Un mensaje de Romnyahu
Uri Avnery
Érase una vez el presidente Nixon que quería nombrar a un cierto abogado para el Tribunal Supremo de Estados Unidos.
“¡Pero si este señor es un completo imbécil!» exclamó uno de los senadores.
“¿Y qué?» contestó otro. “Hay muchos imbéciles en Estados Unidos, y tienen tanto derecho a que se les represente en los tribunales como cualquier otro sector de la sociedad.»
Puede que los Imbéciles Unidos de América tengan derecho a elegir a Romney
Puede que los Imbéciles Unidos de América tengan derecho a elegir como presidente a Mitt Romney. Pero por el bien de Estados Unidos y de Israel, espero que esto no suceda.
Algunos dicen que Israel es el 51º estado de la Unión. Otros dicen que es el primero de los 51. Sea lo que sea, nuestras vidas, y quizás nuestra muerte, dependan en gran medida del hombre que habita en la Casa Blanca.
Así que, a pesar de todos mis recelos (y tengo muchos) sobre Barack Obama, espero de corazón que sea reelegido.
En su último ataque de sabiduría, Romney no sólo manifestó que el 47% de los norteamericanos eran unos parásitos, sino que además “los palestinos” querían acabar con Israel. Según esta opinión, el conflicto entre Israel y los palestinos no tiene solución, continuará para siempre.
Me pregunto de dónde sacaría esta última información.
En la Alemania nazi existía un tal Herr Doktor Otto Dietrich, un funcionario del Ministerio de Propaganda. Todos los días, se reunía con los editores de los principales periódicos de Berlín y les decía cuáles iban a ser los titulares y editoriales del día siguiente.
Los ministros reciben “una página diaria de mensajes” para que difundir
Eso fue antes de internet y el fax. Actualmente, la oficina del primer ministro envía por fax a los ministros de Netanyahu y a sus secuaces “una página diaria de mensajes”, diciéndoles qué ideas tienen que difundir.
Tengo la firme sospecha de que Romney leyó esta página de mensajes justo antes de reunirse con su audiencia, compuesta de multimillonarios (o simples millonarios). Después de todo, ¿no puede haber tenido este sorprendente ataque de clarividencia él solo? ¿O sí?
“Los palestinos” significa “todos los palestinos”. Los nueve millones que existen entre Cisjordania, Jerusalén Este, la Franja de Gaza, Israel, y no olvidemos a los refugiados que hay en todo el mundo.
Bueno, supongo que si por intervención divina Israel desapareciera del planeta, muy pocos palestinos derramarían una lágrima. Ni muchos israelíes derramarían una lágrima si, de nuevo por intervención divina, todos los palestinos desapareciesen. Bastantes israelíes incluso se presentarían voluntarios para ayudar al Todopoderoso en su tarea. Quién sabe, si los amigos evangélicos de Romney rezan lo suficiente, puede que su Dios desmaterialice a todos esos rusos, chinos, norcoreanos, iraníes y demás desaprensivos.
Desafortunadamente, este tipo de fantasías pertenecen al reino de los sueños y las pesadillas. En el mundo real, los pueblos no desaparecen ni siquiera tras horribles genocidios, ni los estados que poseen bombas nucleares pueden ser erradicados por sus enemigos extranjeros.
Conozco a bastantes palestinos; ninguno cree que Israel pueda ser aniquilada
Conozco a bastantes palestinos, y ni uno sólo de ellos cree que Israel pueda ser aniquilada. Desde que Yasser Arafat decidiera a finales de 1973 que debía llegar a un acuerdo con Israel, la gran mayoría de los palestinos quiere un trato que les permita establecer un estado propio en alguna zona de la histórica Palestina. Esto es lo que llaman la “solución de los dos Estados”.
El actual gobierno de Israel no quiere esta solución, ya que no está dispuesto a ceder el 22% de la Palestina histórica que pasaría a ser el Estado de Palestina. Puesto que no tienen otra alternativa viable, el portavoz del gobierno declara que “este conflicto no tiene solución”.
Uno de los padres de este eslogan es Ehud Barak. Tras la fallida cumbre de Camp David, Barak, entonces primer ministro, dijo en unas famosas declaraciones: “Nosotros no tenemos socios para la paz”. Puesto que Barak fue el principal responsable del fracaso de la cumbre, yo lo llamo “asesino de la paz”.
Netanyahu recogió agradecido el lema de Barak, y ahora la gran mayoría de los israelíes cree este mensaje sin reservas. (Recientemente me entrevistó una periodista danesa. Le dije: Cuando terminemos, para el primer taxi que aparezca. Pregúntale al conductor sobre la paz. Él te dirá: “La paz sería maravillosa. Estoy dispuesto a devolver todos los territorios para conseguir la paz. Pero lamentablemente los árabes nunca harán las paces con nosotros”. Una hora más tarde la periodista me llamó entusiasmada: “Hice lo que me dijiste, y el conductor repitió tus palabras literalmente.”)
El taxista dirá: “Puedo devolver los territorios por la paz. Pero los árabes nunca harán las paces”
“No hay solución” da la impresión de que “todo seguirá igual”. Eso es un error. Nada permanece igual. Las cosas siempre cambian, los asentamientos se expanden, los palestinos se sublevarán, el mundo está en constante evolución, el mundo árabe cambia, algún día un presidente norteamericano pondrá los intereses de Estados Unidos por delante de los de Israel. ¿Dónde estaremos nosotros entonces?
Lo esencial del mensaje de Romney es que la solución de los dos Estados está muerta. Esto me recuerda las célebres palabras de Mark Twain: “La noticia de mi muerte fue una exageración.”
Está de moda decirlo. Una tendencia extendida. No obstante, diferentes personas tienen diferentes razones para creer que la solución de los dos Estados esté muerta.
Tanto padres como profesores, pedófilos o caníbales dicen que les gustan los niños, pero sus motivos no son los mismos. Esto se puede aplicar también a los aspirantes a sepultureros de la solución de los dos Estados. Entre ellos están:
Uno: Los idealistas que desean que la gente de diferentes pueblos vivan juntos en armonía e igualdad en un único estado. (Me gustaría que estudiaran la historia de la Unión Soviética, Yugoslavia, Chipre, Checoslovaquia, Sudán y la situación actual de los franceses en Canadá, los escoceses en Gran Bretaña, los flamencos en Bélgica y la de los vascos y catalanes en España.)
Dos: Aquellos árabes que realmente piensan que esta es una manera pacífica de deshacerse de Israel.
Tres: Los colonos que quieren, que toda la Palestina histórica esté bajo su control y, si es posible, “purificar” el país de no-judíos.
Cuatro: Los israelíes que piensan que los asentamientos han creado una situación “irreversible”. (A Meron Benvenisti, un antiguo adjunto de la alcaldía de Jerusalén, se le ocurrió este término ya a principios de los 80, cuando había menos de cien mil colonos. Le dije entonces que nada era irreversible salvo la muerte. Las situaciones creadas por el ser humano las pueden cambiar los mismos seres humanos.)
Cinco: Los antisionistas, incluidos los judíos antisionistas, que odian el Sionismo de forma indiscriminada, con todos sus buenos y malos aspectos, y para los que la mera existencia de un estado judío es una aberración.
Seis: Los musulmanes fanáticos que creen que Palestina es un waqf musulmán (un regalo divino), de tal modo que dejarle alguna parte de ella a los no-musulmanes es un pecado mortal.
Siete: Los judíos fanáticos que creen que todo Eretz-Israel, desde el Nilo al Eúfrates, fue prometido a los judíos por Dios, de tal modo que ceder alguna parte de este territorio a los no-judíos es un pecado mortal.
Ocho: Los cristianos fanáticos que creen que el segundo advenimiento de Jesucristo sólo será posible tras la reunión de todos los judíos en este país (sin lugar para nadie más.)
Lo siento si me he olvidado de alguien.
Padres, profesores y pedófilos dicen que les gustan los niños, pero por motivos diferentes
Algunas de estas personas han inventado algo llamado la “solución de un estado único”. Esto es un oxímoron. Existe el problema de un estado único, no hay una solución de un estado único.
De vez en cuando merece la pena volver a los hechos esenciales de nuestra vida:
Existen dos pueblos viviendo en este país.
Ninguno de los dos se marchará. Están aquí para quedarse.
Aunque los palestinos árabes que viven en el país son todavía una minoría, muy pronto constituirán la mayoría.
Ambos pueblos son sumamente nacionalistas.
Los dos pueblos tienen diferentes culturas, idiomas, religiones, relatos históricos, estructuras sociales, niveles de vida. Actualmente, tras 130 años de conflicto continuado, el odio es intenso entre ellos.
La posibilidad de que estos dos pueblos pudieran vivir en paz en un único estado, sirviendo en el mismo ejército y cuerpo de policía, pagando los mismos impuestos y respetando las mismas leyes promulgadas por el mismo parlamento, es nula.
La posibilidad de que estos dos pueblos pudieran coexistir en paz en dos estados diferentes, cada uno con su propia bandera y su propio gobierno electo (y su propio equipo de fútbol), existe.
Dicha coexistencia puede tomar diferentes formas: desde una confederación libre con fronteras abiertas y libertad de movimiento hasta modelos más cerrados de estructuras en desarrollo, como la Unión Europea.
Espero que esto no sea demasiado complicado de entender para Mitt Romney. Aunque esto puede ser irrelevante si, como fervientemente espero, no es elegido.
Detestaría que a un ignorante se le diera la oportunidad de aprender sobre los asuntos mundiales a nuestra costa.
© Uri Avnery | Publicado en Gush Shalom • 22 Sep 2012• Traducción del inglés: Mercedes Quintero