Entrevista

Abraham Serfaty

«Sin una izquierda radical, el islamismo será un riesgo»

Ilya U. Topper
Ilya U. Topper
· 18 minutos

Abraham Serfaty tiene 76 años *) y una mirada lúcida sobre un mundo que sigue analizando con la pasión del viejo militante. Su bonita casa en Mohammedía, a pocos kilómetros de Casablanca, no es una torre de marfil: postrado desde hace años en silla de ruedas sigue participando en alguna manifestación cuando la causa lo justifica.

Nacido en el seno de una familia judía marroquí, miembro de primera hora del partido comunista e ingeniero de minas, Serfaty llegó a ocupar un puesto importante de funcionario en los años setenta. Su actividad en el grupo marxista clandestino Ilal Amam (Adelante) le valió cárcel y tortura en 1974 y una condena a perpetuidad en 1977.

Liberado en 1991 —Hassan II le profesó un odio personal y llegó a declarar que «este señor no disfrutará de la gracia real mientras no admita que el Sáhara es marroquí’— fue expulsado a Francia. Su regreso emotivo el 30 de septiembre de 1999, dos meses después de la muerte del rey y rodeado de ministros, altos cargos y una espontánea manifestación de bienvenida, fue la señal visible del cambio que Marruecos inició con Mohammed VI.

«Creo que Mohamed VI quiere la modernidad pero está rodeado de muchas cosas del viejo régimen»

La casa que habita es propiedad del Estado, una modesta indemnización a quién durante un cuarto de siglo fue el símbolo de la oposición marroquí. No lo considera un favor: “Si hubiera seguido en mi puesto de ingeniero, hoy tendría derecho a una casa similar” declara Serfaty. Sus palabras agudas, sin concesiones, demuestran que Abraham Serfaty, ingeniero, marxista, judío marroquí, sigue siendo la voz de quienes nunca se vendieron.

Con las elecciones del 27 de septiembre, Marruecos pretende entrar en la era de la democracia por la que usted luchó durante casi seis décadas. ¿Sigue usted en la oposición?

Bueno, yo ahora no estoy en la oposición, pero no soy tampoco del poder. He sido oponente de Hassan II y de su política hasta el fin; me parece que Mohammed VI es un hombre que quiere la modernidad y la democracia en Marruecos, pero está rodeado de muchas cosas que quedan del régimen anterior, no solamente de Hassan II sino del viejo régimen de Marruecos: el llamado majzén. Incluso la escena política es un desastre. Hay treinta partidos políticos o más, pero ninguno es un partido moderno.

La coalición de la izquierda en el gobierno que tantas esperanzas despertó, ha sido una gran decepción, en la opinión de todos. ¿A quién votar?

La verdad es que no hay alternativa. En esta barahúnda de treinta partidos políticos ¿quién va a ganar? No lo sé. Probablemente no será el partido socialista en el gobierno, la USFP, y tampoco el histórico Istiqlal. Puede que sea algún partido de la burguesía moderno o de los empresarios modernos, aunque no tengan una mayoría aplastante. Si ganaran sería un progreso para Marruecos.

«Hay que clarificar quién es izquierda y quiénes han colaborado con la dictadura»

¿Y el peligro islamista?

El peligro islamista existe, pero todavía está contenido. No sólo por las autoridades sino por la política y la ideología, gracias al rey. El rey es Amir al Muminin, comendador de los creyentes, y como jefe del islam en Marruecos tiene una gran influencia.

¿Y no se corre peligro que la semilegalidad refuerce su papel de víctimas y aumente su poder?

Sí, este peligro existe. Y en este sentido, la fuerza del Rey no es suficiente. Hace falta un partido fuerte de la izquierda radical. Pero todavía no existe. En los partidos actuales hay muchos militantes de la izquierda radical, pero recordemos que los partidos legales en Marruecos, también [el partido socialista,] la USFP y el partido comunista, el PPS, han surgido de un compromiso con el rey Hassan II en 1975 en el que aceptaron todas las cosas negativas de su régimen. No sólo las aceptaron sino que están encabezadas por personas comprometidas con este regimen. Hay que clarificar quién es izquierda y quiénes han colaborado con la dictadura. En la USFP se está haciendo la decantación y emergen corrientes nuevas. Abderrahman Yussufi es un hombre honesto, pero la verdad, sería mejor que… Ha tenido una vida honesta hasta que se convirtió en primer ministro. Pero desde entonces no ha hecho nada. De todos modos es necesario empezar a construir un partido de la izquierda verdadera. Existen núcleos para ello y espero que en dos, tres o cuatro años lo veamos emerger. Es más: si no emerge en este período, entonces el peligro islamista sí que se convertirá en un riesgo. La autoridad del Rey es importante pero no basta para contener el islamismo si no hay una alternativa política radical.

«Hay que clarificar quién es izquierda y quiénes han colaborado con la dictadura»

El gobierno marroquí reprime o censura ciertos discursos islamistas, pero ¿hace una educación a la tolerancia?

Bueno, la educación es un problema desde el punto de vista general. Es un desastre. En febrero del año 2000 se ha adoptado en el Consejo de Ministros una Carta de Reforma de la Enseñanza, un documento muy positivo. Desde entonces no han hecho nada. Y subrayo: nada. Es un desastre para los pequeños y un desastre para el país.

¿Este documento prevé por fin la enseñanza del bereber?

Bueno, han puesto un pie hacia delante, pero no más. Se prevé que la enseñanza preescolar se realice en bereber en las regiones donde es idioma materno. Eso es positivo. Pero no hay un proyecto de enseñanza del bereber en la escuela primaria, aunque sí se trabajará esta cuestión en las universidades. Una parte importante de los militantes de la causa bereber dicen que no es suficiente, y probablemente no sea suficiente. El problema de fondo es que no hay una lengua bereber única sino varias lenguas bereberes. Las diferencias entre ellas son pequeñas pero existen. No se puede resolver la cosa con un decreto que las unifique de golpe. Hay que enseñar el tarifit en el norte, el tamazight en el centro de Marruecos y el tashelhit en el sur, estandarizarlas y desarrollar su enseñanza poco a poco, e irán hacia su unificación. Puede que a medio plazo tengamos una lengua bereber única, pero ahora no la hay.

El bereber, convertido en lengua oficial, ¿podría ser un contrafuerte contra el islamismo por mostrar una pluralidad?

«El islamismo comporta una negación completa de la identidad bereber»

¡Pues ahora ya es un contrafuerte! Porque el núcleo ideológico del islamismo es afirmar que no hay pueblos árabes o bereberes sino sólo un pueblo musulmán. El islamismo, aunque no sea la negación de los árabes ―hay una clase de vinculación entre el arabismo y el islamismo― sí comporta una negación completa de la identidad bereber. Así que los bereberes, de todos modos, no pueden ser islamistas. La cuestión de la identidad en África del Norte es compleja: tenemos un sustrato bereber y un aporte arabe. El islam es una ideología. Es una componente de la cultura, pero no es la cultura en sí mismo. Y esta cultura árabo-bereber debe vincularse con el universalismo.

¿En qué sentido?

En el sentido de que hay una humanidad. Una, no varias humanidades. Lo que se dijo después del 11 de septiembre del año pasado, que haya un choque de civilizaciones, es falso. Tenemos que construir en el siglo XXI la cultura y la civilización de la humanidad. Integrando los diferentes aportes de la cultura occidental, de la cultura de los países árabes, de la cultura árabo-bereber de África del Norte, de la cultura de India o de China etcétera. Pero construyendo la cultura de la humanidad del siglo XXI. No existe un choque de civilizaciones. En este sentido tenemos que traspasar todos los fanatismos. Y también el mundo árabe tiene que comprender muy bien que hay que integrar en nuestra cultura e identidad el aporte de Occidente. Es en Occidente donde se desarrolló en el siglo XVII-XVIII la Filosofía de las Luces. Es la primera filosofía universalista y es un aporte de Occidente. Y tenemos que reconocer que es una cosa fundamental de la cultura de la humanidad del siglo XXI.

Usted es judío. Y estuvo encabezando la manifestación de abril en Casablanca contra la política de Israel.

Yo milito contra el sionismo. Soy judío, un judío marroquí. Es mi identidad. Pero como judío pienso que el sionismo no es sólo contrario al pueblo palestino sino incluso contrario al judaismo. Cuando tenía 10 años, en 1936, mi padre me llevaba a la sinagoga, me señaló a un hombre y me decía: mira, este hombre es sionista, y el sionismo es contrario a nuestra religión.

El sionismo en su origen no era religioso.

Pero era racista. El sionismo político del Ben Gurión y quienes fundaron el estado de Israel es antijudío y antihumano. Israel debe ser el estado de sus ciudadanos. Naturalmente con una mayoría muy grande de judíos y una minoría de musulmanes y cristianos de origen palestino, pero no debe ser, en esencia, un estado judío. Que los judíos sean mayoría, muy bien. Que se respete la religión de los judíos, de los musulmanes, de los cristianos, claro que sí. Pero debe ser un estado moderno, laico y no vinculado a la religión judía, y tampoco vinculado a la idea absurda, que no tiene sentido, de que cualquier judío en el mundo es israelí. Esta ley, la ley del retorno, debe abolirse.

«El islam es una ideología. Es una componente de la cultura, pero no es la cultura en sí mismo»

¿Cuánto falta para la paz?

No se puede hacer la paz con Sharon, eso está muy claro. Bueno, puede ocurrir con gobiernos como el de Shlomo Ben Ami, o un gobierno de los laboristas en un futuro próximo, lo espero… Incluso con las condiciones a las que se estaban acercando en Taba, en las últimas negociaciones entre el gobierno de Ehud Barak y Arafat. Estaban muy cerca de la paz. Si se basan en estas condiciones, el Estado de Israel todavía será un estado sionista. Pero la paz en sí misma es la negación del sionismo. Por eso, Sharon es muy lógico: él es sionista y no quiere la paz.

¿Cómo ve usted las relaciones con España? Sobre todo después del conflicto de… ¿cómo prefiere llamar la isla de la discordia? ¿Leila, Tura, Perejil?

[Risas] Perejil es un buen nombre. Pero la postura del gobierno español ha sido escandalosa. Es el único país, me parece que el único en el mundo, que todavía está vinculado a la ideología colonialista. Francia o Inglaterra o América tienen relaciones de dominación respecto al Sur, pero de un modo más elegante. Pero qué decir de que Aznar nos mande la Armada. La Armada para mí es la Invencible Armada que hace siglos se venció ahí, en el norte. Y todavía se llama Armada. Por lo menos que se cambie ese nombre. Y que se manden buques de guerra a esta isla… es un atraso.

«En 1958, el ejército marroquí contribuyó al aplastamiento de los grupos de liberación saharaui-marroquí»

¿Cree que Marruecos quiso provocar esta reacción?

No sé. No se saben las raíces de los acontecimientos. Claro, Marruecos tomó la iniciativa de mandar nueve gendarmes ahí. No es mucho [risas]. Y hay un estatuto de 1961 que dice que este islote no será de Marruecos ni de España, que será neutral. Pero que se trate la cosa con un poco de elegancia, no con la imbecilidad de Aznar.

Qué opina: ¿fue una provocación o una operación de rutina?

No, no era de rutina. Desde luego que no. No digo que fuera iniciativa del rey, incluso si el rey diera el visto bueno a lo de los nueve gendarmes. Pero es posible que partiera de los altos cargos del ejército o la gendarmería. Puede ser que ellos empujaron al Rey a enviar estos gendarmes. Y añado: ¡bravo a estos altos cargos! ¿Por qué este islote, a 200 metros de la costa marroquí, no pueda ser marroquí? No es posible. Bueno, la respuesta española era escandalosa.

¿Tendrá consecuencias en el contexto internacional?

La consecuencia no sólo es que la cuestión de los presidios esté ahora más en la mesa sino también la cuestión del control del Estrecho. De ahí la intervención de Colin Powell y del gobierno americano. La posición absurda de la Unión Europea era que el control del Estrecho lo ejerciera Europa. De Gibraltar se puede discutir si será española o inglesa o anglo-hispana… pero siempre será de la Unión Europea. Pero ¿y el Sur del Estrecho? ¿Por qué Marruecos, naturalmente con limitación de acción, no tendría los mismos derechos de control en el sur del Estrecho que tiene la Unión Europea en el norte? ¿Por qué un monopolio? No tiene sentido. Y me parece que de parte de América hay un juego muy complicado para decir a Europa que sus límites están ahí, que nosotros apoyamos a Marruecos para que el sur no sea vuestro sino marroquí, entre comillas, y bajo la responsabilidad de Estados Unidos.

«La solución para el desarrollo de la región norte sería dar a Melilla un estatuto de ciudad libre»

¿Y el Sáhara no tiene nada que ver?

La vía más justa para resolver la cuestión del Sáhara sería una autonomía muy amplia. Así lo recoge el Acuerdo Marco del Secretario General de Naciones Unidas, aunque no está bien tal y como está porque concede demasiada importancia al ejército marroquí. Hay que dar autonomía para todas las cuestiones internas: los habitantes del Sáhara no estarían vinculadas a la ley marroquí. Sino a la ley democrática del Sáhara. Estas responsabilidades no están tan claras en el proyecto, pero es la vía. El Sáhara sería no tanto de Marruecos como del Rey de Marruecos en cuestiones de relaciones exteriores, defensa exterior y todo eso. Sería una solución.

Pero ¿eso es creíble en este momento en Marruecos?

El rey y su gente, el ministro del Interior y otros que conozco van en esta dirección. Pero la verdad es que en el ambiente político de Marruecos, todavía están los viejos sueños chauvinistas del ‘Sáhara marroquí’. El rey tendría que afirmar muy claramente que él apoya una tercera vía pero que no se trata de que el Sáhara Occidental sea una región como el Rif o el Sus…Es el problema: hablan de la descentralización. La descentralización es buena para Marruecos. Pero el Sáhara Occidental no necesita una descentralización sino una autonomía interna. En la segunda parte del proyecto de Naciones Unidas hay dos puntos que no pueden ser válidos: la permanencia de los servicios secretos marroquíes en el Sáhara, por un lado, y por otro lado el que el ejército marroquí tenga poder para reprimir las tentativas de secesión interna. Y eso no vale. Hay que aceptar que habrá una componente independentista en el Sáhara, incluso cuando haya autonomía. Ahora, si el Frente Polisario quisiera hablar de la cuestión en lugar de rechazar el problema, se podría negociar.

Parece que los políticos marroquíes aún no aceptan el Frente Polisario como representante genuino del pueblo saharaui.

Sí, ésta es la cuestión. Dicen que el Polisario es una fabricación de Argelia. Pero no es verdad. El Polisario se ha constituido al principio de los setenta por estudiantes saharauis en Rabat que trataron de debatir con los políticos marroquíes, que no los apoyaron, el inicio de una lucha común contra la colonización española. El fundador principal del Polisario, Mustafa Said el Wali, había huido a los ocho años con su familia del Sáhara. Fue en 1958, durante la Operación Écouvillon, que era una operación conjunta del ejército español desde la mar y el francés desde la tierra, diseñada para aplastar los grupos de liberación que en este tiempo eran marroquí-saharauis.Y añado ―y tengo las pruebas― que el ejército marroquí les cortó la carretera de retirada hacia sus bases, que estaban en el sur de Marruecos, al norte del río Draa. Es decir, el ejército real marroquí, bajo la dirección del entonces coronel [Mohamed] Oufkir, contribuyó al aplastamiento de los grupos de liberación saharaui-marroquí. Así que no me hablen… Y Abderrahman Yussufi lo sabe. Y la dirección del partido del Istiqlal de aquella época, que estaba entonces en el gobierno… todos lo han aceptado. Es más: lo han hecho. Así que no me hablen de patriotismo marroquí como hacen. Ellos sólo tienen derecho a callarse.

¿Pero históricamente el Sáhara sí es marroquí?

En 1956, cuando Marruecos fue independiente, todos los saharauis aspiraban a ser marroquíes. Naturalmente, con lo que aconteció en 1958, se les fue esta idea. Pero no es cierto que el Sáhara fuera marroquí como una región más. Historicamente hay una diferencia. Pero una autonomía amplia sería una solución. Sin embargo, el Polisario, que era al principio un movimiento autónomo del pueblo saharaui, ahora está más o menos bajo la tutela del gobierno argelino y no tiene libertad política. Si un obstáculo es el chauvinismo marroquí, otro es el pensamiento hegemonista en Argelia: los generales argelinos quieren dominar África del Norte.

¿España está contribuyendo a la construcción del Magreb?

No, nada. América hace algo, por intereses suyos, pero España está todavía atrasado. Incluso con Felipe González, aunque González tuvo un poco más de elegancia. Pero desde 1956 España se quedó anclado en las viejas ideas de Franco.

«La solución para el desarrollo de la región norte sería una unificación que diera a Melilla un estatuto de ciudad libre»

¿Qué opina de Ceuta y Melilla?

La Bahía de Melilla podría ser uno de los puertos más importantes del Mediterráneo, comunicada con todo el este de Marruecos. Sería en el interés de ambas partes. Ahora se ven mujeres que cargan fardos en la espalda y pasan la frontera con la mercancía a cuestas, pero ¿no es un atraso? La solución para el desarrollo de toda la región, tanto para los habitantes españoles como para los habitantes marroquíes de Melilla, sería la unificación. Una unificación que diera a Melilla un estatuto de ciudad libre, de forma que los habitantes españoles puedan tener la nacionalidad española y los marroquíes la marroquí y todos a la vez la ciudadanía de Melilla. Lo mismo vale para Ceuta, añadiendo la cuestión de la seguridad nacional, es decir el control del Estrecho. Llegar a esta solución es perfectamente posible. Sería posible si hubiera gente inteligente en ambos lados.

Usted lleva cincuenta años intentando aportar inteligencia a la política…

Bueno, a la política… Yo soy ingeniero. Por otra parte, soy militante desde 1944. He empezado a militar en Casablanca. Empezábamos cerca del barrio español, el Maarif, donde todos eran españoles. Españoles republicanos. Mi padre, en el 36, estaba con la República. Así, como dijo Neruda, tengo España en el corazón. La España democrática, progresista.

Abraham Serfaty murió el 18 Nov 2010 en Marrakech a la edad de 84 años.