Artes

Pere Gimferrer

Per riguardo

Alejandro Luque
Alejandro Luque
· 4 minutos
Pere Gimferrer | Cedida por Fundación Lara
Pere Gimferrer | Cedida por Fundación Lara

El otro, el mismo

El otro, el mismo. De este modo, guiñando a Borges, se explica Pere Gimferrer su propia identidad cuando cambia de lengua para expresarse. Cruzó esa frontera invisible al pasar del catalán al castellano, y vuelve a hacerlo ahora, sorpresivamente, con el italiano, lengua que dice deber tanto a la poesía como al cine y al trato frecuente con las gentes del país de Dante. Per riguardo (Con cuidado), la gavilla de doce poemas que ve hoy la luz bajo los auspicios de la Fundación Lara y con espléndida traducción de Justo Navarro, muestra una Italia que, con independencia de que asomen topónimos más o menos identificables como Basilicata, Trastevere, Ventimiglia o Novara, es más que nada un territorio del alma, y también del intelecto. Una cartografía literaria donde Tancredo deambula en la noche de Jerusalén y Lund es un sueño de Strindberg.

En el poema que MSur adelanta en exclusiva, penúltimo de la serie, Gimferrer se reencuentra con la figura de Rafael Alberti no en el Trastevere, donde confiesa no haberlo visto nunca; es su voz la que regresa “come oscure chitarre in pizzicato”, recitando El Polifemo. Según el prologuista Jacobo Cortines, se trata de “esa voz de oro que en el recuerdo de alguien tan atento a las excelencias sonoras del lenguaje la tiene tan presente como fiamma che non si spegne, mai”. He aquí el Gimferrer de siempre, el más creativo y el menos desconcertante, pero también un poeta distinto, que se cuelga la capa y el sombrero italianos para regresar al mar de Venecia o a las sombras del Vittoriale, como hiciera en Arde el mar. El otro, el mismo.

[Alejandro Luque]

 

 

ALTRI RITORNI

Non ho mai visto Rafael a Roma:
nel Trastevere, Alberti era forse quell’ombra
nelle sere di pioggie violente.
In quella chiarità violentata
che strizza il cielo in cremisi e argento,
quella voce di seta mormorata,
di seta marmorata, lo splendore
d’una spelonca nei versi di Góngora,
lontani nel salotto penombroso,
ma solari nel lampo della voce,
voce pastosa ma voce fulminea,
di fulminato e di fulminatore,
Galatea e il Ciclope insieme sul vulcano,
tutti e tre nella stampa di quella voce d’oro,
come oscure chitarre in pizzicato,
come nel libro d’ore della guerra,
come il forse sognato paradiso della poesia,
reale in quella voce che, a occhi chiusi,
per la mancanza ancor mi raccapriccia:
non esistente più, sempre l’ascolto,
il vento del poema facendosi nel mare della luce,
come fiamma che non si spegne, mai.

11-12/IX/2013

OTROS RETORNOS

No he visto nunca a Rafael en Roma:
Alberti, en el Trastévere, quizá era aquella sombra
en las noches de lluvias desatadas.
En aquella violada claridad
que estruja el cielo en plata y carmesí,
aquella voz de seda murmurada,
de seda marmoleña, el esplendor
de caverna en los versos gongorinos,
lejanos en la sala penumbrosa,
solares en la voz y su relámpago,
la voz pastosa, pero voz fulmínea,
de fulminado y de fulminador,
Galatea y el Cíclope juntos en el volcán,
y los tres en la estampa de aquella voz de oro,
como oscura guitarra en pizzicato,
como en el libro de horas de la guerra,
como el quizá soñado paraíso de la poesía,
real en esa voz que, si cierro los ojos,
aún me aterroriza por su ausencia:
inexistente ya, la escucho siempre,
el viento del poema, haciéndose en los mares de la luz
como llama que no se apaga nunca.

11-12/IX/2013

© Pere Gimferrer | © Del poeta. De la traducción: Justo Navarro [Cedido por Fundación José Manuel Lara · Noviembre 2014]