Opinión

Implicando a Berlusconi

Saverio Lodato
Saverio Lodato
· 5 minutos

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Palermo |  Febrero 2020

Si en un juicio, el abogado que sale a dar la cara para desmentir un testimonio es Niccolò Ghedine, entonces debe de tratarse de un asunto serio. Y efectivamente, así es.

Son graves las declaraciones de Giuseppe Graviano, apodado “Madre Naturaleza”, hechas ante Giuseppe Lombardo, fiscal de la ciudad de Reggio Calabria, durante el juicio en proceso a la ‘Ndrangheta, ejecutora de masacres.

Empezó a hablar Graviano y no un don nadie de la jerarquía mafiosa. Y ahora unos cuantos tiemblan.

¿Sólo los mafiosos tiemblan? Ni de broma. Muchos sospechaban la existencia de un coágulo de intrigas Estado-Mafia, de sistemas retorcidos y no retorcidos, de cómplices constitucionales, de escuadrones de policía y carabineros, políticos y señores de cuello blanco; quién sabe si tal vez algún “periodista prestado” a Cosa Nostra no hubiera terminado en esa red. Algunos lo denunciaron, pero, en última instancia, parecía el secreto destinado a ser el secreto mejor guardado al mundo.

Piensen: durante 30 años se han multiplicado los juicios sobre esa negra temporada, pero en la apelación siempre faltaban fragmentos de verdad. Sin embargo, quizá —y ya era hora, podríamos decir— la historia está cambiando.

Durante 30 años se han multiplicado los juicios sobre esa negra temporada, pero siempre faltaban fragmentos

Comentamos la gravedad de las palabras de Graviano; prueba de ello es que, por contener el tsunami que afecta a Silvio Berlusconi, ha vuelto a dar la cara el abogado Niccolò Ghedini, reservista de esa lejana temporada. El cual, sin duda con sus buenas razones, desmiente todo, niega todo, le da la vuelta.

Y si las cosas se ponen peor, juraría, optará por una denuncia y pleitos millonarios por lesiones, porque cuando los reservistas salen al campo la guerra se vuelve dura.

Ya veremos.

Solo una cosa: iba a pasar tarde o temprano que en algún lado se viese perforada la coraza de silencio que durante décadas ha congelado cualquier tipo de búsqueda de la verdad sobre los años de las matanzas. Matanzas (Capaci e calle d’Amelio) que tuvieron como directores y ejecutores los despiadados Giuseppe Graviano y su hermano Filippo.

Por otra parte, no suscitan ninguna duda las escuchas telefónicas en la cárcel de Ascoli Piceno que se remontan a la primavera del 2016 y a los principios del año 2017, entre Giuseppe Graviano e Umberto Adinolfi, el mafioso de la Camorra con el que compartía el tiempo de recreo. Pruebas que los defensores de Berlusconi trataron de disipar, agarrándose a un clavo ardiendo: cuando Graviano contó “Berlusca me pidió este favor…por eso la urgencia” en realidad no habría dicho “Berlusconi” sino “Bravissimo”. Escuchas telefónicas —merece la pena recordarlo— proporcionadas por Nino Di Matteo y por el entero equipo antimafia de magistrados en el juicio por las Negociaciones Estado-Mafia.

Ahora, esperando que se acabe la historia, limitémonos a escuchar a Graviano. Que ahora, si puede, habla más fuerte y más claro.

Hubo reuniones confidenciales entre mafiosos, Berlusconi y empresarios que preferían no presentarse

Aquí está la síntesis (de momento): se encontró tres veces con Berlusconi en Milán; Berlusconi se encontró con el mafioso aun sabiendo quien era y que era fugitivo; hay unos vínculos “históricos” de su familia con Berlusconi, desde la época de su propios abuelo y padre, de los que el vástago que ahora está hablando heredó el poder económico y de negocio; hubo reuniones confidenciales entre mafiosos, Berlusconi y empresarios que preferían no presentarse; un piso como regalo a su primo, en Milán 3, el Eldorado de cemento que se convirtió en el cuartel general del Caballero. E incluso: empresas en común, socios secretos y cenas en restaurantes de moda. Por último, referencias inquietantes a la circunstancia del arresto de los hermanos Graviano. La razón de su decepción de hoy, finalmente, es que Berlusconi le “traicionó”, al manifestarse en contra de la supresión de su cadena perpetua.

Y Giuseppe Graviano – no debe olvidarse nunca, y es un hecho bien conocido – se ha convertido en padre mientras ya estaba en la cárcel para empezar a cumplir su condena.

Es decir, los Graviano siempre fueron, como se diría en los años del cine neorrealista, “Gente de respeto”; en el sentido mafioso naturalmente. Escuchamos bien esta voz poderosa que viene de aquel mundo – el de las matanzas y de las Negociaciones Estado-Mafia – siempre callado.

En cuanto al abogado Ghedini, ya habrá tiempo para escuchar también sus más categóricos desmentidos.

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© Saverio Lodato | Publicado en Antimafiaduemila | 7 Feb 2020 | Traducción del italiano: Valeria Guerriero

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