La guerra ha terminado
Alejandro Luque
Adam Foulds
En la boca del lobo
Género: Novela
Editorial: Galaxia Gutenberg
Páginas: 280
ISBN: 978-84-1673-406-1
Precio: 21,50 €
Año: 2014 (2016 en España)
Idioma original: inglés
Traducción: Irene Oliva Luque
Título original: In the Wolf’s Mouth
Podría decirse, sin miedo a exagerar demasiado, que la Italia que conocemos tuvo dos momentos fundacionales, y los dos relacionados con Sicilia: uno fue la unificación de Garibaldi, del que recordarán su desembarco en Marsala con los famosos Mil; el otro, la victoria de las tropas americanas capitaneadas por Patton y Montgomery en 1943. Ésta última dio pie definitivamente al estado moderno de hoy, y no solo por la erradicación bélica del fascismo, sino por la conocida colaboración de los aliados con la mafia local; colaboración que, a la vez que facilitaba la invasión, consolidaba el poder de Cosa Nostra sobre la isla, lo que andando el tiempo corrompería al país entero.
Posee sobrada capacidad para perfilar, poco a poco y con trazos hábiles, a los personajes
Entre Lucky Luciano y la actual mafia de cuello blanco y parqué bursátil hay, pues, 75 años de violencia y rapiña. Adam Foulds, un joven escritor londinense galardonado entre otros con los premios Somerset Maugham y Man Booker Prize, ha querido contar en una novela, o al menos así se nos presenta, cómo fueron aquellas alianzas. Pasaré por alto el hecho de que no haya escogido para ello el título más original del mundo –ni siquiera como traducción de la expresión italiana In bocca al lupo, popular modo de desear buena suerte–, pues de lo que se trata ante todo es de saber si la trama y los elementos concebidos por el autor funcionan. Y puedo satisfacer ya esa incógnita: sí, funcionan. A través de capítulos breves pero sustanciosos, seguimos la peripecia de los soldados estadounidenses, primero en el norte de África, luego en la propia Sicilia.
Las expectativas que albergamos al principio quedan al final demasiado arriba
Buena ambientación, diálogos y situaciones realistas, Foulds ha leído con provecho la suficiente literatura bélica –anaquel II Guerra Mundial– como para meternos en situación desde el principio. Y posee sobrada capacidad para perfilar, poco a poco y con trazos hábiles, a los personajes que se disputan el protagonismo en estas páginas. Ahí tenemos al pastor Angilù, ingenuo y un tanto servil; al oficial británico Will Walker, disciplinado y audaz, atento lector del De rerum natura de Lucrecio y del Manual de Invasión, resignado a ocuparse de la Seguridad sobre el Terreno; a Ray Marfione, soldado de infantería italoamericano que sueña con ser director de cine, pero tras entrar en combate acaba sumido en las tinieblas del shock psicológico; a esa princesa, Luisa, hija del príncipe Adriano, que ayudará a Marfione a escapar de ese trauma; a Cirò Albanese, boss siciliano que hubo de emigrar a Nueva York y prosperó en aquella tierra de promisión, pero que ahora, al regresar a su tierra, se propone recuperar cuanto dejó atrás, empezando por una esposa que, tras darlo por muerto, rehízo su vida hace mucho.
Todo funciona en la novela, decía. Funciona demasiado bien. Es el momento, pues, de desconfiar, de preguntarse si esa sensación de avanzar sobre un mecanismo bien engrasado responde a las virtudes del narrador, o a una confortante correspondencia entre lo que creemos que debería ser aquella situación y cómo deberían comportarse sus actores, y lo que efectivamente leemos. Y me temo que, sin querer quitarle méritos a Foulds, hay en esta En la boca del lobo algunas lamentables concesiones al estereotipo. No digo, ojo, que todo sea cliché, ni mucho menos. Solo afirmo que las expectativas que albergamos al principio quedan al final demasiado arriba, incluso para una pluma inteligente y hábil como la del inglés.
Si no tenía suficiente documentación, su obligación como novelista era inventárselo
Mientras que el contraste entre las personalidades de Walker y Marfione resulta estimulante y acaso daría para mucho más, los personajes sicilianos quedan un tanto acartonados. Especialmente esa princesa un tanto Disney que en algún momento parece estar ahí solo para cumplir con la cuota de género, pero también el cruel Albanese, cegado por el deseo de vendetta, y el acogotado Angilù. La sospecha se extiende a los escenarios y los trances que atraviesan unos y otros: convincentes, sí, pero con esa cierta flacidez de lo ya sabido, de lo ya visto muchas veces antes.
Y es una pena, porque Foulds, repito, sabe escribir con precisión y con densidad. Y sabe –esto es quizá lo más importante– rematar bien la faena, consciente tal vez de que la opinión del lector se decide en las últimas páginas. Pero para asomarnos a la sinrazón de la guerra, a su podredumbre moral, a sus devastadores efectos sobre las personas y las ciudades, ya tenemos una interminable bibliografía.
Habría sido interesante, en cambio, saber más de las conexiones USA-Cosa Nostra, que casi quedan reducidas aquí a poco menos que un simple asunto privado, y de paso se exime a los americanos de cualquier intención en el asunto. Si no tenía suficiente documentación, su obligación como novelista era inventárselo; y si la tenía, no le ha sacado el aprovechamiento que el tema merecía. Porque cuando acabó la guerra en Italia, empezó otra que dura hasta hoy.
En definitiva, Adam Foulds se presenta aquí como un narrador solvente que se ha quedado algo corto en sus ambiciones. Su obra es amena, se lee de corrido, pero si buscan algo de veras demoledor sobre la misma época, busquen La piel de un tal Curzio Malaparte.
·
¿Te ha gustado esta reseña?
Puedes ayudarnos a seguir trabajando
Donación única | Quiero ser socia |