Marruecos vigila a sus emigrantes
Ali Amar
Según informes confidenciales elaborados por las autoridades españolas, Rabat intenta poner trabas a la integración social de los marroquíes que viven en España.
Según revelaciones del diario madrileño El País que cita informes confidenciales de los servicios de información íberos y de los ministerios del Interior y de la Justicia, Marruecos habría elaborado una “estrategia de gran envergadura” con el objetivo de extender su influencia y reforzar su control sobre la población de origen marroquí establecida en España. Y lo haría a través de la religión.
Este es la constatación del Centro Nacional de Inteligencia (CNI, los servicios secretos españoles), establecida en un informe secreto presentado durante el pasado mes de mayo a los ministerios del Interior y de la Defensa por su director general, Félix Sanz Roldán.
El gobierno marroquí intenta controlar a los emigrantes para evitar que emerjan movimientos de oposición
La comunidad marroquí inmigrada en España cuenta con aproximadamente 760.000 individuos, a los que habría que añadir los 70.000 que adquirieron la ciudadanía española. Es una de las más importantes de Europa.
Asimismo, el gobierno marroquí intentaría por todos modos mantenerla en su regazo, con el fin de evitar que en su seno emerjan movimientos de oposición al régimen monárquico e impedir la aparición de corrientes islamistas que podrían contestar la doctrina oficial que dice que el Rey es la única autoridad religiosa de los marroquíes en su calidad de Comendador de los Creyentes.
En Marruecos, el islam oficial es el del rito malikí. Si bien se le puede considerar moderado en comparación con el wahabismo practicado en Arabia Saudí o con los diferentes movimientos salafistas que abogan por un rigorismo extremista y la yihad (guerra santa), algunas corrientes (tanto radicales como moderadas), cuya influencia fuera de Marruecos es cada vez más grande, lo rechazan y refutan la supremacía religiosa del monarca.
Clérigos seducidos por el dinero
La principal herramienta de control utilizada por Rabat, según el CNI, sería la Federacion Española de Entidades Religiosas Islámicas (FEERI) cuyo presidente es Mohamed Ali, establecido en el enclave español de Ceuta. Esta federación considera esta ciudad engastada en el norte de Marruecos como una colonia y preconiza su incorporación a Marruecos.
Las subvenciones marroquíes a las organizaciones religiosas en España sirven para mantener el apoyo al régimen
La Federación dispone de importantes recursos económicos que se utilizan en este sentido, conforme a las directivas de Rabat, como es el caso del Centro cultural marroquí islámico de Cataluña.
Las subvenciones del Estado marroquí a estas organizaciones sirven casi exclusivamente de “apoyo al régimen”, explica el informe del CNI, que no revela sin embargo estadísticas precisas sobre la amplitud de estas ayudas destinadas a la comunidad musulmana marroquí de España.
Rabat no utiliza solamente la red de asociaciones religiosas que controla en España, sino también un millar de lugares de culto (mezquitas o salas de oración) catalogadas por el Ministerio del Interior español y que cuenta con centenas de predicadores.
El CNI añade a esto la influencia efectiva de la diplomacia marroquí a través de su embajada y consulados, así como por la Fundación Hassan II, una asociación caritativa y de ‘lobbying’ dedicada a los marroquíes que residen en el extranjero (los ‘MRE’) y presidida por la princesa Lalla Meryem, hermana del rey Mohamed VI y cuyo presupuesto no se somete al examen del Parlamento marroquí.
En su informe sobre la financiación del islam en España, el CNI da otro ejemplo de cómo usa Marruecos la religión para fines políticos. En noviembre de 2008, “el Ministerio de los Asuntos Islámicos financió de forma integral un cónclave en Marrakech, en el que participaron muchos imanes y líderes de la comunidad musulmana en España”.
Siempre según el CNI, se les prometió durante este concilio hacer beneficiar sus asociaciones y sus mezquitas de financiaciones regulares, con la condición de prometer lealtad al trono alauí y seguir al pie de la letra sus recomendaciones.
El gran organizador de esta reunión era Yassine Mansouri, el poderoso patrón de la Dirección General de Estudios y de Documentación (DGED), el servicio de contraespionaje marroquí, que dio una conferencia a los invitados.
Dicho esto, algunos imanes que viven en Europa no quisieron asistir a esta reunión. Los Países Bajos, que cuentan también con una importante diáspora marroquí, protestaron de forma enérgica contra Marruecos, calificando su actitud de “injerencia en asuntos interiores”, al contrario de su vecino español.
‘Marroquinidad’
Un segundo informe establecido por los ministerios españoles del Interior y de la Justicia es igual de crítico con la Fundación Hassan II, especialmente respecto a la enseñanza de la lengua árabe y de la cultura marroquí impartida en una centena de centros educativos y escuelas públicas españolas, en las que la mayoría de los alumnos son de familias inmigradas marroquíes.
Las clases de la Fundación Hassan II diseminan la instrucción religiosa entre jóvenes de doble nacionalidad
La enseñanza, indica el CNI, contribuye a “poner trabas a la integración de los niños inmigrantes en la sociedad española”. Se considera como “una herramienta para enseñar a los niños a ser emigrantes marroquíes y no españoles”.
Los métodos pedagógicos, el contenido de los programas, vistos como contrarios a la enseñanza pública española y la constitución de clases gregarias son elementos que contribuirían a que “estos jóvenes asimilen su diferencia con los españoles de raíz”, sigue el informe del Ministerio.
Estas clases servirían así a diseminar la instrucción religiosa musulmana entre jóvenes de doble nacionalidad, lo que en la configuración de la enseñanza religiosa en el sistema educativo español supondría un problema de fondo, según Madrid, que denuncia “un control sobre niños, ejercido por el aprendizaje de la lengua y la cultura oficial del Estado”.
“Si Marruecos consigue enseñar subrepticiamente el islam y su doctrina política en el corazón del sistema educativo español, seria en parte por culpa del laxismo de las regiones españolas a las que el Estado central transfirió la prerrogativa de la enseñanza”, añade el informe ministerial.
Así pues, “se le autoriza al Estado marroquí mantener un control sobre sus ciudadanos de doble nacionalidad en el extranjero,” concluye.
| Traducción del francés: Oussama Bel Aïba