El asesinato de Pasolini
Saverio Lodato
Sostiene Dacia Maraini: “Apenas supimos que la Policía había interceptado a Pino Pelosi a bordo del Alfetta de Pier Paolo entendimos que no podía haberlo asesinado él. No tenía ni siquiera un arañazo, mientras que, en el muelle, el cuerpo a cuerpo de aquella noche debió de ser terrible y Pasolini acabó siendo un surtidor de sangre. La muerte de Pelosi es la muerte de un mentiroso. De alguien que ha mentido siempre, quizá también a sí mismo”.
«Un reo confeso en el escenario de aquel delito era demasiado cómodo para todos»
Sostiene Dacia Maraini: “En su momento fui incluso a visitarlo a la cárcel. Quería hablar con él porque esperaba encontrar algo que me ayudase a comprender. No encontré una persona especialmente perversa. Ante mí había un hombre arrastrado por las circunstancias, por su época, por quien lo chantajeaba. En su confesión bailaban demasiadas contradicciones y los interrogadores tendrían que haber llegado hasta el fondo. Pero no lo hicieron y cerraron el caso. Un reo confeso en el escenario de aquel delito era demasiado cómodo para todos. Ahora es tarde y la verdad sobre Pasolini, temo, no la sabremos nunca”.
Entrevista incómoda, incomodísima, esa hermosa entrevista de Malcom Pagani a Dacia Maraini en Il Messaggero, aparecida hace unos días, con ocasión del 80 cumpleaños de la escritora.
En poquísimos golpes viene descrita la técnica del Homicidio de Estado
Palabras claras. Y por tanto, palabras duras. Palabras que resultan indigeribles para tantas almas cándidas que nos cuentan setenta años de historia de Italia como una bonita fábula rosa para niños. Palabras que habrían merecido atención por parte de la caravana de opinadores que arrecian a diestra y siniestra. Palabras que cuarenta años después de la destrucción del cuerpo de Pier Paolo Pasolini habrían merecido reflexión y profundización.
Prestamos atención nosotros, al menos: en poquísimos golpes viene descrita la técnica del Homicidio de Estado.
El presunto y así llamado Asesino, Pelosi, exhibe su verdad sin un rasguño, tras pelear con la víctima, Pasolini, que será hallado hecho un Cristo.
Y seguimos: el Reo Confeso era demasiado cómodo para todos y el caso fue cerrado. Y convendría decir que Pelosi, una especie de Arrepentido Espontáneo en una época en que los arrepentidos no se habían convertido, como hoy, en una especie judicial numerosísima, escarnecida y lapidada por principio, es detenido por la Policía y la Magistratura de entonces como oro molido, con todas sus contradicciones, sus afirmaciones y desmentidos, y con la ausencia de un solo rasguño que pudiera sostener su versión de Mentiroso de Estado. Y algo más: ¿Qué idea se hizo Maraini de la muerte de Pasolini?
«Pier Paolo no fue asesinado porque fuera homosexual, su homosexualidad nunca escandalizó a nadie»
Sostiene Dacia Maraini: “Que existiera un mandante y que hubiera más ejecutores. Pier Paolo no fue asesinado porque fuera homosexual, su homosexualidad, como la de Visconti, nunca escandalizó a nadie. Pier Paolo hizo política. Habló de la muerte de Enrico Mattei y de la corrupción de Palacio, dijo conocer la verdad sobre los atentados, aunque no tuviera pruebas. Se lanzó a la lucha y pagó el precio”.
Sostiene Dacia Maraini: “Tampoco yo tengo las pruebas, pero he pensado siempre que tuvieron que ver en el asunto servicios secretos desviados. Muchas sospechas cayeron sobre esta parte oscura del Estado italiano que a su vez es responsable de la grave culpa de no haber investigado nunca en este aspecto. En Italia ha existido una fuerza oculta y paralela al Estado, similar a la de los países dictatoriales, que no ha sido estudiada a fondo, y mucho menos perseguida”.
¿Qué decir? ¿Qué añadir? ¿Qué crítica dirigir a Maraini?
¿Es quizá una conspiranoica, también ella? ¿Quizá como era conspiranoico Leonardo Sciascia cuando se ocupó del caso Moro?
Portella della Ginestra. Mattei. De Mauro. Pasolini. Moro. Dalla Chiesa. El petróleo. Los atentados “rosas” y “negros”. Los delitos insignes.
¿Cómo llegó a hacer todo lo que hizo aquella fuerza oscura y paralela?
Concluye Dacia Maraini: “Para hacer el trabajo sucio, se sirvió a oleadas de la mafia, de la ‘Ndrangheta y del crimen organizado. Con estas fuerzas, tal vez por miedo o por interés electoralista, la política siempre ha negociado. Hemos visto qué final han tenido quienes, de Falcone a Borsellino, ha osado encender una luz sobre esa convivencia”.
El Pueblo italiano es un pueblo de Santos, de Navegantes y de Conspiranoicos. Conspiranoicos sin pruebas, como Dacia Maraini, pero con ideas clarísimas sobre los últimos setenta años de nuestra historia, justo como Maraini.
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© Saverio Lodato | Publicado en Antimafiaduemila | 1 Septiembre 2017 | Traducción del italiano: Alejandro Luque
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