Berlusconi y Renzi, al museo
Saverio Lodato
El Movimiento 5 Estrellas y la Liga han sido veloces. Han arrinconado a Silvio Berlusconi. Algo que el Partido Demócrata (PD) no logró en veinte años. Ahora deberán formar gobierno, tarea que resultará muy difícil. Pero su incuestionable cualidad radica en la presteza. Los italianos, hipnotizados por los medios, estaban convencidos de que el resultado electoral habría arrastrado tras de sí una sucesión de paralizantes demoras, de soluciones diferidas y lagunas eternas.
Nein.
Italia tiene ya un presidente de la Cámara, Roberto Fico, y una presidenta del Senado, Elisabetta Casellati, todo ello en un tiempo récord, en comparación con los de las Repúblicas precedentes. Se podría decir que lo hecho, hecho está.
Con Renzi en el PD podría suceder algo similar a lo que ocurre con Berlusconi en Forza Italia
Y lo bueno es que Forza Italia ha explotado, aún obteniendo con Casellati el segundo cargo del Estado, gracias al paso atrás del líder de la Liga, Matteo Salvini, que nos hizo recordar a un torero en el instante previo a abalanzarse para estoquear al toro. Con Paolo Romani y Renato Brunetta obligados a mandar al «Cavaliere» al mismísimo diablo, cuando se dieron cuenta de que el torero Salvini iba en serio. Algunos dirían que esta escena -por sí misma- vale su precio en oro. Y que tanto los votantes de 5 Estrellas como los de la Liga tendrán, al menos en esto, algo por lo que alegrarse conjuntamente.
Por el contrario, en lo que se refiere a los dirigentes del PD, dan la impresión de estar sedientos de un sillón, apenas iniciado el primer día de la travesía por el desierto, aquella de la «oposición» impuesta por Renzi. Lo decimos para dar fe a las crónicas de los periódicos, según las cuales el «regente» del PD, Maurizio Martina, telefoneó fuera del plazo máximo a Luigi Di Maio (5 Estrellas), poniendo a su disposición aquello que resta de la vieja guardia del PD para obtener algo a cambio. Le ha correspondido a Di Maio comunicarle que ya había blindado con Salvini el acuerdo para los máximos cargos de la Cámara y el Senado.
A los hijos no se les puede pedir que sean devorados eternamente por el padre Cronos
Podemos equivocarnos, pero con Renzi en el PD podría suceder algo similar a lo que está ocurriendo con Berlusconi dentro de Forza Italia. En resumen: a los hijos no se les puede pedir que sean devorados durante toda la eternidad por el padre Cronos.
Por lo tanto no es tiempo de padres-patrones ni de los partidos ni en los partidos. Y cuando en los próximos días se abra el juego del gobierno, independientemente de los resultados finales, asistiremos una vez más a la oposición frontal entre los que remarán marcha atrás, y quienes permanezcan celosamente aferrados en defensa de aquellas pocas cosas claras que expresó el reciente voto de los italianos.
No significa, y esto es cierto, que lo «nuevo que tarda en aparecer» sea por definición un regalo del cielo, pero el hecho de que este «nuevo» se opondrá tenazmente «a lo viejo que no quiere morir» nos parece una constatación innegable. Y es lo «viejo», y esto es asimismo innegable, que ha puesto de rodillas a Italia.
Última consideración.
Muchos observadores, en el intento de poner en evidencia a Luigi Di Maio, están volcando ahora contra las 5 Estrellas una avalancha de protestas: Decíais ser un «movimiento», pero os habéis convertido en un «partido», tened el coraje de admitir que vuestra «naturaleza» ha cambiado; queríais abrir Cámara y Senado con el «abrelatas» y ahora nomináis los máximos cargos llevándoos a casa el botín.
Pero lo que resulta más extraño es que estos cronistas están incluso redescubriendo el Ventennio berlusconiano con sus ráfagas de leyes ad personam y sus votaciones parlamentarias para convertir a Ruby en «la nieta de Mubarak». Y puesto que la nueva presidenta del Senado, Elisabetta Casellati, se distinguía por su diligencia y fidelidad al «jefe» Berlusconi en aquellas iniciativas, se cuestiona a Di Maio por no haber tenido nada que objetar frente a su elección.
¿Qué se puede decir?
Que si esos mismos cronistas se hubieran acordado del berlusconismo a su debido tiempo, quizás el Movimiento 5 Estrellas ni siquiera habría nacido. Y no estaríamos en este punto. En conclusión, es necesario otorgar muchos atenuantes a la inteligencia de tantos cronistas de última hora.
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© Saverio Lodato | Publicado en Antimafiaduemila | 25 Mar 2018 | Traducción del italiano: Natasha Castro Slobinsky
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