Opinión

Más allá de la odalisca

Sultan Al-Qassemi
Sultan Al-Qassemi
· 14 minutos

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Sharjah | Marzo 2014

Hace algunos meses, estalló una controversia después de que sugiriera en un artículo para Al Monitor que las ciudades del Golfo Pérsico están reemplazando lentamente a las tradicionales capitales árabes de Beirut, Bagdad, El Cairo y Damasco como centros culturales del mundo árabe.

El argumento se basa en la baja inversión realizada en asuntos de cultura: el número de museos y galerías de arte en dichas capitales, y por asociación la producción y la exposición de arte, está disminuyendo, mientras que está aumentando en las ciudades del Golfo donde se están construyendo museos y se están desarrollando programas culturales. Y mientras que El Cairo y Beirut disfrutan de una relativa estabilidad, el acceso que tienen a la financiación es mínima. Bagdad tiene los fondos pero, junto con Damasco, está sumida en luchas civiles.

Esto me lleva a Argel, una ciudad que he visitado hace poco. La escena artística de Argelia, abundante en talentos y con una rica historia de arte moderno y contemporáneo, puede proporcionar un contrapeso a la creciente escena artística del Golfo. A diferencia de Egipto, Líbano, Iraq y Siria, Argelia no sólo es relativamente estable, sino también increíblemente rica. Argelia, el mayor productor de gas natural de África, ganó 55.000 millones de dólares con las exportaciones de petróleo en 2011, lo que le permitió pagar sus deudas externas antes de lo previsto y acumular reservas de divisas que casi han alcanzado los 200.000 millones de dólares.

La escena artística de Argelia, abundante en talentos y con una rica historia, puede proporcionar un contrapeso a la del Golfo

Casi ningún otro gobierno árabe fuera de los Emiratos Árabes Unidos y Qatar ha invertido en arte y en cultura como han hecho los argelinos. Por ejemplo, el presupuesto del Ministerio de Cultura argelino en el 2012 fue de la asombrosa cantidad de 561 millones de dólares (que incluía una partida excepcional de 300 millones de dólares). La Agencia Argelina para la Divulgación de la Cultura se creó en el 2005 para apoyar y promover el arte argelino tanto a nivel local como a nivel internacional.

A su vez, el país ya presume de tener numerosos teatros y un teatro de la ópera activo, mientras que otro más se está construyendo con una donación de 40 millones de dólares realizada por inversores chinos. El país también posee 18 museos nacionales, cinco museos regionales y 24 museos de arte in situ, y se tiene previsto abrir más. El país también tiene como objetivo inaugurar 90 nuevos museos para 2018 y acoger también las celebraciones en honor a Constantina como la Capital Cultural Árabe 2015.

Sin embargo, al mismo tiempo, Argelia tiene una elevada tasa de desempleo, situada actualmente en el 9,3 por ciento (habiendo sido del 30 por ciento en 1999), y tiene problemas de corrupción, que han derivado en protestas y en un incremento del malestar social. La nación también tiene gobernantes cada vez más envejecidos y una envalentonada militancia islámica. Además, las sombras de la sangrienta Guerra de Independencia contra Francia y la Guerra Civil argelina de los años 90 aún se ciernen sobre la conciencia pública.

Argelia tiene como objetivo inaugurar 90 nuevos museos para 2018

Por lo que respecta a cómo el arte aborda tales cuestiones, la realidad es bastante desigual. Según Yasmine Zidane, experta argelina en arte contemporáneo, aunque el presupuesto del estado para la cultura es considerable, gran parte del mismo se utiliza en la financiación de lo que ella denomina “eventos internacionales únicos”, festivales y eventos regionales anuales que se celebran sin revisar el impacto que puedan tener en el público o que no expresan las necesidades del público.

Sin embargo, una generación más joven de artistas argelinos está abordando hábilmente los problemas y las contradicciones que surgen en la escena cultural de Argelia, a la vez que se nutre de un rico patrimonio cultural. Estos artistas están prosperando en la capital de Argel, que es estable y rica y donde se disfruta de un resurgimiento cultural y artístico como no se ha dado en otras capitales árabes.

La extensa colección de la Galería Nacional de Bellas Artes de Argelia (el sitio web no se ha actualizado desde 2008), fundada en 1930 y que ocupa más de 4.000 metros cuadrados, es uno de los museos de arte más grandes de África y Oriente Medio que existen hoy en día. Se dice que en 1962 cuando se retiraron las fuerzas francesas del país al finalizar los 132 años de la ocupación de Argelia, éstas quisieron llevarse consigo las obras de arte, pero finalmente se tomó la decisión de dejarlas en Argel. La colección de 8.000 pinturas al óleo, esculturas, bocetos y grabados incluye obras maestras occidentales y árabes.

La colección de arte impresionista del museo es especialmente notable, con artistas que van desde Rodin, Manet, Monet, Gauguin, Rousseau, Courbet y Pissarro hasta Alfred Sisley. Aquí, las obras de arte de los pintores orientalistas como Delacroix, Decamps y Horace Vernet cuelgan junto a las obras de arte de pintores franceses contemporáneos como Pignon, Maurice Boitel y André Masson, entre otros. La colección del museo también cuenta con una importante representación de obras realizadas por modernos maestros argelinos, que incluyen a Mohammed Khadda y M’hamed Issiakhem, Ismail Samsom, Abdallah Benanteur y Abdelkader Guermaz.

Varios artistas árabes también están presentes en la colección, incluyendo al marroquí Ahmed Cherkaoui y a los libaneses Chafic Abboud y Aref El Rayess. La impresionante biblioteca de madera, con estanterías llenas de libros desde el suelo hasta el techo, está dedicada casi en exclusiva a la artista argelina pionera Baya Mahieddine, que inspiró a Picasso.

Hice una visita al museo con el joven artista argelino Sofiane Zouggar, que forma parte del colectivo de jóvenes artistas independientes Box 24 que se formó hace algunos años y que han creado obras con una visión globalizada que son un reflejo de los cambios y los problemas de la sociedad argelina. Zouggar, junto con sus colegas de Box 24, creció a la sombra de la «Guerra Sucia» en la Argelia de los años 90. Esa década representó un cambio importante en la psique de Argelia. 40 años después de la Guerra de Independencia contra los ocupantes extranjeros, el pueblo argelino libraba una guerra interna entre sí, que provocó la muerte de 150.000 personas y la desaparición de otras 7.000.

El tema de la «Guerra Sucia» ha sido difícil de abordar en la cultura popular, pero esto está empezando a cambiar

Después de su elección en 1999, el actual presidente Abdelaziz Bouteflika promulgó una ley que garantizaba la amnistía a todos aquellos que entregasen sus armas y puso en marcha la Comisión Especial de Investigación encargada de la Cuestión de las Desapariciones, que se encargó de abordar el destino de las víctimas de la Guerra Sucia de los años 90.

El tema de la «Guerra Sucia» ha sido, naturalmente, un tema difícil de abordar en la cultura popular, y su final marcó el comienzo de una era de autocensura, pero esto está empezando a cambiar. Un artista me dijo que, antes de la guerra, la representación de la desnudez en el arte todavía era aceptable. En nuestro recorrido por la Galería Nacional, Zouggar me mostró pinturas del artista orientalista francés Nasreddine Dinet, que se convirtió al islam mientras vivía en Argel, y cuyo trabajo de principios del siglo XX contiene mucha desnudez, a pesar de que se le conoce al pintor como un artista relativamente conservador.

“Solía pintar réplicas de sus obras cuando estaba en la universidad para recaudar dinero para mis estudios”, dijo Zouggar. Para su próximo proyecto, sin embargo, el joven artista multidisciplinar abordará el tema de los años 90, una década de terror en Argelia desde la cual el país está emergiendo ahora directamente.

El Museo de Arte Moderno de Argel (o MAMA) recibió 100.000 visitantes el año pasado

En los últimos años, la escena artística de Argelia ha sido testigo de una especie de resurgimiento. El Museo de Arte Moderno de Argel se inauguró en 2007, el año en el que Argel se convirtió en la Capital Cultural Árabe, designada por la UNESCO. El edificio, situado en el centro de Argel, había sido anteriormente un centro comercial y en la actualidad acoge exposiciones rotatorias de artistas modernos y contemporáneos de origen argelino e internacional. El museo, que el año pasado recibió 100.000 visitantes, abrió sus puertas con una exposición dedicada a la historia de Oriente Medio por antonomasia, la de Layla y Majnun, una historia de amor no correspondido, realizada por el artista argelino Malek Salah.

Exposiciones posteriores incluyen retrospectivas de artistas argelinos consumados como Mohamed Khadda y M’hamed Issiakhem, así como un simposio sobre el ya fallecido poeta palestino Mahmoud Darwish. En 2014, el museo acogerá una exposición dedicada a las luchadoras por la libertad durante la Guerra de Independencia argelina. El MAMA, como se conoce al museo, también celebrará el Festival Internacional de Arte Contemporáneo de Argel (FIAC), que, a diferencia de otras ferias de arte celebradas en todo el mundo árabe, no rehúye temas tales como la resistencia, la guerra y la ocupación israelí de territorios árabes. Yasmine Zidane reconoce el mérito del MAMA por exponer artistas argelinos que habían alcanzado la fama en el extranjero pero no necesariamente en Argel como Mahdjoub Ben Bella y Djamel Tata.

Argelia también tiene varias escuelas de Bellas Artes en ciudades como Mostaganem, Orán, Constantina y la escuela de Bellas Artes más antigua de Argel, que fue fundada allá por 1881. Hoy en día, varios artistas contemporáneos de origen o nacionalidad argelina, de los cuales muchos se han graduado en esas escuelas, están teniendo un gran impacto en las escenas artísticas contemporáneas árabes e internacionales. Zineb Sedira, cuyo trabajo ha sido expuesto en Nueva York, Singapur y Sharjah, fundó un programa de residencia artística en Argel en 2011.

Kader Attia, un artista residente en Berlín cuyo trabajo fue expuesto en 2011 en la Barjeel Art Foundation con sede en Sharjah, aborda temas como “la compleja relación entre Oriente y Occidente y cómo ésta se ha desarrollado en Europa y en sus comunidades de inmigrantes”. La famosa estatua de Adel Abdessemed del legendario futbolista argelino Zinedine Zidane dándole un cabezazo a otro jugador durante la Copa Mundial de Fútbol de 2006 fue exhibida brevemente en La Corniche de Doha antes de ser retirada a raíz de denuncias por internet de los habitantes de Qatar, que la consideraban ofensiva para sus sentimientos religiosos.

Por supuesto, la escena artística contemporánea de Argel se enfrenta a una serie de retos, entre los que se incluyen la escasez de financiación de aquellos artistas independientes que no están afiliados a instituciones gubernamentales (el artista argelino Zouggar me ha contado que recientemente había solicitado financiación al Fondo Árabe para las Artes y la Cultura con sede en Beirut) así como las restricciones administrativas y gubernamentales.

La escena artística de Argel se enfrenta a retos como la falta de financiación para artistas no afiliados a instituciones gubernamentales

Argelia, al igual que la mayoría de los estados árabes, excepto quizás Líbano, promulga estrictas leyes de censura. A raíz de la caricatura en la que comparó los planes del presidente Bouteflika para aspirar a un cuarto mandato con pañales de bebé, el dibujante Djamel Ghanem se enfrenta actualmente a una posible pena de 18 meses de prisión por el delito de burlarse del presidente. El dibujante también tiene dificultades para encontrar empleo, y señala que a los editores de periódicos se les ha aconsejado que no lo contraten, reforzando así la autocensura entre los artistas y otros comentaristas culturales.

Además, salvo algunas excepciones, la escena artística argelina sigue dependiendo aún en gran medida de Francia como su conducto al mundo exterior; aunque la Francia de hoy ya no es el líder principal que una vez fue en el mundo de las artes. Por ejemplo, la famosa burocracia francesa provocó que un importante coleccionista de arte trasladase toda su colección a Italia. Ni hoy tampoco es el francés la lengua franca del arte, puesto que las principales publicaciones del mundo sobre arte se publican principalmente en inglés. Por lo tanto, los artistas y los sitios web argelinos deben incorporar una versión en inglés para facilitar el acceso a sus obras a personas que no hablan francés.

Una obra de arte que quizás refleje la barrera del idioma existente en el arte entre Argel y el mundo exterior es una videoinstalación de Zineb Sedira, Mother Tongue (2002), que se exhibió el año pasado en el Museo de Arte de Singapur como parte de Terms And Conditions, la primera exposición internacional de la Barjeel Art Foundation. En el video, la madre de la artista, que habla árabe, es incapaz de comunicarse con su nieta, que habla inglés. Hasta cierto punto, la escena artística de Argelia se asemeja a Mother Tongue de Sedira; en el país, hay una joven generación de artistas en sintonía con el mundo, pero que son incapaces de comunicarse con una generación anterior debido a las restricciones lingüísticas, políticas e históricas.

Salvo excepciones, la escena artística argelina sigue dependiendo de Francia como conducto al mundo exterior

A diferencia del Golfo, que estuvo bajo el “sistema de protectorado” británico, la conquista militar y la ocupación de Argelia durante 132 años por parte de Francia estuvo ligada a una política despiadada de “afrancesamiento” que trató de borrar la identidad cultural de los argelinos. Sin embargo, hoy en día, más de 50 años después de la independencia, Argelia es un país lleno de jóvenes talentos, historia y una cultura única que sobrevivió e incluso prosperó a pesar de la ocupación francesa, la Guerra de Independencia y la Guerra Sucia en los años 90, a la cual le siguió un proceso de reconciliación que fue descrito como un “pacto de silencio”.

Naturalmente, Argelia no sólo se distingue por su escena artística; el país es una rica mezcla de las culturas árabe, mediterránea, bereber y africana, que han inspirado a generaciones de figuras literarias y poetas. El género musical raï del país es actualmente conocido no sólo en la región sino en todo el mundo. Las obras de escritores como Kateb Yacine, Assia Djebar, Malek Bennabi y Ahlam Mosteghanemi, entre muchos otros, han sido traducidas a numerosos idiomas y son populares en el mundo árabe. Al pensar en el rico legado cultural del país, y lo que está sucediendo hoy en día, el arte en Argelia tiene el potencial de proporcionar un conducto esencial para el debate público acerca de asuntos relacionados directamente con el pasado, el presente y el futuro cercano del país. Si éste es el caso, la vida podría sin lugar a dudas imitar al arte.

Sultan Sooud Al-Qassemi es el fundador de la Barjeel Art Foundation, con sede en Sharjah.

Traducción: Fátima Hernández Lamela