Crítica

Una revolución entre tres islames

Ilya U. Topper
Ilya U. Topper
· 5 minutos

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Sami Naïr
¿Por qué se rebelan?

Género: Ensayo
Editorial: Clave intelectual
Páginas: 246.
ISBN: 978-84-9407-412-7
Precio: 15 €
Año: 2013
Idioma original:Francés.
Título original: sin
Traducción: Samia Nassera Zini y Hélène Fabre.

Hosni Mubarak, Muammer Gaddafi, Zine el Abidine Ben Ali y Bashar Asad todos tuvieron que hacerse la misma pregunta que un día, poco antes de ser guillotinada, se hizo María Antonieta: ¿Por qué se rebelan?

También se hace esta pregunta Sami Naïr (Tlemcén, Argelia, 1946), profesor de Sociología en París y Sevilla.

La respuesta corta la dio Oriana Fallaci (antes de volverse majara) en Un hombre (1979): Puedes oprimir un pueblo durante cien años. Pero no puedes oprimirlo durante cien años y un día. Porque entonces estallará.

La respuesta larga la da Sami Naïr en el libro. Aunque la pregunta – por qué se rebelan – sólo ocupa los primeros capítulos. Más espacio está dedicado a una cuestión mucho más acuciante: ¿y ahora qué?

El libro es denso, prefiero advertir ya. No es lectura para siestas. A quien no le guste escalar expresiones como «forclusión referencial», tendrá que armarse de paciencia (aunque lo de la escisiparidad de los movimientos de izquierda me ha encantado). Digo armarse de paciencia, no dejar de leer. La expresión es precisa y lo que dice el libro es demasiado importante como para pasarlo por alto.

Hay una reflexión en profundidad sobre qué conforma estas sociedades que nos parecen tan ajenas

Porque aquí no tenemos (sólo) el típico análisis periodístico de revueltas, represiones, intervenciones, potencias geopolíticas – que también – sino además una reflexión en profundidad sobre qué conforma estas sociedades que nos parecen tan ajenas. Ajenas no porque tengan una cultura distinta – bien sabe Naïr, gran defensor de la mediterraneidad, que no – sino porque en los últimos siglos han estados sometidas a un proceso histórico distinto al de sus vecinos del norte. Porque han sufrido la imposición de un papel de la religión que en el norte no fue impuesta de esa manera (la religión es a grandes rasgos la misma: Naïr no comete el error de intentar buscar características dentro del islam sino que analiza el papel que se le ha dado en la sociedad: quién la impuso, con qué fin, quién la sigue imponiendo, financiado por quién).

Ideas a retener: Los tres islames del mundo llamado musulmán (el oficial de Estado, herramienta de control del pueblo, el islam popular, relajado e integrador de numerosas prácticas tradicionales preislámicas, y el islamismo revolucionario, difundido por los Hermanos Musulmanes, arma arrojadiza política e instrumento de una severa homogeneización identitaria, creador de fronteras, destructor de lo «otro»). El binomio islam magrebí / islam asiático (saudí-afgano).

El enfrentamiento de dos potencias geopolíticas mutuamente excluyentes: Egipto y Arabia Saudí

Más: La exclusión de las masas en los Estados nacidos en la lucha contra el colonialismo y convertidos en propiedad privada de una élite. La república hereditaria (Mubarak, Asad, Gaddafi…) como destino final de esta apropiación, y como fracaso estrepitoso del ideario democrático. El enfrentamiento sempiterno de dos potencias geopolíticas mutuamente excluyentes: Egipto y Arabia Saudí (no hay espacio en el mundo árabe para ambas).

Otrosí: La gran cuenta pendiente – otro fracaso: por cobardía, por cautela – de la clase pensadora árabe: no haber sido capaz en cincuenta años de instaurar una crítica del islam desde fuera, el derecho a analizar la religión y asignarle su espacio. Todo han sido loables intentos de reformarlo desde dentro, pero una reforma desde dentro significa aceptar, validar, dar por buena la pretensión de esta religión de ser mandato divino. Mandato explotado hoy hasta la última gota (de sangre) por la contrarreforma islamista. Que puede hacerlo, porque nadie, ni en Túnez ni en Siria, nadie (aparte Atatürk) trazó la división entre lo humano y lo divino. Bajo divino entiéndase: el poder entregado al clero por parte de los políticos para justificarse ante sus críticos: Deus vult.

Este libro se terminó de imprimir en mayo de 2013. ¿Ha sido superado por los acontecimientos? No. Los últimos hitos – el golpe de Estado en Egipto, la aprobación de la Constitución tunecina – son pasos coherentes en una dinámica sociopolítica, sociorreligiosa, geopolítica, incluso georreligiosa (Arabia Saudí, Qatar) esbozada con mucho conocimiento de detalle por Sami Naïr.

Ya digo, una lectura no demasiado fácil, quizás pegada demasiado a la sintaxis original francesa, pero una lectura necesaria, muy necesaria, no sé si para entender qué pasa en la franja sur del Mediterráneo pero al menos para aprender a no entenderlo mediante los moldes que la mayor parte de la prensa y los tertulianos televisivos le colocan encima. Tal vez, María Antonieta tendría que haberlo leído a tiempo.