Entrevista

Khaled Abol Naga

«La revolución no sólo pertenece a Egipto sino a la humanidad»

Ilya U. Topper
Ilya U. Topper
· 14 minutos
Khaled Abol Naga (Estambul, Nov 2011) |  ©  Ilya U. Topper / M'Sur
Khaled Abol Naga (Estambul, Nov 2011) | © Ilya U. Topper / M’Sur


Estambul  | Noviembre 2011

Khaled Abol Naga, Kal Naga para los usuarios de Twitter que seguían con pasión sus noticias sobre la revolución egipcia, a menudo directamente desde la plaza Tahrir, es la viva imagen del optimismo. El mismo día en que Egipto se vuelve a jugar el futuro en las calles de El Cairo, diez días antes de las elecciones del lunes, el actor egipcio participa en un seminario en Estambul, organizado por la red Nahda (‘Despertar’ en árabe, sin relación con el partido tunecino) y la asociación turca Jóvenes Civiles.

Entregado al mundo del espectáculo desde su adolescencia, Naga (El Cairo, 1966) ha participado en numerosos filmes egipcios, aparte de dirigir programas de televisión y de convertirse en embajador de buena voluntad de la UNESCO. Su arrollador discurso en perfecto inglés ―herencia de sus estudios en Norteamérica― tan denso que apenas permite intercalar preguntas, rebosa de la ilusión que unió durante varias semanas de enero a los egipcios en Tahrir.

Le revolución fue emocionante pero ¿a dónde ha llegado?

Es por eso que estoy aquí: para que la gente continúe mirando dónde estamos. La revolución sigue su curso. Todos fuimos testigos de los primeros 18 días. Ahora, nueve meses después, no se ha cumplido ni una sola de las exigencias de la revolución, que estaban colgadas de un edificio en la Plaza Tahrir. Lo único que empezaron tras ocho meses fue el juicio a Mubarak, y transcurre a puerta cerrada. El pueblo tiene derecho a saber lo que ocurrió.

«Cuánto más pánico tengan los militares, tanto más débiles son y tanto más agresivos se vuelven»

¿Qué es lo que no se sabe?

Los militares siguen diciendo: nosotros protegimos la revolución, pero necesitamos saber, tenemos derecho a saber quién dio la orden de matar a los manifestantes, quién se opuso a esa orden, quién protegió a los manifestantes y quién no. Y esto aún es confuso, aún es algo extraño, nadie habla de esas cosas. Lo que ahora sabemos con certeza es que tienen miedo.

¿A qué?

Tienen realmente miedo de que esta información salga a la luz pública. De otro modo no habrían escondido los juicios y lo de rendir cuentas. Lo que sabemos ahora es cuánto más miedo tengan, cuánto más pánico tengan, tanto más débiles son y tanto más agresivos se vuelven.

¿En qué se manifiesta la nueva agresividad?

Detienen a blogueros. Alaa Abdelfatah, un bloguero, fue detenido y ahora se le juzga en un tribunal militar. Fue un genio al decir: No hablo con militares porque yo soy un civil. Si se demuestra con la ley que es efectivamente ilegal, él puede, de hecho, conseguir que se vuelvan a cuestionar los 12.000 casos que se juzgan en tribunales militares desde la revolución. Yo sé que a gente que estaba junto a mí en la revolución, cantando a mi lado, les acabaron cayendo cinco años de cárcel en un tribunal militar, porque no tenían pleno derecho de acceso a un abogado, no tenían un proceso legal normal.

«El pueblo cree que puede cambiar el gobierno si quiere. Podrían incluso cambiar los militares, si quisieran»

Sin embargo, al ex presidente Hosni Mubarak…

A Mubarak se le juzga en un tribunal civil normal, tomándose su tiempo, con todos los beneficios de tener un abogado y el entero sistema legal. Es absurdo: es obvio que ahora en Egipto tenemos un sistema que no es pro-revolución, o incluso anti-revolución. Un sistema que intenta mantener el régimen cambiándole el nombre o los títulos: incluso los servicios secretos tienen otro nombre ahora. Es tan estúpido, es tan obvio, la gente lo sabe, es casi como un chiste malo.

De hecho, la gente está volviendo a manifestarse.

Este viernes [18 Noviembre] es un día muy importante. Hay enormes protestas en Tahrir mientras estamos hablando… Lo que no entienden los que están en el poder en Egipto ahora, los militares, es que lo que realmente ha ocurrido es un gran cambio en el pueblo: la gente ha expulsado el miedo. Estaban siempre frustrados bajo Mubarak y pensaban que no se podía hacer nada. Pero tras el 25 de enero, la gente se ha inspirado en lo que pasó en Túnez, en lo que hicieron, y ahora se lo creen. El pueblo cree que puede cambiar el gobierno si quiere. Podrían incluso cambiar los militares, si quisieran.

¿Podrían?

Los militares no lo entienden: piensan que sólo era una oleada de furia y que se calmará y que podrán volver a controlar las cosas. Pero es totalmente absurdo: no entienden que lo principal que ha cambiado no es que hayan expulsado a Mubarak o a Ben Ali en Túnez sino que han expulsado el miedo. El factor del miedo. Ya no puedes dominar a la gente dandoles miedo o haciendo que tengan miedo unos a los otros.

Es una táctica bastante difundida…

Es el mismo factor de miedo del que hablo en mis charlas en Estados Unidos: la Administración de Bush utilizaba el factor del miedo para dar luz verde a guerras.El eje del mal y todo eso. Y creo que ahora por fin llegamos a una nueva época en la que el factor del miedo ya no funciona. El poder del pueblo puede conseguirlo. Si preguntas ahora a cualquiera en Estados Unidos o en Occidente sobre la guerra de Iraq, sabe que era un chiste, todo ese eje del mal, inventado básicamente para ocupar Iraq. Ahora, mediante estas experiencias, entramos en un nueva época en la que a la gente ya no se le puede engañar, ya no se les puede controlar y manipular con el miedo.

«A la gente ya no se le puede engañar, ya no se les puede controlar y manipular con el miedo»

Pero sí lo siguen intentando.

El pueblo ha aprendido, está inspirado y tiene esperanza de que ahora sí puede cambiar las cosas.La gente en el poder no ha aprendido nada, recurrre a las viejas tácticas. No veo ningún futuro para ellos. Sólo veo que intentan salir de ahí con más dinero o más ganancias en su visión, pero no les durará.

Eso suena muy optimista, pero mientras estamos hablando, están torturando a gente….

«Es hora que la joven generación se libere de tantos tabúes; Aliaa lo ha hecho desnudándose en internet»

No hubo torturas durante ocho meses, pero ahora piensan que pueden hacerlo. Es algo gradual, nunca habían detenido a blogueros, hasta hace pocas semanas, hasta hace dos meses, digamos. Cambia hacia peor. Y creen que la oleada de furia se ha apagado. Pero tengo mucha confianza en que nunca permitiremos que ocurra. Y parte de mi trabajo aquí es hacer que la gente se mantenga alerta. Y no lo hago sólo en Egipto sino también en el extranjero, porque creo que todo el mundo tiene derecho a saber qué ocurre con esta revolución, porque pertenece a la humanidad, no sólo a Egipto.

Una chica egipcia, Aliaa Magda Elmahdy, se ha desnudado en internet para protestar contra la opresión de la mujer, ¿es parte de la revolución?

Sí, por supuesto. La inspiración de liberarse y de mostrar a todo el mundo ¿saben ustedes? realmente ustedes deberían liberarse de tantos tabúes, y es hora que la joven generación dé este tipo de pasos adelante. Aliaa lo ha dicho a su manera, pero hay mucha más gente joven que lo dice. Muchos lo hacen en blogs; ella lo hizo de una manera artística chocante, pero quiso decir lo mismo. Va todo en la misma dirección: los jóvenes están intentando decir ahora: queremos libertad. Ya no podemos vivir en el antiguo sistema restringido por tabúes. Si no lo entienden ustedes de esta manera, entiéndanlo de otra, si no captan este mensaje, daremos otro. Ya sea Alaa Abdelfattah, una artista de la fotografía del desnudo como Aliaa, o un bloguero como Karim [Amer] de la Universidad Al Azhar, que fue detenido bajo Mubarak, porque criticó el papel que juega Al Azhar.

¿Qué hace mal Al Azhar?

Debería jugar un papel mucho mayor a la hora de limitar estas ideas y grupos extremistas. Debería tener como mínimo su propia emisora de televisión. Tenemos 17 canales de televisión por satélite que emiten una cantidad de gilipolleces al día…Los escuchas y te dices ¿de dónde vienen éstos? ¿de dónde sacan esas cosas? y luego se pelean entre ellos y a veces se contradicen ellos mismo. ¿Quién está detrás de esa gente? Y Al Azhar, la universidad islámica más antigua, no tiene voz. Por qué no abren un canal de televisión y responden a esas ideas extremistas que se emiten en todo Oriente Medio… Pero cuando ese chaval, el bloguero Karim, criticó que Al Azhar no cumplía con su papel, lo metieron en la cárcel por su blog, y eso es ridículo. Muestra que la joven generación sabe cuál debería ser el rol del gobierno ahora.

Hay ahora enfrentamientos entre islamistas y cristianos coptos, queman iglesias… ¿Quién está detrás de esto?

Adivine quién está detrás.

«¿Quién provoca los enfrentamientos, toda esa violencia fabricada contra los coptos, toda esa violencia salafista?»

Yo me puedo imaginar algo, pero prefiero que me lo cuente usted.

Es muy obvio. Es la misma manera en la que Mubarak intentó dominar utilizando esas mismas ideas…. El 1 de enero de 2011 ocurrrió algo que para mí es una de las semillas de la revolución: hubo un ataque terrorista contra una iglesia en Alejandría. De hecho, perdimos a alguien de nuestro equipo, porque estábamos en ese momento rodando [el documental Microphone] en Alejandría y justo después hicimos un concierto con algunos jóvenes del documental para apoyar a las familias de los que habían muerto en el ataque. Más tarde nos enteramos de que los servicios secretos estadounidenses habían averiguado que efectivamente, la policía egipcia tenía mano en esto. El pueblo egipcio tiene derecho a saber quién provoca todos estos enfrentamientos, y toda esa violencia fabricada contra los coptos. Toda esa violencia salafista.

¿La violencia integrista no es real, pues?

Nunca había oído hablar de los salafistas. Todo eso está fabricado, está escenificado por la policía secreta del régimen de Mubarak, primero, para crear ―y eso se sabe muy bien― unos extremistas que luego pueden utilizar contra otros extremistas. Es la misma idea con la que los servicios estadounidenses crearon a Bin Laden en un momento dado, y que luego se les fue de las manos. No tengo dudas de que los egipcios no ejercen esta violencia sectario unos contra otros. Creo que lo que ocurre es que el régimen intenta con toda su fuerza crear estas secciones para fracturar el frente popular.

«Los que son violentos, en estos momentos, tras esta revolución, tras todo lo que hicimos, son sobre todo fabricados»

¿También se les puede ir de las manos en Egipto? Cuando a Aliaa Magda la denunciaron en los tribunales, pidieron que se le aplicara un castigo coránico ―80 latigazos― aunque en Egipto nunca se ha utilizado. Este recurso a la chari’a es nuevo…

Se oyen todo tipo de peticiones. Ahora mismo el régimen de Egipto quiere que la gente esté realmente asustada porque cuando falsifiquen las próximas elecciones quieren que la gente se lo trague pensando que es lo mejor que pueden conseguir, porque de otro modo llegarían al poder todos esos extremistas locos. ¡Y no es verdad! Porque el grueso del pueblo egipcio no es extremista. El grueso del pueblo egipcio es muy consciente e hizo una gran revolución, que era realmente ciudadana, y nadie puede poner eso en duda. Así ¿qué quieren demostrar?

Dígamelo usted…

Vuelven una vez más a las viejas tácticas. Sí, puede haber extremistas, pero la mayoría de ellos no creo que lo sean de verdad. Son extremistas fabricadas para crear nuevamente este factor del miedo. Es la vieja escuela. Ya no funciona. Ya no tenemos miedo a eso. ¿Cree que Aliaa habría hecho lo que hizo si pensara que realmente hay extremistas por ahí? No. Hay por ahí mucho extremista fabricado. Los verdaderos, los que tienen esas opiniones y son religiosos, normalmente no son violentos. Los que son violentos, en estos momentos, tras esta revolución, tras todo lo que hicimos, son sobre todo fabricados. No tengo ninguna duda. Y si pregunta a cualquiera de la juventud egipcia o árabe, lo corroborará.

Usted viaja para promocionar la revolución….

Viajo con mis películas. Tengo dos, una es Microphone. Nadie vio esta película, porque se estrenó de hecho el mismo día de la revolución.Y ahora continúa su circuito de festivales. También estoy trabajando en mi nuevo proyecto que se llama Tahrir El Tahrir, que tiene que ver con lo que estoy haciendo ahora mismo. Utilizo mis dos películas como plataforma para hablar de la revolución. Al mismo tiempo, mis reuniones aquí son parte de mi documental.

¿Hubo también este tipo de trabajo en red antes de que estallara la revolución, para prepararla?

Sí. Los tunecinos ayudaron mucho a los jóvenes egipcios. Pero era sólo cuando los egipcios se movieron. Nadie en Túnez pidió una revolución en Egipto.

Me refiero a fuera del mundo árabe.

Absolutamente nadie. Nadie tenía ni idea de qué hacer.

¿Sabe qué es Otpor?

No. ¿Qué es?

Una organización serbia que lideró el derrocamiento de Slobodan Milosevic. Aseguran que entrenaron a egipcios para enseñarles cómo hacer la revolución egipcia. No sé si es cierto, yo no estuve allí…

 «Como pueblo quizás tengamos un reloj biológico que nos dice cuándo todos conectamos de alguna forma»

[Risas] Es un buen chiste. Yo estuve allí. Y todos mis amigos estaban allí. Algo así no existía. Nadie sabía que iba a haber una revolución. Sabíamos que iba a haber protestas y hacíamos chistes con que iba a haber tantas protestas el 25 de enero que lo tendríamos que llamar una revolución. Pero estábamos de broma. Nunca imaginamos que habría millones que saldrían a la calle a apoyarlo. El día 28, cuando cortaron los móviles, internet, los medios, todo, la gente seguía saliendo a la calle. Y me sigo preguntando cómo fue posible.

¿Y qué se responde?

Tardaremos mucho tiempo en entenderlo y lo único que se me ocurre es que sea el DNA el que dice a la gente: es la hora. Que hay un reloj y todos sienten: es la hora. Pienso que se remonta a miles de años en la cultura y que sale en algún momento. ¿Por qué no? Tenemos un reloj biológico, ¿por qué no como pueblo, como multitud también pudiéramos tener un reloj que nos dice cuándo todos conectamos de alguna forma? Eso explicaría de alguna forma lo que ocurrió.

Una explicación biológica…

Nadie puede decir que pidió la revolución o que entrenó a alguien para ella porque nadie sabía que iba a haber una revolución. Teníamos un programa e incluso una fecha, pero no habríamos imaginado que iba a ser la primera revolución programada. Sólo supimos que iba a ser una protesta o dos o tres o cuatro. Pero la manera en la que reaccionó el gobierno, lo hizo dispararse… y lo que nadie se esperaba, lo impresionante, era que todos lo apoyaron. Yo hablaba del cambio antes, el doctor Baradei hablaba del cambio durante muchos años. Pero nadie se puede atribuir la revolución. Sólo la multitud, el pueblo, se la puede atribuir.