Conducir… como hobby
Sanaa El Aji El Hanafi
La mujer saudí ya puede conducir coches.
No me quedo contenta con la noticia.
Hay algo que me mantiene ocupada reflexionando sobre el particular. Pienso en todos esos jeques a los que desde hace tiempos inmemoriales hemos oído hablar cómo el hecho de conducir afecta los ovarios de una mujer, así como a su útero y su capacidad de procrear.
Pienso en quienes han estado hablando de que conducir causa numerosos tipos de cáncer en la mujer. Pienso en todos los potentes estudios científicos a los que han recorrido para demostrar, hasta hace muy poco, todos los peligros sanitarios, sociales y familiares que pueden derivar del hecho de que una mujer conduzca un coche.
¿Qué harán ahora los jeques que afirmaban que conducir era malo para la mujer?
¿Y qué harán todos ellos ahora? ¿Tendrán el arrojo de formar una oposición a la decisión del rey? ¿O se plegarán a lo que diga, porque obedecer a quienes están en el mando es una obligación religiosa? ¿O tal vez encontrarán nuevos estudios, que demuestren los beneficios que conducir un coche conlleva para la mujer?
Claro… Los jeques que prohíben a la mujer que conduzca no son los únicos implicados en este debate.
También están los que hablan en los programas de televisión y en las mezquitas de la imposibilidad de que la Tierra sea redonda, despreciando así a la ciencia.
O los que hablan de los beneficios de beber pis de camello.
El talento no es femenino ni masculino. Solo la mentalidad puede estar fosilizada
Y los que afirman que la mujer es deficiente en la razón y en la fe, y que un pueblo no puede prosperar si confía la dirección de sus asuntos a una mujer. Despreciando la Historia, que nos ha legado los nombres de mujeres que fueron modelos a seguir en sus ámbitos, reinas y magistradas y juezas que tuvieron éxito en su tiempo, que fueron sobresalientes… Y despreciando nuestra propia época moderna, que nos da decenas de ejemplos de mujeres pioneras en la ciencia, que ganaron el premio Nobel, inventoras, políticas, pilotos de avión o maquinistas de tren, y tantas más. Ejemplos que nos enseñan, con razón y lógica, que la mujer no es de condición menor ni mayor que el hombre.
Cuando se le ofrecen las oportunidades de aprendizaje y promoción, pueden tener éxito en ciencia, política y judicatura. Porque el talento no es femenino ni masculino. Solo la mentalidad puede estar fosilizada.
Luego también están quienes emiten fetuas sobre el matrimonio con los animales o con una mujer fallecida o con un bebé. Los que piden convertirse a cristianos y judíos y los que llaman infieles a los chiíes y los que incitan a hacer la guerra santa y a matar a quienes piensan distinto.
Todos ellos son la causa de que yo me haga la siguienta pregunta: Quiénes crees que suponen un mayor peligro para el islam? ¿Los teólogos del atraso y la ignorancia y la violencia… o los pensadores críticos con la mentalidad de la Ilustración?
© Sanaa El Aji | Primero publicado en MC-Douliya· 2 Oct 2017 | Traducción del árabe: Ilya U. Topper
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