No quiero ver esa cara
Sanaa El Aji El Hanafi
Las autoridades marroquíes han decidido prohibir la producción y la comercialización del burka y… ¡zas!, las reacciones no se han hecho esperar. Según los detractores de esta prohibición, el burka constituye la expresión de una libertad individual. ¡Efectivamente! El Estado no va a inmiscuirse en la ropa que pueden llevar o no los ciudadanos. Solamente hay dos incoherencias en este discurso que defiende el uso del niqab bajo el pretexto de que este corresponde a una libertad personal:
Quieren hacernos creer que criticar el espantajo del burka es lo mismo que atacar el islam
Para empezar, ¡tenemos que parar de generalizar! Llevar el velo integral no tiene nada que ver con el libre albedrío, sino que es más bien el reflejo de una ideología. Una visión y una obsesión con la mujer y su cuerpo. Para persuadirte, solo tienes que preguntar a un ferviente defensor del burka o del niqab si una mujer bajo su tutela podría quitárselo libremente. Sin olvidar que los partidarios del velo integral mezclan todo este atuendo estrafalario con el islam. Quieren hacernos creer que criticar ese espantajo es lo mismo que atacar el islam. Sin embargo, este hábito ha aparecido hace apenas unas décadas en un contexto geográfico e ideológico muy específico y, no es para nada una obligación de la religión islámica, sino más bien un instrumento político.
La segunda incoherencia concierne al doble rasero : ¿cómo encaja que a ojos de los objetores de la vestimenta “no islámicamente correcta”, la minifalda y el bikini sean una “depravación” y el burka una libertad individual? ¿Cómo pueden predicar la libertad de llevar el velo integral y condenar (incluso acosar) a las mujeres en bañador o con falda corta?
La libertad de vestirse es una perversión, salvo cuando concierne al burka o al niqab
Este doble discurso es inadmisible. En cuanto el debate afecta a algunos símbolos de las altas esferas del islam político, los feroces opositores de las libertades individuales se convierten en sus primeros defensores. De esta manera las libertades sexuales se equiparan con los vicios, excepto cuando dos líderes del Movimiento de Unidad y Reforma [MUR, una rama asociada al partido islamista marroquí PJD] son detenidos en delito flagrante de adulterio. La libertad de vestirse es una perversión, salvo cuando concierne al burka o al niqab.
Y sobre todo, ataviarse de un velo integral es todo lo contrario a la expresión de una libertad individual. Es una voluntad de encerrar a la mujer y de limitar su libertad en el espacio público. Si no, ¿por qué los hombres no se pondrían también un burka para evitar seducir a las mujeres?
Asimismo, ¿aceptaríamos que los hombres se paseasen con una capucha bajo el pretexto de tratarse de una libertad individual? Ahora bien, ¿no es justamente el burka una capucha para mujeres? No es solo un problema de seguridad, también es una cuestión de comunicación humana. ¿Cómo podemos interaccionar con alguien a quien no le vemos la cara?
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© Sanaa El Aji | Primero publicado en Din wa Dounia· 20 Feb 2017 | Traducción del francés: Alejandro Yáñez
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