Besos caros

Publicado por

Imane Rachidi

Publicado el 9 Oct 2013

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Nunca un beso había sido tan polémico y a la vez tan caro en África. Una pareja de chavales y un fotógrafo por accidente han pasado varios días en un centro de menores por hacerse y publicar en su muro de Facebook una foto dándose un beso. ¡Cuántas de esas habremos visto publicadas de nuestros amigos!

Estos tres adolescentes, de 14 y 15 años de edad, han sido puestos en libertad provisional a la espera de que este viernes se inicie un proceso judicial en su contra. Están acusados de atentar contra la moral pública. Alguien ha considerado que esto rompe con la normalidad preestablecida en la sociedad. “¡Hchuma!, ¡shuha!, ¡haram!”, exclaman estos días muchos marroquíes para tachar de “vergüenza” el atrevimiento de estos jóvenes.

A este beso se le ha aplicado la gran norma social que rige en Marruecos: todo en casa, nunca a la vista. ¿Besarse en plena calle? Esas cosas sólo se hacen a escondidas. Es el “todo bajo la mesa”, a lo que yo llamo la verdadera inmoralidad.

 ¿Besarse en plena calle? Esas cosas sólo se hacen a escondidas

Esta hipocresía, sumada a las inmorales leyes que existen en el código civil marroquí, hacen que lo normal sólo sea visto como tal si no se hace delante de otros, cuando nadie se entere de que tu y tu pareja hacéis lo mismo que todas las parejas: besaros, deciros que os queréis o daros la mano.  Estas cosas nunca se hacen o se dicen en público, si acaso en privado.

Perdón. Lo de darse la mano en público no cuenta. O si, siempre y cuando haya un certificado de matrimonio de por medio. En Marruecos no existe ninguna legislación que establece los centímetros de distancia que debe haber entre un hombre y una mujer cuando vayan paseando por la calle. Sin embargo, si van de la mano, y tienen la mala suerte de encontrarse con la policía, sólo tienen dos opciones: enseñar su “contrato de amor”, o ir a dar el paseo a comisaría.

Si no existe tal documento y se produce el traslado a dependencias policiales, el problema se soluciona, normalmente, sobornando al agente de turno, porque la otra opción sería llamar a los padres de la mujer – nunca del hombre, para algo es el macho- y eso es una amenaza que muchos evitan pagando dinero, para ahorrarse “la vergüenza” y la bronca que le caería en casa.

¿Qué es lo que los tres adolescentes deben explicar: ¿haberse dado el beso? ¿dejarse fotografiar?

Pero también existe una ley que regula todo ese desaguisado al que se enfrentan estos chavales. El código penal marroquí, en su artículo 483, castiga a “todo aquel que cometa una violación de la moral pública… con prisión desde un mes hasta dos años”. Es decir, se trata de una norma social convertida en jurídica y por consiguiente en argumento para explicar la inmoralidad de un beso. Ellos deberán ahora defender su inocencia, pues muchas incoherencias legislativas pueden usarse para inculparlos.

Pocos sabrán qué es eso de “moral pública”, algo tan abstracto y subjetivo que la razón no alcanza comprender. Por eso me pregunto qué es exactamente lo que los tres adolescentes deben explicar: ¿haberse dado el beso? ¿dejarse fotografiar durante “ese bochornoso” acto? ¿publicar la foto en Facebook?

Supongo que ese juez, la fiscalía, la acusación y los que definen este acto de ‘escándalo’ se han dado alguna vez un beso con su pareja. Quizás no, nunca se sabe, pero prefiero pensar que sí lo hicieron. ¿Cómo defenderían ellos su legitimidad y derecho a ese beso? ¿Cómo demostrar que no hay ningún delito en algo tan inocente como un beso?

Lo más curioso son los debates que están surgiendo a raíz de esta polémica. Por un lado, en las redes sociales. Jóvenes que no llegan a los 25 años de edad, con estudios universitarios y habiendo vivido en España, Bélgica o Francia, donde todos los días ven parejas abrazadas o besándose en la calle, acusan a estos tres amigos de provocar “fitna”. Éste último término, teológico y muy sonado en los medios de comunicación, se refiere al mayor pecado que pueda cometerse en el islam, algo así como búsqueda de división, ruptura, enfrentamiento entre musulmanes.

Quizás muchos diran ahora que nunca habrían publicado una fotografía de ese tipo. Pero claro, no por temor a la represalia que ello pueda suponer, sino porque, a diferencia de esos jóvenes, otros tienen la libertad de decidir si se dejan fotografiar en esa situación y si quieren publicar la captura del momento su muro de Facebook. De hecho, valientes han sido unos cuantos que, desde Marruecos, han seguido sus pasos y han publicado fotos suyas dándose un beso con sus respectivas parejas, en protesta por la detención.

Y es que, realmente, está valiendo la pena el polémico beso sólo por escuchar los “enriquecedores” debates que se están produciendo estos días en los medios de comunicación de ese país. Algo que sirve para hacerse una idea sobre el nivel de tolerancia que existe hoy en día entre muchos marroquíes. No digo todos, puesto que solo hay que mirar en internet para ver el desacuerdo de unos cuantos con la encarcelación de los tres jóvenes.

«Si ahora no castigamos esta vergüenza, mañana aparecerán miles de fotos de mujeres desnudas»

“Es una vergüenza, no vemos más que chicas con poca ropa en la televisión. Si ahora no castigamos esta vergüenza, mañana aparecerán miles de fotos publicadas en Facebook de mujeres desnudas con el nombre de su novio escrito sobre su piel”, opinaba Khaled, oyente de una radio marroquí. A la misma emisora llamó también Khadija, que sin pronunciarse a favor o en contra de la detención, considera que Marruecos debe centrarse en otras cosas. “Tenemos asuntos más importantes de los que ocuparnos en este país. Una chiquillada no debería entretenernos de los objetivos más importantes: tener hospitales y colegios”, advirtió.

Pues sí, quizás fue un chiquillada, un beso sin importancia, pero cuántos se han atrevido a romper con lo socialmente correcto poniendo sobre la mesa otra “normalidad” y cuántos han apostado por su libertad individual y su derecho a actuar fuera de las reglas preestablecidas por terceros y sobre las que nadie les preguntó si estaban de acuerdo. Directa o indirectamente, este beso ha puesto en cuestión la  regla de “hchuma” que rige en la sociedad marroquí, dejando en evidencia lo absurdo de ciertas normas que, por tradición, rigen en el país.

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38 comentarios en “Besos caros

  • NedZid opina:

    Todo lo que se hace en secreto -a todo los niveles- no pasa nada. Cualquier «abuso o pecado» en secreto no pasa nada. ¿Hasta cuándo con esa doble moral?. El escritor Abdullah al-Qasemi dijo (traduzco): Todas las naciones expusieron su Historia ante la crítica excepto la nación arabe. Todas las naciones despojaron su patrimonio de un halo de santidad excepto la nación arabe. Todas las naciones están mirando hacia un futuro que rompa con los errores de su pasado excepto la nación arabe, que trae el pasado a su futuro. Todos las naciones creen en que la religión es de Dios y que la patria es de todos excepto la nación árabe. Todas las naciones superaron la separación entre política y religión excepto la nación árabe. Todas las naciones aman el arte, la cultura y el respeto a la mujer excepto la nación árabe… «No hay conocimiento dañino ni ignorancia sana, y que todos los males proceden de la ignorancia y el conocimiento es la fuente de todo lo bueno. (Abdullah al-Qasemi era de ARABIA SAUDI, murió en el exilio).

    • Donde falla Qasemi es a la hora de suponer que exista «una nación árabe». En el momento de adoptar esta visión de una «nación árabe» distinta a los países que la rodean, ya sea España, Turquía o Irán, está justificando de alguna manera esta diferencia: si es una «nación» se entiende que tengan valores aparte, diferenciados, específicos. Cuando en realidad no hay más que una circunstancia histórica que hace que muchos países árabes (y no sólo árabes, también persas, kurdas, bereberes…) sufren opresiones similares.

  • nadiae28 opina:

    Nunca un beso salió tan caro, pero sobre todo, las nuevas generaciones «se atreven» a pagar el precio (quizás de forma inconsciente) y eso que conocen bien el «hchuma»»3ib» y demás palabras que recentran cualquier acto de «desviación», cualquier pensamiento «desviado»!!! Los marroquíes que viven en el extranjero, y yo formo parte de ellos, viven con miedo a perderse, a perder su «identidad» marroquí de la que solo conocen o retienen las «prohibiciones»: somos marroquíes porque no nos vestimos como los occidentales, no nos comportamos en público como los occidentales, no comemos lo mismo que los occidentales, no bebemos lo mismo que los occidentales…

    • En realidad, los marroquíes sí visten como los occidentales: basta con darse una vuelta ya no por Casablanca sino por cualquier pueblo: qué hombre no viste vaqueros? el vestido tradicional de las mujeres ¿es diferente del vestido tradicional de un pueblo tradicional de los montes de Galicia? Comen lo mismo que los «occidentales» ¿no hay arroz y macarrones? ¿en qué si diferencia un tayín de un pisto? Beben a menudo lo mismo: ¿cuántas marcas hay de cerveza marroquí, vino marroquí? ¿el mahyá en qué se diferencia del anís del mono? No se comportan en público como los occidentales por una muy sencilla razón: porque si lo hacen van a la cárcel.

      • nadiae28 opina:

        Lo siento Ilya pero el vestido tradicional de las mujeres en Galicia es precisamente eso, tradicional, nadie se lo pone para ir a comprar el pan a diferencia de la yellaba. Yo no conozco a ningún marroquí que asuma beber vino en las comidas y que me alabe el vino marroquí ni la cerveza ni el anis del mono. Sí claro que hay macarrones y arroz pero no comen cerdo. No sólo se trata de una cuestión religiosa sino de una cuestión de identidad. Por último, mi entrada se refería a los MRE que sí se pueden comportar como los occidentales lo hacen en público pero no lo hacen, y habla de ellos en respuesta la frase del artículo » Jóvenes que no llegan a los 25 años de edad, con estudios universitarios y habiendo vivido en España, Bélgica o Francia, donde todos los días ven parejas abrazadas o besándose en la calle, acusan a estos tres amigos de provocar “fitna”.

        • Tradicional: también nadie en Galicia ara el campo con bueyes. Nadie hace la siega con hoz. Nadie trilla ya con animales. El que en Marruecos haya un sector de población tradicional (con sus vestidos) y que en España haya desaparecido no es una diferencia de cultura o identidad. Es una diferencia de desarrollo.
          Otra cosa muy distinta, pero que no tiene nada que ver con la tradición es la misión islamista wahabí que ha alcanzado Marruecos desde los años 90 y que está transformando la sociedad en islámica, introduciendo términos como «fitna». Esto es nuevo. Esto sí es una identidad, pero no es una identidad marroquí. Y precisamente donde esa identidad (antimarroquí) tiene más adeptos es entre los marroquíes en el extranjero, los MRE.
          Respecto a las bebidas de alcohol, puede que haya muchos marroquíes que no asuman, como bien dices, beber vino o cerveza. Pero desde luego, la producción marroquí de vino, cerveza y mahyá, más el tinto importado español, no se la beben los turistas. El festival del vino en Meknés no es una cita para extranjeros. El nombre del Bab er-Rubb en Marrakech no se lo inventaron en el siglo XX.

  • Ámina Di Emegrita opina:

    Yo que soy musulmana lo considero una verdadera payasada. Los casos de corrupción andan libremente por la calle y una pareja de jóvenes que se besa es encarcelada.
    Solo para su información, crear «fitna» no es el mayor pecado en el Islam, el mayor pecado es el «shirk» o sea, asociar a Dios con alguien más, la idolatría y aún esta tiene perdón si la persona que lo comete se arrepiente y no la vuelve a cometer.
    Los felicito por el artículo, me encanta.

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