Ortodoxos


Judíos ortodoxos en Jerusalén (2013) | © Ilya U. Topper / M'Sur
Judíos ortodoxos en Jerusalén (2013) | © Ilya U. Topper / M’Sur

Con la palabra ‘ortodoxo’ se describe hoy normalmente la corriente mayoritaria del judaísmo rabínico, que es prácticamente la única existente en el Mediterráneo. Todos los datos contenidos en M’Sur respecto a los ritos o creencias del ‘judaismo’, sin especificar una corriente concreta, hacen referencia a la interpretación ortodoxa, que se llama así desde que en el siglo XIX aparecieran en Alemania corrientes reformistas.

Los sefardíes y mizrajíes son en su conjunto ortodoxos, mientras que en el ámbito asquenazí existen también las ramas conservadora y reformada.

En Israel, donde prácticamente todo el mundo pertenece a la corriente ortodoxa, es frecuente llamar «ortodoxos» a los ultraortodoxos (haredíes).

El hecho de pertenecer a la escuela ortodoxa no indica el grado de religiosidad de un individuo. Una gran parte de la población israelí que se define como «ortodoxa» no vive según las estrictas reglas religiosas previstas por la halaja, la ley rabínica. Poco después de la fundación del Estado de Israel, en 1948, gran parte de sus habitantes judíos se declaraban incluso agnósticos o en todo caso prescindían de toda práctica religiosa.

En las últimas décadas, la observancia se ha extendido, y según una encuesta del año 2000, un 58% de los judíos israelíes sólo toma alimentos kósher, un 44% separa estrictamente cárnicos y lácteos, un 48% reza cada viernes por la noche el kidush y un 25% nunca viaja en shabat.

Históricamente, la tradición sefardí era mucho menos estricta que la asquenazí. En el Magreb, la halaja no se interpretaba con tanto rigor y minuciosidad como en las comunidades del Este de Europa.

Desde mediados del siglo XX, esta situación se ha invertido en Israel, donde grandes partes de la población sefardí-mizrají, oriunda de Marruecos, fue puesta bajo tutela de rabinos lituanos asquenazíes que promueven una interpretación extremamente rigurosa de la halaja. Como consecuencia, la tradicionalmente tolerante y liberal comunidad judeomarroquí y sefardí se ha convertido en el guardían de la ortodoxia asquenazí.

Determinados signos externos muestran los grados de devoción entre los ortodoxos: llevar siempre una kipa (gorrito redondo), en lugar de colocársela sólo para acudir a la sinagoga, denota religiosidad entre los hombres. Entre los miembros del movimiento sionista religioso, más fundamentalista, este gorrito debe ser tricotado a mano. Además, los más devotos se dejan barba, sobre todo en las patillas. Las mujeres ortodoxas religiosas se cubren la cabeza con un gorro o sombrero de cualquier tipo y llevan falda larga.

Ultraortodoxos

Una rama específica del judaísmo ortodoxo es la haredí (o jaredí), también conocida como ultraortodoxa. Esencialmente no existe diferencia teológica ni interpretativa entre ortodoxos y haredíes: éstos últimos simplemente se limitan a cumplir con enorme minuciosidad todas las normas previstas por la interpretación ortodoxas, o llevarlas al último extremo. Como además se distinguen por su traje – siempre negro, con sombrero los hombres – forman una especia de rama aparte, fácilmente identificable.