Rastreo de idiotas
Zineb Elrhazoui
Si a usted le gustan las caricias anales, ni se le ocurra viajara a los países del Golfo. No se perderá gran cosa, aparte de las tiendas fuera de precio de Dubai y las mujeres en niqab, y evitará, y eso es importante, el último invento científico de los árabes de la Península después del pis de camello: el rastreo de gays.
La medida, anunciada por Yusuf Mindkar, director del departamento de salud pública del Ministerio de Salud de Kuwait, podría entrar en vigor este mismo noviembre, aunque los detalles del examen médico en cuestión no se han especificado aún. Les afecta a los expatriados en los seis países del Consejo de Cooperación del Golfo: Arabia Saudí, Emiratos Árabes Unidos, Qatar, Kuwait, Bahréin y Omán. Ya se les somete a otros rastreos, como el del VIH, de los que depende que se les otorgue la tarjeta de residencia.
¿Será un tocamiento anal? ¿Un test de erección con estimulación visual? La comunidad científica internacional aprenderá pronto de los portadores del cero 1) cómo detectar las pulsiones homosexuales entre los caballeros.
El alto responsable kuwaití no ha precisado a partir de qué edad se harán los análisis, ni si se les aplicará también a los gays autóctonos. Respecto a los amores sáficos, parece que molestan menos, tapados por el burka.
¿Fuera de las pantallas?
Una belleza mauritana de tez mate y con rasgos finos escandaliza toda la República Islámica. Sus cabellos de reflejos de castaño claro, su maquillaje sexy, sus finos hombros desnudos y su camisetita ceñida no le llegan realmente al público en un país donde las mujeres se envuelven el melhafas 2) de seis metros de tejido y no les dan apretones de manos a los hombres.
Desde hace varias semanas, la joven artista Leila Moulaye paga el precio por haber aparecido en el videoclip de rapero mauritano Hamzo Bryn It started from Nouakchott (Comenzó en Nuakchot), publicado por una productora de discos local y cuyo objetivo era producir el primer clip mauritano acorde a las normas internacionales. Aunque melómanos, estos habitantes del desierto tienen un concepto de la música que se reduce a los ritmos tradicionales que se entonan en familia alrededor de una bandeja de té. El clip, en cambio, se ve como un peligroso intento de erradicar los valores de la sociedad.
Muchas voces piden aplicar el ‘qital’, un deber religioso que se deriva de la raíz etimológica Q-T-L, que significa matar. Sólo una reducida élite de artistas mauritanos se ha solidarizado con los dos jóvenes que, por su parte, no parece que lamenten mucho su obra. «Una creación que se combate es una creación que ha funcionado», dice Hamzo. Leila, eso sí, condena el que se ataque a su madre, pero sigue decidida a reincidir: «Yo ahí no puedo hacer nada. La sociedad debe avanzar».
El hereje de la semana
Según el baremo de pecados de la Iglesia Católica, es menos grave violar a niños que sostener la igualdad entre hombres y mujeres así en la Tierra como en el Cielo. Para el primer delito, lo peor que le podría pasar a usted sería que le quiten los hábitos cuando la jerarquía clerical ya no le puede proteger con el silencio. En caso de cometer el segundo pecado, se le excomulgará del tirón. Eso es lo que le ha pasado al predicador australiano Greg Reynolds.
Este hereje recibe a los periodistas de su país en su piso en Melbourne y les muestra su certificado de excomunión. Adiós a la vida eterna para alguien que había convertido ésta en un sacerdocio: eso le servirá de lección por defender la ordenación de las mujeres cuando, a todas luces, la igualdad no tiene el beneplácito ante los ojos del Señor.
Redactado en latín, que el pobre cura nunca ha estudiado, el documento proviene de la Congregatio Pro Doctrina Fidei (Congregación por la doctrina de la fe), que no es otra cosa que la Sagrada Congregación por la Inquisición romana y universal, fundada por Pablo III en 1542, luego reformada por el Concilio Vaticano II en 1965. He aquí la única institución habilitada para rellenar estas casillas.
Convencido desde hace algunos años de que Dios es una mujer, el cura místico ha llegado a atreverse a decir en una prédica: «En nombre de la Madre». Eso sí, Ella no ha acudido en su ayuda. Y dado que la Iglesia no ha renunciado a su forma de administración antigua, sólo cabe esperar, para salvar el alma del podre padre Greg, que también siga existiendo aún la Oficina de Indulgencias.
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