Opinión

BDS, el nuevo enemigo

Uri Avnery
Uri Avnery
· 8 minutos

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Binyamin Netanyahu se estaba devanando los sesos. Toda su carrera se basa en sembrar el miedo, y debido a que los judíos han vivido con temor durante milenios, es fácil invocarlo. Son adictos.

Desde hace ya unos años, Netanyahu ha construido su carrera basándose en el temor a la bomba nuclear iraní. Los iraníes son unos locos, y una vez que tengan la Bomba, la lanzarán sobre Israel, incluso si el contraataque nuclear de Israel con toda certeza aniquilaría Irán y sus miles de años de civilización.

Sin embargo, Netanyahu veía cada vez con más ansiedad que la amenaza iraní estaba perdiendo fuerza. Los Estados Unidos, por lo que parece, están a punto de alcanzar un acuerdo con Irán que evitaría que la Bomba llegara a terminarse. Ni siquiera Sheldon el Grande puede impedir el acuerdo, ¿qué se puede hacer?

Buscando a su alrededor, surgieron tres letras: BDS, que significan Boicot, Desinversiones y Sanciones, una campaña mundial para boicotear Israel por sus 48 años de subyugación del pueblo palestino.

Ah, he aquí una amenaza real, peor que la Bomba: el movimiento BDS. Un segundo holocausto acecha

Ah, he aquí una amenaza real, peor que la Bomba. Un segundo holocausto acecha. La pequeña y valiente Israel enfrentándose a todo el mundo, malvado y antisemita.

Es cierto que Israel hasta ahora no ha sufrido ningún daño real, el movimiento BDS se basa más en gestos que en verdaderas armas económicas, ¿pero quién lleva la cuenta? Las legiones de los antisemitas están en marcha y avanzando.

¿Quién nos salvará? ¡Bibi el Grande, por supuesto!

Debo admitir una cosa: mis amigos y yo iniciamos el primer boicot, que se dirigía a los productos de los asentamientos.

Nuestra organización pacífica, Gush Shalom, deliberaba acerca de cómo frenar la expansión de los asentamientos, cada uno de los cuales es un campo de minas en el camino hacia la paz. El principal motivo para establecer asentamientos es impedir la solución de los dos Estados, la única solución que hay para conseguir la paz.

Nuestros investigadores llevaron a cabo un Grand Tour de los asentamientos y registraron las empresas atraídas por las tentaciones del gobierno para establecerse más allá de la Línea Verde. Nosotros publicamos la lista y animamos a los consumidores a que se abstuvieran de comprar esos productos.

Los burócratas nos dijeron que Alemania estaba bloqueando un boicot de la UE contra los asentamientos

Un boicot es un instrumento democrático de protesta. No es violento, y todas las personas pueden ejercerlo en privado sin unirse a ningún grupo o exhibirse en público.

Nuestro principal objetivo era distinguir claramente a Israel propiamente dicho de los asentamientos en los territorios ocupados.

En marzo de 1997, convocamos una rueda de prensa para anunciar la campaña. Fue un evento único. He dado ruedas de prensa inundadas de periodistas (por ejemplo tras mi primera reunión con Yasser Arafat en la sitiada Beirut occidental; también he dado ruedas de prensa con una asistencia escasa, pero esta fue realmente especial: no apareció ni un sólo periodista israelí.

Aún así, la idea se extendió. No sé cuantos miles de israelíes están boicoteando los productos de los asentamientos en estos momentos.

No obstante, estábamos defraudados debido a la actitud de las autoridades de la Unión Europea, las cuales censuraban los asentamientos mientras en la práctica subvencionaban sus productos con exenciones de las tasas de aduana como si fueran mercancía propiamente israelí. Mis colegas y yo fuimos a Bruselas a protestar, pero unos burócratas muy educados nos dijeron que Alemania y otros países estaban bloqueando todos los pasos hacia un boicot de los asentamientos.

Finalmente, los europeos, si bien lentamente, se movieron. Ahora exigen que los productos de los asentamientos estén claramente marcados.

El movimiento BDS tiene un plan muy distinto: quiere boicotear el Estado de Israel como tal.

Yo siempre he considerado éste un gran error estratégico. En lugar de aislar a los asentamientos y separarlos de los israelíes de a pie, un boicot general echa a todos los israelíes a los brazos de los colonos. Esta estrategia vuelve a despertar viejos temores judíos, y para enfrentarse a un enemigo común, los judíos se unen.

Netanyahu no podría haber deseado nada mejor. Ahora se encuentra nadando en la ola de las reacciones judías. Todos los días hay titulares acerca de un nuevo éxito del movimiento del boicot, y cada éxito es un bonus para Netanyahu.

Es también un bonus para su adversario, Omar Barghouti, el organizador palestino del BDS.

Palestina está más que provista de Barghoutis, es una extensa y prominente familia que reside en varios pueblos al norte de Jerusalén.

El más famoso es Marwan Barghouti, que ha sido condenado a varias cadenas perpetuas por liderar la rama juvenil de Fatah. No ha sido acusado por tomar parte en ningún acto “terrorista”, sino por su papel como responsable organizador. Ciertamente, él y yo fuimos compañeros cuando organizamos varias protestas no violentas contra la ocupación.

Cuando se le llevó a juicio, protestamos en los juzgados. Uno de mis compañeros perdió una uña del pie en la consiguiente batalla contra los violentos guardias. Marwan sigue aún en prisión y muchos palestinos lo consideran un posible sucesor de Mahmoud Abbas.

El boicot a Israel (distinto del boicot a los asentamientos), ha unido a la población judía con los colonos

Otro Barghouti es Mustafa, el simpatiquísimo líder del partido de izquierdas, que se presentó contra Abbas a la presidencia de la Autoridad Palestina. Nos hemos encontrado enfrentándonos al ejército en varias protestas contra el Muro.

Omar Barghouti, el líder del movimiento BDS, es un estudiante de posgrado de la Universidad de Tel Aviv. Exige el libre retorno de todos los refugiados palestinos, igualdad para los ciudadanos palestinos de Israel y, por supuesto, el final de la ocupación.

Sin embargo, el BDS no es una organización perfectamente estructurada a nivel mundial. Es más parecido a una seña identificativa. Grupos de estudiantes y artistas, entre otros, surgen espontáneamente y se unen a la lucha por la liberación palestina. Aquí o allá, algunos antisemitas reales intentan unirse, pero para Netanyahu, todos, todos, son antisemitas.

Como nos temíamos desde el principio, el boicot a Israel (distinto del boicot a los asentamientos), ha unido a la población judía en general con los colonos, bajo el liderazgo de Netanyahu.

La patria está en peligro. La unidad nacional es la orden del día. El “líder de la oposición”, Yitzhak Herzog, se ha apresurado a apoyar a Netanyahu, al igual que casi todos los demás partidos.

La Corte Suprema de Israel, una asustada sombra de lo que solía ser, ya ha decretado que el llamamiento a los boicots es un crimen (incluidos los llamamientos a boicotear los asentamientos).

Casi todos los días noticias acerca del boicot se convierten en titulares. El jefe de “Orange”, el gigante francés de las telecomunicaciones, se unió primero al boicot, luego se dio la vuelta rápidamente y ahora está de camino a Israel para una peregrinación de arrepentimiento. Organizaciones de estudiantes y grupos profesionales de América y Europa se unen al boicot. La Unión Europea ahora exige con vehemencia que se marquen los productos de los asentamientos.

El magnate de los casinos Sheldon Adelson ha convocado un consejo de guerra de judíos ricos en Las Vegas

Netanyahu está contento. Hace un llamamiento a todos los judíos del mundo para que se unan a la lucha contra la furia antisemita. El propietario de Netanyahu, el multimilmillonario magnate de los casinos Sheldon Adelson, ha convocado un consejo de guerra de judíos ricos en Las Vegas. Su homólogo, el laborista multimilmillonario Haim Saban se le ha unido. Ni siquiera los perpetradores de los Protocolos de los sabios de Sion se lo creerían.

Como nota humorística, otro propietario de un casino compite por los titulares. Se trata de un agente mucho, mucho más pequeño, que no puede compararse a Adelson.

Es el nuevo miembro de la Knesset, Oren Hazan, el número 30 de la lista de las elecciones del Likud, el último que consiguió entrar. Una revelación televisiva ha afirmado que es el propietario de un casino de Bulgaria, que proveía prostitutas a sus clientes y consumía drogas duras. Ya ha sido elegido portavoz adjunto de la Knesset, y el portavoz lo ha suspendido temporalmente de ocupar su silla en las sesiones de pleno.

De modo que los dos propietarios de casinos, el grande y el pequeño, dominan las noticias. Una situación cuanto menos extraña en un país en el que los casinos están prohibidos, y en el que las personas que acuden clandestinamente a este tipo de locales son arrestados asiduamente.

Bueno, la vida es como una ruleta, incluso la vida en Israel.

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