Erdogan, el intocable
Sanaa El Aji El Hanafi
Ponte a criticar, aunque sea muy poquito, cualquier cosa que ocurra en Arabia Saudí o en los Emiratos, ya sea una decisión política, una realidad social o cualquier suceso en concreto… y te vas a encontrar con decenas de respuestas que te acusan de trabajar para la agenda política de Qatar, Irán y Rusia.
Intenta criticar Turquía y su nuevo califa, el ‘sultán’ Erdogan… y habrá otros que te acusarán de ser un agente de Arabia Saudí y los Emiratos.
Ponte a criticar cualquier aspecto político, social o económico de Marruecos y te acusarán que eres un abyecto agente de Argelia.
Intenta compadecerte de la situación del pueblo argelino, cuya riqueza debería permitirle vivir en unas condiciones sociales y económicas mejores de las que tienen ahora, y te vas a encontrar con una avalancha de insultos y gritos de ¡traidor!, incluso si eres argelino tú mismo.
En resumidas cuentas, dirijas tus flechas críticas adonde las dirijas, te vas a encontrar con que te acusan de ser un agente que se llena los bolsillos con el dinero del enemigo y vende su firma a quien más le pague. Como si no pudiéramos imaginarnos que la corriente a la que pertenecemos nosotros pudiera ser blanco de críticas a su vez.
La quimera de un nuevo califato hace que los partidarios del islam político eleven a los altares a Erdogan
Esto se evidencia especialmente en el caso del ‘sultán’ Erdogan, al que todos los partidarios del islam político consideran su modelo supremo. Les puedes dar todos los datos sobre los cientos de presos políticos, de las detenciones de periodistas, de la aniquilación de los opositores, del enriquecimiento de sus familiares… y no se ponen a argüir contigo. Se limitan a acusarte, atacarte y llamarte traidora.
Te encuentras con gente que se interesa más por Turquía y su economía de lo que se interesan por la economía de su propio país.
La quimera del nuevo califato que Erdogan ha construido hace que los partidarios del islam político lo eleven a los altares como un nuevo profeta, un califa intocable al que nadie puede criticar.
Por muy razonadas que sean tus críticas, te van a considerar parte de una conspiración masónica sionista americana emiratí iraní contra Erdogan, el sagrado.
A fin de cuentas, Erdogan no es más que un actor político. Tiene una serie de logros en su haber. Pero muchas de sus acciones contra periodistas y opositores, la mezcla entre religión, política y capital… todo eso son asuntos que piden a gritos un debate y una crítica. Porque Erdogan es, simplemente, un actor político.
Lamentablemente, la corriente del islam político siempre endiosa a sus líderes. En cuanto alguno de ellos tienta sus sueños de insuflar nueva vida a la quimera del califato, se convierte para ellos en un nuevo santo. Legiones de seguidores vigilarán para defenderlo contra toda crítica, por justificada que sea.
·
© Sanaa El Aji | Primero publicado en al Monte Carlo Doualiya · 29 Oct 2018 | Traducción del árabe: Ilya U. Topper
¿Te ha interesado esta columna?
Puedes ayudarnos a seguir trabajando
Donación única | Quiero ser socia |