Candidato Sisi
Nuria Tesón
Ahora viene lo difícil. Primero, aceptar que lo pasado difícilmente volverá. Después aceptar que lo que ha de venir puede ser aún peor que lo que se dejó atrás. Más vale malo conocido… Que se lo digan a los egipcios. Murieron en Tahrir, en Mohamed Mahmud, en Suez, en Alejandría, en el norte, en el sur. Murieron de gloria y de ganas de libertad. Ahora (todo está consumado), toca ver cómo el nuevo reyezuelo va construyendo su torre de marfil.
El ahora exmariscal de campo y jefe del Ejército egipcio, Abdel Fatah Sisi, ha colgado la guerrera y las botas y se ha puesto el número de corredor hacia el palacio presidencial. Su despedida de la milicia la hizo de uniforme. No se le vaya a olvidar a nadie que de aquellos barros vienen estos lodos. Porque un lodazal es lo que se le viene encima a Egipto.
Ocho meses después de conquistado el poder enchironando al primer presidente democrático, el hermano musulmán Mohamed Morsi, Sisi el mariscal se prepara para recoger los frutos de un plan bien perfilado.
El golpe de estado va consolidándose. El de hace tres años, cuando el Ejército empezó a apretar la soga sobre el cuello de los egipcios
El golpe de estado va consolidándose. No el del 3 de julio que puso a Morsi entre rejas y abrió una caza de brujas contra los Hermanos Musulmanes, no. El de hace tres años, el 25 de enero de 2011, cuando el Ejército tomó el mando del país, puso en la jaula a otro presidente, Hosni Mubarak, y empezó a apretar la soga sobre el cuello de los egipcios.
Hay un momento cuando a uno le golpean en que pierde la sensibilidad y ya todos los golpes de más apenas se acusan. Algo así le está ocurriendo a Egipto. Lo han vapuleado tanto, lo han centrifugado de tal manera y lo han descolocado hasta tal punto que ya ni siente.
Pero sí padece: padece cortes de electricidad y escasez de combustible, pobreza y desempleo, contaminación ambiental, torturas sistemáticas, corrupción política y judicial… Si fuera un enfermo tendría una septicemia generalizada. Un médico les dirá cómo arreglar eso. Pero, ah, otro de los padecimientos de Egipto es un sistema educativo y sanitario paupérrimos. Lo tienen difícil.
El principal oponente, Hamdeen Sabahi, pregona en el desierto hablando del sinnúmero de corruptos que respaldan a Sisi
Sisi el candidato encontrará todo esto al final de la carrera electoral. En su discurso televisado al despedirse de las Fuerzas Armadas y abrazar la política afirmó ser consciente de ello. También lo es de que “todas las madres de Egipto lo querrían de yerno”. Eso se dice en los mentideros de la Victoriosa. Y él juega esa baza mejor que sus predecesores.
Frente a Morsi, un Rajoy cualquiera en cuestiones de mercadotecnia, Sisi busca el encanto de Obama el encandilador. Ya le hemos visto en bicicleta por la ciudad, saludando a los viandantes en chándal. Mientras tanto, su oponente Hamdeen Sabahi se desgañita hablando del sinnúmero de corruptos que respaldan la candidatura del exmariscal. Pregona en el desierto.
La penúltima candidatura anunciada no causará menos desazón (por no decir pavor) al nasserista Sabahi. El presidente del club de fútbol Zamalek, el abogado Mortada Mansour, ha salido a la palestra anunciando que prohibirá Facebook y Twitter si amenazan la seguridad nacional y declarará la guerra a Etiopía por el contencioso que ambos países tienen abierto por la construcción allí de una presa en el Nilo. No obstante, para tranquilidad de los observantes de la ley islámica, se prohibirá la venta de alcohol limitándose su consumo por parte de extranjeros en los hoteles internacionales. Mansour dixit.
Otro candidato, Mortada Mansour, promete prohibir Facebook y Twitter y el consumo de alcohol, y declarar la guerra a Etiopía
Y ya que sale el latín a relucir, me viene a la cabeza un capítulo de la serie de televisión Roma que recientemente he vuelto a visionar. En el episodio en cuestión, César, ya nombrado dictador de la República, convoca elecciones y pide a uno de los protagonistas, Lucio Voreno, hasta entonces prefecto evocati y antes de eso centurión, que se presente a magistrado. El pobre, que no es muy ducho en asuntos políticos, teme hacer el ridículo y se esfuerza por estudiar para ser capaz de vencer a sus adversarios. Su asesor político, Posca, un esclavo a las órdenes de Julio César, finalmente le tranquiliza haciéndole saber que sus contrincantes son hombres de paja: “Sería muy feo que los hombres de César ganaran sin tener oposición”. Algo que causa su inmediato enfado, pues el personaje de Voreno es recto, limpio y honrado hasta el extremo. Aunque le sirva de poco.
Los activistas encarcelados han pedido a Sabahi que no sea cómplice de la farsa, pero en lugar de sentirse disuadidos él, u otros posibles candidatos, hoy mismo se ha puesto bajo los focos Bothaina Kamel, la única mujer que fue candidata las pasadas elecciones. Así que ya son tres los contendientes con los que habrá de batirse Sisi bajo la atenta mirada de la Unión Europea: la responsable de Política Exterior, Catherine Ashton, ha firmado un acuerdo con Egipto para vigilar los comicios. Eso sí, en su visita, el pasado fin de semana, únicamente se reunió con el candidato Sisi.
Tal vez a todos ellos su Posca particular les haya dicho como al futuro magistrado Voreno que “el pueblo de Roma no llora por unas elecciones libres. Llora por que quiere un trabajo. Llora porque quiere agua limpia, comida, estabilidad y paz”. Pues eso.
Especial para MSur