Así que eligió el velo
Sanaa El Aji El Hanafi
Sobre el pastel de cumpleaños que celebra sus cinco años de edad estaba dibujado la frase: “5 -11- 2020 – He cumplido cinco años… y he decidido llevar velo”.
Una vez que hayamos superado el choque, tenemos derecho a preguntarnos, con toda objetividad:
—¿Cómo puede una niña de cinco años “elegir” algo y “tomar decisiones”?
—Las estrategia religiosa de incitar con el cielo y asustar con el infierno ¿no intenta incidir ya en las niñas pequeñas para forzarlas a llevar velo, incluso si para eso se tiene que tergiversar la realidad y presentarla como una “elección” de la niña?
—Esta niña ¿podrá “elegir” dentro de algunos años y “decidir” quitarse el velo, sin exponerse a severos castigos de su entorno? ¿Celebrará su entorno esta decisión futura como celebra hoy esta “elección”?
—Esta niña que a los cinco años “decide” llevar velo, cosa que celebra su familia, ¿podrá decidir también, dentro de uno o dos años “decidir” casarse? ¿Y debemos respetar también esa “decisión”?
Velar a las niñas pequeñas ¿no se aproxima a la pedofilia al sugerir que su cuerpo provoca excitación?
—Vista la alegría y el respeto con que esta familia acoge la “elección” de la hija a llevar velo a los cinco años ¿qué harán si a los veinte años por ejemplo decide viajar sola o decide irse a vivir sola? ¿También le prepararán una tarta para celebrar esa decisión suya?
—Y finalmente: velar a las niñas pequeñas ¿no se aproxima a la pedofilia al hacernos aceptar implícitamente la posibilidad de que su cuerpo provoque excitación?
Una amiga mía ha escrito un ensayo demostrando que los esfuerzos que el islam político invierte en la propagación del velo son mayores que los que gasta para difundir la oración, el ayuno y las abluciones. No andaremos muy equivocados cuando vemos esto como una obsesión con el cuerpo de las mujeres y con la idea de ocultarlo.
Es más: la imagen de esa tarta de cumpleaños vuelve a suscitar la pregunta de la “elección” del velo en su conjunto, no solo entre las niñas chicas sino también entre las mujeres adultas.
¿No exigen muchos novios (y a menudo sus madres también) que su futura esposa lleve velo?
“Elegir” significa que una persona tiene varias opciones y que puede escoger cualquiera de ellas sin que esto traiga consecuencias graves, sea cual sea la elección. Las mujeres de Afganistán, Arabia Saudí o Irán ¿pueden elegir no llevar velo? Es más: las mujeres educadas en familias conservadoras incluso en países europeos o americanos ¿pueden elegir no llevar velo? En los países menos severos, como Egipto, Marruecos o Jordania y otros, ¿no se considera que toda mujer velada, de forma implícita, tiene una moral necesariamente más elevada que la de una “desvergonzada”, una “destapada” (con toda la carga de insulto que conllevan estas dos expresiones)?
¿No exigen muchos novios (y a menudo sus madres también) que su futura esposa lleve velo? ¿No sufren cientos de mujeres violencia verbal o hasta física por parte de sus padres o del marido para forzarlas a llevar velo? ¿No sufren miles de mujeres no veladas acoso sexual en la calle, bajo pretexto de que, al no ir tapadas, son susceptibles de tener una moral más ligera que las veladas? (Hay que añadir que las veladas también estás expuestas al acoso, pero a las no veladas se les acosa más con la idea en la cabeza de que ellas se lo merecen porque no llevan hiyab).
A esto se añaden las prédicas de los clérigos en televisión, que se centran en el velo y en los castigos que esperan a las no veladas, y los que esperan al marido, padre y hermano de una mujer no velada (llamándoles a ellos a ejercer la tutela sobre “sus” mujeres para obligarlas a llevar el hiyab mediante el método de incitar a las buenas obras y de aterrorizar con el castigo).
¿Cómo puede ser que ponerse el velo sea una elección y quitarse el velo un acto de depravación?
Al mismo tiempo, cuando hablamos de las mujeres que “eligen” velarse , nos debemos preguntar con la misma seriedad: Esta sociedad que habla de la libertad de elegir llevar el velo, ¿admite con la misma facilidad la libertad de quitárselo? ¿Se nos olvida a cuánta violencia se exponen las mujeres, las famosas y la no tan famosas, cuando deciden quitarse el hiyab?
¿Cómo puede ser que ponerse el velo sea un acto de libre elección y quitarse el velo un acto de depravación, contrario a los valores de la comunidad?
Frente a todo esto ¿realmente podemos hablar de “elegir el hiyab”, incluso cuando se trata de mujeres adultas?
Después de años de adoctrinamiento dirigido a hombres y mujeres sobre la moral de la mujer musulmana, el cuerpo de la mujer musulmana, el pudor de la mujer musulmana y el honor del hombre musulmán, que no tiene que ver con su carácter, ni con sus valores ni con sus principios sino que se basa únicamente en el velo y la sexualidad de su mujer, su hermana y su hija… ante todo eso ¿ahora quieren convertir la obligación implícita en una falsa “elección”?
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© Sanaa El Aji | Primero publicado en Al Hurra · 26 Feb 2021 | Traducción del árabe: Ilya U. Topper
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