol Hill
Ali Amar
La primera andanada llegó con una crónica titulada “Nuestros amigos del desierto” publicada el 6 de diciembre (2010) por The Hill, una gaceta muy influyente en los temas relacionados con el Capitolio. Esta está firmada por David Keene, presidente de la Unión Conservadora Americana (ACU), la organización más poderosa de la derecha americana.
Keene defendía a capa y espada las tesis del Polisario, hasta el punto de afirmar que el movimiento de Mohamed Abdelaziz es… proamericano y que los refugiados de los campos de Tinduf “viven bajo una constitución escrita única en los países musulmanes que garantiza el derecho al voto y la igualdad entre hombres y mujeres”.
El ‘compromiso’ de Keene con la causa saharaui no es altruista: es un lobbista profesional
La prensa argelina exprimió el artículo de Keene hasta la última gota y por supuesto fue traducido y difundido en numerosas páginas de internet coordinadas por saharauis independentistas que no han pérdida ni una oportunidad para señalar la estatura política del autor. En cambio, lo que no se ha dicho es que el ‘compromiso’ de Keene con la causa saharaui no es altruista. Como muchos otros políticos en Washington, Keene es un lobbista profesional. ¿Su especialidad? El ‘pay for play’ (pagar por jugar) junto al departamento Carmen Group, una práctica lucrativa para aquellos que alquilan sus plumas a empresas, a grupos de presión o a gobiernos.
Es más: en su entorno, Keene tiene una reputación bastante polémica: se le reprocha su ambigüedad cuando se trata de defender la línea política de su movimiento o la de sus clientes, de no manifestar su adhesión a Carmen Group cuando escribe artículos para The Hill cuando esta publicación recibe importantes contribuciones publicitarias del mismo Carmen Group. Un editorial vitriólico de la National Review describe las tergiversaciones de David Keene en función de los intereses, a veces contradictorios, que defiende.
Una primicia del periódico Politico demuestra que David Keene, bajo bandera de la ACU, saca tajada de sus crónicas semanales publicadas en The Hill. Una carta confidencial enviada a la empresa FedEx para convencerla de aceptar una oferta de ‘lobby’ lo demuestra negro sobre el blanco. La carta expone la práctica de ciertos grupos políticos de tomar posiciones no por razones de puro principio, como podrían pensar sus miembros y afiliados, sino sobre todo porque un patrocinador desembolsa los fondos necesarios. De hecho, en este caso, FedEx rechazó la propuesta y Keene se pasó al bando de su competidor UPS…
Keene dirige una campaña contra las energías renovables; por ello recibe dinero de ‘petrogobiernos’
David Keene niega haber sido pagado por el artículo que echa flores al Polisario o de haber recibido “específicamente” un encargo de Argelia para defender los intereses de los independentistas. Una respuesta ambigua para este experto en ambivalencia que se ha encargado del tema argelino en Carmen Group en 2006. Su misión, entre otras, como lo había revelado el Washington Post, era la de “aportar un soporte mediático a los intereses de Argelia y de sus objetivos políticos”. Como gestor asociado de Carmen Group, Keene aspiraba a crear un “caucus” o bancada argelina en el seno del Congreso y estar disponible para consultas telefónicas por petición del embajador de Argelia en Washington.
The Townhall revela también que “David Keene fue invitado a viajar a Argelia ―y en clase business, si era necesario― con los honores propios de un oficial de alto rango”. A cambio, Argel pagó 320.000 dólares a Carmen Group. David Keene, que pretende no tener relación con Argel, dirige desde hace un año una campaña encarnizada contra los proyectos de ley americanos que favorecen el uso de energías renovables: por ello recibe dinero de ‘petrogobiernos’, entre ellos Argelia.
En respuesta a la crónica de David Keene, Marruecos activó a Robert Holley, que debía dos días más tarde desmontar sus argucias en la columna del mismo periódico. Holley firmó su artículo, titulado “La crónica de Keene deforma la verdad sobre Marruecos”, como director ejecutivo del Moroccan American Center of Policy (MACP), una plataforma de ‘lobby’ puesta en marcha con el patrocionio de Mohammed VI. El MACP se convirtió, desde el abandono del Plan Baker por el Sáhara, en una verdadera máquina de propaganda pero también produjo un buen colchón financiero para sus promotores.
Holley se define como un “agente del gobierno marroquí” cuya misión se articula alrededor de objetivos variopintos, entre otros “ayudar a Marruecos en su esfuerzo de democratización” y “promover el hecho de que Marruecos es un apoyo para la política americana en Medio Oriente (…) y en la lucha contra el terrorismo”.
Rabat activó a Robert Holley, quien se define como «un agente del gobierno marroquí»
Robert Holley es un profesional del revolving door, una reconversión que permite a los altos funcionarios de la administración americana poner a disposición de ciertos clientes de nivel sus grandes redes de influencia, constituidos con paciencia a lo largo de su carrera pública.
En este sentido, Marruecos se ha especializado en el reclutamiento de ex diplomáticos americanos destinados a Rabat, como los antiguos embajadores Marc Ginsberg y Edward Gabriel. Si el primero se dedicaba a promocionar el reino ante las multinacionales americanas, el segundo se recicló oficialmente en el ‘lobby’ político.
Holley, por su parte, era el consejero político en la embajada americana en Rabat a finales de los años 90. Fue, de hecho, el redactor de los famosos informes del Ministerio de Exteriores estadodounidense sobre la situación de los derechos humanos en Marruecos que habían producido urticaria en el Palacio. Recordemos una pequeña anécdota: Holley se quejó con vehemencia en diciembre de 1999 por ser constantemente seguido por agentes de la DST marroquí, cuando era el delegado del Gobierno americano en el tema de los primeros brotes de fiebre en Aaiún. Su testimonio siempre figura en buen lugar en los documentos de propaganda del Polisario.
Desde entonces, Holley ha abrazado las tesis marroquíes sobre el conflicto y se ha inscrito en las listas del Ministerio de Justicia americano como lobbista titular del reino marroquí.
Traducción del francés: Violeta Sánchez Estéban