La gran mentira

Publicado por

Ilya U. Topper

@ilyatopper

Periodista (Almería, 1972). Vive en Estambul, donde trabaja para la Agencia Efe.

Publicado el 4 Sep 2015

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opinion

 

Yo he visto cosas que vosotros no creeríais: naves de ataque en llamas más allá de Orión. He visto rayos C brillar en la oscuridad. He visto a sunies y chiíes tomarse una cerveza juntos en una taberna de Bagdad.

La división del islam entre chiíes y suníes es la mentira más voluminosa del recién estrenado siglo XXI. La más sangrienta, y también la más exitosa.

Tan exitosa que hoy parece una verdad inapelable, eterna, base de cualquier enfrentamiento al este de Beirut: la masacres en Siria, la guerra en Iraq, las escaramuzas en Yemen, las tensiones en el Golfo Pérsico. Al lector se le entrega un molde de dos colores, verde clarito y verde oscuro, suníes y chiíes, que pueda sobreponer al mapa del convulso Oriente Medio y todo queda aclarado. Son suníes y chiíes, cómo no van a matarse. Los suníes creen que los chiíes adoran al demonio, o casi, y los chiíes creen que los suníes son perros traidores del profeta ¿verdad? Llevan matándose desde los tiempos de Mahoma ¿no?

Suníes y chiíes llevan matándose desde los tiempos de Mahoma ¿no?

No. La división entre suníes y chiíes se inventó en verano de 2003. Si alguien le hubiera dicho ese año a un ciudadano de Bagdad que en una década dejaría de ser iraquí para convertirse en suní o en chií, probablemente no se lo habría creído. Tal vez ni siquiera habría sabido decir en cuál de las dos categorías acabaría metido.

Miren el mapa hoy. Iraq: Milicias chiíes respaldadas por Irán combaten contra el Estado Islámico (ISIL), que es suní. Siria: Brigadas suníes de todo matiz, desde ISIL y el Frente Nusra (Al Qaeda) hasta “moderados”, contra el régimen de Asad, que es chií (más o menos ¿no?) y por eso recibe apoyo de Irán. Yemen: Milicias huthíes, chiíes y por lo tanto respaldadas por Irán, contra el régimen yemení, defendido por Arabia Saudí (suní). La gran divisoria religiosa, suníes por un lado, chiíes por el otro, ha demediado Oriente.

Que todo esto sea falso, no importa. El Gran Juego no puede prestar atención a esos detalles como si algo es verdad. La prensa a menudo tampoco.

Falso, sí. Quienes más tiempo llevan combatiendo contra ISIL en Iraq son los peshmerga kurdos: suníes. En Siria, la guerra de ISIL no se dirige contra Asad, sino contra los kurdos (suníes) y otras milicias rebeldes, más o menos religiosas (tras cuatro años de guerra, casi todos ya muy religiosos, aunque sea por aparentar), milicias que usan la bandera del islam (suní) contra Asad y su régimen, pero ese régimen no es chií ni por asomo. Es alauí. Cierto: desde hace siglos, es hábito colocar a los alauíes en el cajón de “chiíes”. Es más cómodo y se ahorra uno la ingrata tarea de tener que declararlos herejes, con sus consecuencias políticas y sociales indeseables.

Decir que Irán apoya a Asad porque es chií, es como decir que Moscú respalda a Irán porque Jomeini era ortodoxo

En realidad, no existe ninguna semejanza entre la religión oficial de Teherán y la que practica la población siria que más respalda a Bashar Asad. El nombre de la fe alauí se supone que deriva de Alí, el yerno de Mahoma, al que los chiíes tienen en especial estima, sí. Ahí se acaba lo que ambos tienen en común.

La confesión alaui, si bien considerada islam a efectos legales en Siria, no conoce ningún rito, ninguna prohibición, no sigue a ningún líder religioso. En la teoría, reconoce el Corán como libro santo y le atribuye un significado oculto, que invalida el aparente. En la práctica, nadie conoce ese significado o nadie lo ha divulgado jamás. A efectos cotidianos, ser alauí significa ser agnóstico (o monoteísta no practicante). Significa cervezas y minifaldas en el paseo marítimo de Latakía, en tiempos de paz. Si la policía moral de Teherán se enterara…

Decir que Irán apoya a Asad porque comparten la fe chií, es tan inteligente como decir que Moscú respalda a Irán porque Jomeini era un ferviente discípulo de la Iglesia Ortodoxa.

Consta, además, que Asad nunca ha buscado ‘chiitizar’ la fe alauí: si algo ha hecho es ‘sunificarla’, por ejemplo acudiendo a la mezquita en los días de fiesta, integrándose en las filas del rezo; un rezo dirigido por un imam suní. No adoptó las ceremonias de la pequeña minoría chií de Siria.

¿Y Yemen? Los rebeldes huthíes, una aglomeración de tribus en la frontera norte del país, lleva una década combatiendo contra el Gobierno. Casi igual de antiguos son los esfuerzos de pintar este conflicto como una guerra religiosa: los huthíes son zaidíes, una rama del islam chií que se diferencia de la iraní en que sólo reconoce a 5 imames históricos, en lugar de los 12 de los ‘duodecimanos’ persas.

La mentira funciona porque es útil para ambos bandos: permite mover peones sobre una tabla de ajedrez geopolítico

Era fácil rebatir esa falacia: Alí Abdalá Saleh, presidente de Yemen desde 1978, también era zaidí, y también lo son varias tribus aliadas con el Gobierno contra los huthíes. Desde que Saleh entregara, en 2012, el cetro a su vicepresidente, Abd Rabuh Mansur Hadi, suní, es menos visible lo absurdo que es colocar el molde suní-chií encima del mapa de Yemen. Y de repente se ha convertido en verdad incuestionable la propaganda que los medios oficiales difundieron durante años, sin que nadie se lo tomara en serio: que los huthíes son unos peones cuyos hilos mueve Irán.

Ahora, alguien en alguna parte, quizás no muy lejos de Washington DC, ha decidido que es verdad, y nadie se pregunta de qué manera Teherán ha apoyado todo este tiempo a los huthíes. Si les estaba mandando armas y dinero, y si era por telekinesis u otras vías. Establecida esa verdad pública, poco sorprende que con los huthíes en el poder en Saná, tanto ellos como Teherán hayan entrado al juego: ahora sí hay alianza.

La mentira funciona porque es útil para ambos bandos: permite mover peones sobre una tabla de ajedrez geopolítico y aclarar posiciones. El siglo XXI es el de las religiones, o eso va pareciendo, como el XX fue el de los nacionalismos, y ya no sirve pegarles banderitas de colores nacionales en la espalda a los muñecos del futbolín: Dios ha renacido y es Todopoderoso. Si hay suficiente petróleo, claro.

Podemos fechar el nacimiento de la mentira suní-chí: verano 2003 en Bagdad. Paul Bremer, tildado de “virrey de Iraq”, decide qué hacer con un país sin liderazgo local. ¿Convocar elecciones? ¡Dios no lo quiera! ¡Elecciones en Oriente Medio, habrase visto! De manera que Bremer prohíbe el partido Baath y establece un Consejo Gubernamental en el que reparte el poder según cuotas religiosas y étnicas: Trece chiíes, cinco suníes (árabes), cinco kurdos (suníes), un turcomano, un asirio (cristiano).

La mentira suní-chí nace en verano de 2003 en Bagdad de la mano de Paul Bremer, ‘virrey’ de Iraq

Era la vía perfecta para convertir una capital con larga tradición política en un cuadrilátero de boxeos tribales. Porque eso es lo que son suníes y chiíes: denominaciones tribales, no religiosas.

Sí: la diferencia teológica entre chiíes y suníes es cero. Literalmente cero.

No existe una doctrina chií frente a una doctrina suní del islam. En primer lugar, porque no existe una doctrina suní. El discurso de un imam oficial de una mezquita (suní) de Marruecos, el del telepredicador yihadista (suní según asegura) que se vende en la puerta, y la práctica religiosa del campesino que pasa por delante (suní según le dicen), tienen menos en común que el Papa con Lutero.

Lo que sí hay es una convergencia de los fundamentalismos islámicos, llámense chií o suní, hacia una práctica común. Teólogos de Teherán y El Cairo coinciden hasta en los centímetros de la piel que una mujer puede mostrar en público sin ser tildada de puta. Busquen en los discursos de Ahmadineyad y de Mohamed Morsi diez diferencias respecto a moral pública, aborto, homosexualidad, alcohol, caricaturas, poligamia, soltería; les augura una ardua tarea.

Teóricamente, una corriente teológica musulmana podría, sin salirse de los Escritos, declarar lícito el alcohol, establecer el límite de la decencia femenina en el top less, abolir la poligamia, respaldar la libertad de apostasía y admitir el matrimonio homosexual. Pero no ha ocurrido.

Hay un enorme consenso de interpretación entre teólogos suníes y chiíes; sus valoraciones divergentes de las colecciones de hadith, los dichos del profeta Mahoma, no bastan para fundamentar versiones distintas de la jurisprudencia islámica; la charia es común a ambos. La oración es la misma. Si bien en regiones con colectivos chiíes y suníes, como Iraq o Yemen era habitual que cada grupo tuviera sus propias mezquitas, igual de común era rezar juntos.

Millones de suníes se llamen Alí o Husein, casi nadie lleva el nombre de su adversario Muawía

Hoy circulan tantas leyendas urbanas que cabe repetir: No es cierto que los suníes consideren herejes a los chiíes o viceversa; quien no reconoce la validez de ambas corrientes no puede llamarse musulmán. No es cierto que los chiíes consideren a Alí su profeta, en lugar de Mahoma. No es cierto que los suníes nieguen la legitimidad de Alí como cuarto sucesor (califa) de Mahoma. Basta con darse una vuelta por las mezquitas otomanas (suníes) de Estambul: exhiben los nombres no sólo de los cuatro califas, sino también, en igual caligrafía, la de los dos hijos de Alí, Hasan y Husein, tan “venerados por los chiíes”. Venerados por el islam, punto.

Al aprender en el colegio la historia (es decir la leyenda) del siglo VII, los niños suníes memorizan la disyuntiva de los musulmanes de la época: “Nuestros corazones están con Alí y nuestras espadas con Muawía”, su adversario victorioso. Millones de suníes se llamen Alí o Husein, harto difícil es encontrar a alguien de nombre Muawía. Nobles y reyes (como la dinastía marroquí) en todo el mundo “suní” revindican ser descendientes del Profeta, por supuesto a través de la familia considerada fundadora del bando chií.

¿Y la doctrina mesiánica de aguardar el Último Imam, tan característica de los chiíes (reconocida por la Constitución iraní)? Sí, pero a los suníes, ese mesianismo se les da hasta mejor; véase la guerra del mahdi sudanesa (1881-1899), o la revuelta de 1979 en La Meca. (Si los del ISIL supieran algo del islam popular, en lugar de basar su doctrina en el orientalismo europeo, habrían proclamado un mahdi en lugar de un califa).

Ni Napoléon se interesó por capirotes, ni Jomeini y Sadam Husein se bombardearon por la Ashura

Donde hay diferencias es en la práctica de ciertos festivos, especialmente en las espectaculares – y sangrientas – celebraciones chiíes de la Ashura que rememoran la muerte de Husein, hijo de Alí, en la batalla de Kerbala (año 680). Marcan una enorme diferencia visual frente a las sociedades suníes. Visual. Pocos se acuerdan hoy de que en el Magreb (suní), la Ashura también se celebra. Y si bien en Marruecos, los entendidos aseguran que no tiene que ver con la batalla sino que expresa un vínculo de amistad con los judíos, en Túnez, donde se visitan ese día los cementerios y las mujeres se maquillan en señal de duelo, no lo tienen tan claro.

Derivar de la fiesta de Ashura un enfrentamiento religioso y político entre chiíes y suníes es tan racional como explicar las guerras napoleónicas y el sitio de Zaragoza con el hecho de que los católicos franceses no usan capirote ni cargan vírgenes durante la semana santa.

No, ni Napoléon se interesó por capirotes, ni Jomeini y Sadam Husein se bombardearon por la Ashura. Su cruel guerra de 1980 a 1988  se libraba entre los Estados de Iraq e Irán, entre sus pretensiones nacionales, no entre ramas teológicas. Las tropas iraquíes que invadieron Irán eran chiíes en gran parte. Los únicos iraquíes que se pasaron al enemigo y permitieron una contraofensiva iraní eran kurdos suníes. A los soldados les habría sorprendido mucho que alguien les hablase de teología.

Porque así era la sociedad llamada árabe en la segunda mitad del siglo XX. En los 50, en Bagdad había huelgas, manifestaciones, conjuras, tiros en plena calle. Entre cuatro grandes bloques: comunistas, nacionalistas, baathistas y liberales. Corrientes ideológicas a las que uno se afiliaba. En esa época, los ciudadanos de Oriente Medio elegían por qué ideas querían morir.

Hoy no se elige nada. Hoy se nace en una tribu con nombre divino, decretada por Paul Bremer en 2003 para compartimentar la sociedad de lo que llevaba muchos décadas siendo una nación. La prensa ayudó, hablando de jeques y dirigentes tribales, confundiendo el Iraq del siglo XXI con un remake de Lawrence de Arabia. Luego hubo que lanzar una marea de analistas de certificada oposición a Washington y a toda guerra imperialista, para explicarle al mundo que “la democracia no se puede exportar” y que los musulmanes no la necesitan porque son más felices sin ella. “Democracia” llamaron ellos al sistema tribal-confesional impuesto a Iraq para destruirlo. Si los diccionarios tuviesen alma, se suicidarían.

Usted morirá por quien nosotros decidimos porque usted ha nacido bajo nuestra bandera

Así nacieron lo que luego se dio en llamar “partidos” iraquíes: milicias pagadas por los cabecillas del Consejo para mantener su cuota de poder asignada por el dios norteamericano. Milicias que se dedicaron a delimitar sus territorios y a pasar a cuchillo todo aquel en cuyo carné figurase un apellido enemigo. Tampoco en esto hubo diferencias entre suníes y chiíes. En comparación con los métodos que los escuadrones de exterminiode Bagdad, chiíes y con el visto bueno tácito del Gobierno, usaron contra los gays y lesbianas de la ciudad, las ejecuciones del ISIL, eso de precipitar a la gente de una torre, se podrían describir como humanitarias.

Pero ya nada de esto importa. El diseño ha funcionado, se ha conseguido revestir la mentira de tanta sangre que al final ha tomado forma material. Arabia Saudí y el Golfo, yihadistas e ISIL, contra Irán, el Hizbulá libanés, el gobierno de Iraq, una guerrilla huthí. Bandos marcados a fuego, usted morirá por quien nosotros decidimos porque usted ha nacido bajo nuestra bandera. ¿Elegir causa? ¿Defender una idea? ¿Democracia, derechos individuales? Usted es del siglo pasado ¿verdad?

No no, aquí se combate por ser suní o chií, y lo mejor es que no importa quien gane, no importa en absoluto, porque la teocracia diseñada por un bando y el otro es exactamente la misma, con lo cual Dios ganará siempre, Dios y sus sicarios. El mundo que saldrá de ese Gran Juego del futbolín regado de sangre ya se ha decidido, Teherán o Riad, chador o burka, horca o decapitación, usted no se dará cuenta de la diferencia.

Ahora el único trabajo que queda por hacer es triturar entre las dos ruedas de molino a quienes pensaban distinto. A esos de antes, que creían en cosas como dar su vida por una idea, por la democracia, eso que, si habían conseguido evitar la cárcel y tortura de la policía secreta de Sadam o del sah, gustaban de darse un paseo en parejita a orillas del Tigris y tomarse una cerveza de malteado iraquí. Claro, eso fue antes de que ardieran los naves de ataque más allá de Orión, antes de Bagdad, 2003.

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46 comentarios en “La gran mentira

  • Announ opina:

    ¡Menuda chorrada! Pues sí, se han llevado mal desde que Moawiya combatió a Alí: Yazid asasinó a Hussein, fatimíes y abbasíes se llevaban a morir, Iraq atacó a Irán porque Saddam temía la influencia de Khomeini sobre los chiíes de su país, etc. El artículo está tan lleno de despropósitos que no sé por dónde empezar… Eso no significa que no hayan convivido en paz o incluso se hayan casado entre ellos, pero eso es porque los lazos de la amistad y el amor a menudo son más fuertes que las diferencias sectarias. Pero que estas fueran inventadas en el 2003 es francamente ridículo.

  • Las historias de Moawiya, Ali, Yazid y Husein (aparte de ser más legendarias que históricas) son simples luchas de poder, porque en ese momento no hubo absolutamente ninguna diferencia religiosa, se trataba – según esta propia versión legendaria – únicamente de una cuestión de liderazgo. Así que no inventen cosas. Fatimíes y abasíes se llevaban tan mal como cualquier dinastía escogida al azar en cualquier lugar y momento histórico se llevaba mal con la dinastía vecina. Estos no son argumentos. El que Sadam atacó a Irán porque temía la influencia chií… pudo ser un factor, aunque no creo que fuera el único, y de todas formas los hechos lo desmintieron: los chiíes iraquíes combatieron con Sadam contra Jomeini, y los kurdos suníes con Jomeini contra Sadam.
    Si usted quiere argumentar contra el artículo deberá esforzarse un poco más.

    • Announ opina:

      Sí, y los wahhabíes (sunníes) que saquearon Karbala y Najf a principios del siglo XIX son otro «detalle», ¿no? Eligieron las ciudades más importantes del chiísmo al azar, o pasaban por allí… Y que los islamistas se refieran a los chiíes como «rawafedh» (los que han rechazado la verdad) – que es bien anterior al 2003, oiga – también lo es. Mire, usted podrá escribir un artículo con una idea «progre» para vender a una publicacioncilla de internet eligiendo de la historia lo que le conviene e ignorando lo demás, pero entre los que estamos informados no cuela. Salam.

  • ¿Desde cuándo los wahabíes representan a «los suníes»? Los suníes de Al Azhar calificaron a los wahabíes de secta peligrosa en el XIX. Claro, si usted quiere defender que los wahabíes son la verdadera fe suní, no tenemos mucho más que hablar.

    • Announ opina:

      Es usted un demagogo. Eso no era más que un ejemplo de muchos. El propio al-Azhar que usted menciona consideraba a los chiíes herejes hasta que la famosa fatwa del sheikh Shaltoot de 1959, cuando se aceptó bastante a regañadientes que los chiíes también eran musulmanes. Y eso hay que agradecérselo a Nasser, no a ninguna autoridad sunní. ¿Cómo cuadra con eso su peregrina teoría?

      • Simplemente no es verdad. Los chiíes siempre han sido considerados musulmanes. La fetua ésa sólo lo confirmaría, contra las ínfulas wahabíes. Suníes y chiíes siempre se han reconocido mutuamente como musulmanes durante todos los siglos. Como demuestra el hecho que nunca se les ha excluido a los chiíes de la peregrinación a La Meca.

        • Announ opina:

          Infórmese un poco, querido señor. ¿Para qué hacer esfuerzos para «aproximar a sunníes y chiíes» si se llevaban tan bien como dice usted? Siempre ha habido sunníes que consideraban a los chiíes herejes y escribían tratados para «probarlo», y viceversa. El sectarismo se ha endurecido… por cierto, más desde el comienzo de la guerra en Siria en 2011 que desde la invasión de Iraq en 2003 (en 2006 la mayoría de los sunníes todavía apoyaba a Hizbullah contra Israel). Pero ese sectarismo siempre ha existido.
          http://azarshab.com/Default.asp?Page=ViewData&Dir=ResalatTaqrib29&File=07

  • Announ opina:

    En cuanto a la fatwa del sheikh Shaltout, que no menciona en absoluto a los wahhabíes:
    http://www.eslam.de/arab/begriffe_arab/13shin/schaltut.htm

  • La fetua del jeque Shaltout – ni tampoco la pregunta a la que responde – no dice absolutamente nada de que hasta entonces se hubiese considerado a los chiíes herejes. Intentar demostrar que se les consideraba herejes con una fetua que dice lo contrario no me convence gran cosa.

    • Announ opina:

      Mire, obviamente no conoce el contexto y no voy a hacer su investigación por usted. Haga una búsqueda en Google de la fatwa del sheikh Shaltout (mejor en árabe) y encontrará literalmente cientos de documentos y vídeos al respecto, con opiniones de sheikhs a favor y en contra (pero sobre todo en contra). Esto no es una novedad para nadie que sepa un poco de sectarismo en Oriente Medio, y el hecho de que lo sea para usted habla por sí solo.

  • Bueno, si usted no puede aportar más argumentos que decir que investiguemos, lo dejamos aquí.

    • Announ opina:

      No, si le parece le reescribo el «artículo» yo. Lo siento, ya he perdido suficiente tiempo en una oscura publicación que van a leer cuatro gatos.

  • Wamidh Munther Jaied opina:

    Estimado Sr. Topper
    Le agradezco con todo sinceridad este articulo sobre mi país Irak, que plasma una realidad desconocida por la mayoría de la gente debido la falsa propaganda de los medios de comunicación en especial de Estados Unidos.

    • Announ opina:

      Wamidh, ¿en serio estás diciendo que estás de acuerdo con que el sectarismo en Iraq comenzó en 2003? ¿O sea que el hecho de que, por ejemplo, la Intifada de 1991 contra el régimen de Saddam fuese en zonas chiíes, mientras las zonas sunníes permanecían en calma, fue una casualidad? (Hablo de los árabes y no de los kurdos, evidentemente.) ¿Cuánto tiempo llevas fuera de Iraq? Porque yo estoy casada con un iraquí, y él lo recuerda de forma bastante diferente…

  • Efectivamente, la ‘intifada’ de 1991 fue contra el régimen de Saddam, no contra «los suníes». Bien observado.

    • Announ opina:

      Sí, el hecho de que fueran chiíes y que los sunníes no se movilizasen es mera coincidencia. Como la rebelión sunní contra el alawí Hafez al-Asad que culminó con la destrucción de Hama en 1982, aunque los eslóganes fueran sectarios. Ello desmiente su ridícula tesis, o sea que lo ignoramos. LOL

      Con respecto a lo de «bien observado»: Dado que estoy mucho más cualificada para hablar de estos temas que usted, se puede guardar sus comentarios condescendientes.

  • Efectivamente, éste es el discurso que se inventó tras 2003: ahora son «los suníes» que se rebelaron en Hama en 1982 contra «el alawí» Asad.
    Hasta entonces, y cuando yo hablaba con gente en Siria, eran los Hermanos Musulmanes que se rebelaron contra una dictadura medio laica.
    Pero siga usted con su discurso. Está perfectamente en linea con los tiempos que vivimos y que reducen todo a la religión para hacernos olvidar que antes existían otras cosas, aparte la religión.
    Cosas como dictaduras, ideologías, rebeliones políticas.

    • Announ opina:

      Yo también he estado en Siria, figúrese usted. De hecho, viví allí año y medio en dos periodos diferentes, 1999-2000 y 2004-05. O sea que no me venga con cuentos. Los Hermanos Musulmanes eran inmensamente populares entre los sunníes y sus eslóganes eran sectarios, contra «al-alawa3in al-kuffar» (los alawíes infideles).
      Otro ejemplo (menudo repaso le estoy dando, oiga): La violencia sectaria en Pakistán entre sunníes y chiíes desde los años ochenta.

  • Los alauíes – a diferencia de los chiíes – siempre han sido caracterizados como herejes por los suníes. Me alegra comprobar que estamos tan de acuerdo.

    • Announ opina:

      LOL. ¿Pero no acaba de decir que esa sublevación no era sectaria? Ahora resulta que sí, pero la rama alawí del chiísmo no cuenta. ¿Se da cuenta de cuántas veces ha cambiado de argumento para seguir manteniendo su ridícula tesis? ¿Y qué hay de los chiíes de Pakistán, que son yaafaris? Supongo que sobre eso no sabe qué decir, por eso ha ignorado esa parte del comentario. Tranquilo, ya se le ocurrirá algo… Por lo menos está aprendiendo un montón de esta discusión, ¿no? 😉

  • La rama alauí, que no es chií, como demuestra Asad, siempre ha sido considera hereje. Ahora, si de ahí quiere derivar que en 1982 los Hermanos Musulmanes no tenían una intención política de derrocar una dictadura sino una religiosa de exterminar a herejes, allá usted. En mi boca no lo ponga.
    Siga saltando de país en país cada vez que no le funciona un argumento. Ha tenido suerte: Pakistán no lo conozco y no hablo de lo que no conozco. Enhorabuena.

    • Announ opina:

      No, es usted el que está poniendo palabras en mi boca. Y yo no estoy escribiendo un artículo, sino mencionando una serie de casos recientes que prueban que su teoría es ridícula. Y ni siquiera hemos discutido el sectarismo a lo largo de la historia. Le envié un artículo al respecto, pero evidentemente era demasiado complicado para Google Translate y no lo ha mirado 😉

      • Pasabaporaquí opina:

        Me sorprende cómo es usted capaz de conjugar la ignorancia y la pedantería.
        En primer lugar, estar casada con un iraquí, haber vivido en Siria no le da a usted argumentos suficientemente fuertes como para refutar a nadie, entre otras cosas, porque podría ser hasta falso.
        Usted, en segundo lugar, solo se dedica a insultar. Ha puesto dos enlaces al principio de la discusión, pero como su interés radica más en alardear de sabiduría que en demostrarla, a mí me es imposible sacar ninguna conclusión de sus parrafadas.
        Si se limitase usted a decir en qué puntos no está de acuerdo y en base a qué argumentos, esta lectura me habría sido mucho más provechosa. Pero le aseguro que leer a alguien fanatizado es realmente desagradable.
        Un saludo.

        • Announ opina:

          No, el estar casada con un iraquí y haber vivido en Siria (además de otros país árabes) de por sí no me daría argumentos suficientes; el tener un doctorado en estudios islámicos y dedicarme profesionalmente a la investigación del tema, sí. Este artículo utiliza argumentos engañosos para apoyar una tesis ridícula, y he mencionado hechos que lo demuestran. Y, sinceramente, me importa muy poco que le moleste mi tono. A mí me molestan más las manipulaciones de su amiguete.

  • Siga siga, estoy aprendiendo mucho de usted, a mí nunca se me habría ocurrido lo de mencionar Google Translate para insinuar que usted no sabe árabe. Es genial, de verdad.

  • Diego opina:

    Yo por mi parte he disfrutado inmensamente su debate. Saludos.

  • Creo que todos agradeceríamos leer los ensayos sobre el tema de alguien doctorado en estudios islámicos. Seguro que algún texto de usted hay en internet en páginas académicas o similar. Podría usted enlazarlo aquí o simplemente darnos su nombre para que lo busquemos y nos informemos.

    • Abu Yusuf opina:

      Para leer sobre Siria, esto tiene artículos interesantes: http://www.amazon.com/Demystifying-Syria-SOAS-Middle-Issues/dp/0863566545

      Sobre la chiitización de Iraq, los informes de ICG son imprescindibles.

      Sobre los Hutis en Yemen hay bastante menos, en particular en idiomas occidentales. Leí algo hace unos meses pero no me acuerdo donde lo encontré. Sin embargo, este es un informe resumido y bastante informativo (en árabe): http://www.fikercenter.com/ar/p/political_analysis/view/555a2613c1d39

      He estado en Sanaa muchas veces, y la diferencia entre Zaydi y Sunni es mínima, no solo entre gente normal pero incluso entre los ulama. Muchos de los grandes ulama de Yemen eran un híbrido entre Zaydi y Shafii: Shawkani, Amir San’ani, Muhammad Amrani, etc… Yo he estudiado con un aalim zaydi llamado Muhammad Ali al-Mansur, profesor en la escuela de jueces, y siemre alababa a Muhammad al-Amrani, otro profesor mío que es una mezcla de zaydi y salafi (o wahhabi, como algunos prefieren decir). Y además resulta que el que me presentó a ambos es un shayj shafii salafí. Para que veas las demarcaciones imprecisas que hay entre zaydis y sunnis/salafis/shafiis…

      El problema es la guerra entre Arabia Saudí e Irán, cada uno financiando su sectarismo. Los iraníes piden sectarismo institucional aunque no haya declaraciones sectarias. Los saudíes -como no entienden de instituciones- piden declaraciones sectarias. Ahora además resulta que los Emiratos quiere crear una contracorriente sufí a los wahhabis saudíes, y se corren rumores de que quieren crear una AQ/Hezbola sufí con raíces en las hermandades sufíes de África y los Cáucasos. O sea que posiblemente habrá que escribir otro artículo sobre el tema en 10 años.

    • Announ opina:

      Gracias por tu interés en mi trabajo, Ilya, pero escribo para publicaciones académicas internacionales y no estoy autorizada a compartir esos artículos. Además, últimamente me he dedicado a escribir reportajes e informes para una consultoría que tiene como clientes gobiernos, fundaciones, ONG, etc. y ni siquiera llevan mi firma; a mí simplemente me pagan (aunque generosamente, o sea que no me quejo).

      Por cierto, quiero disculparme por el tono de algunos de mis comentarios. Me irritan los periodistas que buscan reinventar la historia haciendo una lectura selectiva de la misma, normalmente para justificar ciertos posicionamientos ideológicos. Recientemente me pidieron una reseña crítica de un libro de Erick Stakelbeck que me ponía de mala leche cada vez que lo cogía (¡aunque no te estoy comparando con ese gacetillero, por supuesto!). En fin, que podría haber dicho ciertas cosas de otra manera y la verdad es que he sido bastante desagradable. Te aseguro que en persona soy bastante simpática.

      Un saludo.

  • Sin duda un artículo polémico y a contra corriente. Agradezco la compostura al aguantar los tonos, y centrarse en el argumento. Pero el que hace afirmaciones extraordinarias debe aportar pruebas extraordinarias.
    Si todo esto de las diferencias entre suníes y chiíes fue un invento de 2003, entonces, no debería haber documentos anteriores a esa fecha que hiciesen mención a esa división. O por lo menos, que no la retratasen como una fuente de conflictos.

    La CNN habla de grandes diferencias ya en 1998:
    http://edition.cnn.com/WORLD/meast/9809/15/iran.afghan.tensions.02/index.html

    El Washintong Report, revista especializada en Oriente medio, y poco sospechosa de ser complaciente con EEUU a pesar de ser publicada allí, reconocía ya por 1991, que la división de la que hablamos era algo asumido. Una división que es «la más importante en la historia islámica» con «13 siglos de agrias polémicas»

    http://www.wrmea.org/1991-may-june/sunni-shii-schism-less-there-than-meets-the-eye.html

    En el New York Times, en 1987, se hablaba abiertamente de una antipatía histórica fuente de conflictos.

    http://www.nytimes.com/1987/08/09/weekinreview/ancient-and-modern-conflicts-of-islam-merge-during-hajj.html

    Pero es que en su artículo uno saca la conclusión de que en realidad ni siquiera existen esas diferencias, ni teológicamente, ni histórica, ni política, ni sociologicamente… a lo sumo usted concede que hay algunas diferencias en cuanto a días festivos, algo tan irrelevante como clasificar a los católicos españoles entre los que van a misa los domingos y los que no (cuestión menor, al menos en la España actual).
    Yo me siento un enano ante su experiencia y conocimientos, pero también ante los de quien se han expresado aquí en su contra. Desde mi humilde ignorancia pienso que su artículo traerá cola, y al ser público, cualquier lector curioso y cuidadoso puede aportar algo. El tema me interesa porque supone sacarnos de un engaño político… pero si bien es cierto que la división sunita-chiíta puede haber sido exagerada por intereses políticos, creo que no deja de ser un factor como el de católicos-protestantes en Irlanda. En cualquier caso la división existía antes de 2003, lo que está en cuestión es si ha sido magnificado para desviar la atención sobre otros procesos, pero para ello no es necesario igualar ambas sectas como si nunca hubiesen existido.

    Robert Fisk, a quien estoy seguro que conocerá, decía sobre Irak que el conflicto interno pivotaba en buena manera sobre si uno era sunita o chiita… quizás no por pura teología, pero la religión ya fuera manipulada o no era un factor importante. En su libro «La gran guerra por la civilización» (p.240 y 1368) podemos leer:

    «En muchos sentidos, el poder suní llegó a fundamentarse en la pobreza chií; en Iraq, Sadam iba a asegurarse de que esto siguiera siendo así. Sin embargo esta disparidad siempre sería extrema -como lo era en el gran reino de Arabia Saudí, en gran medida suní- gracias a una extraordinaria coincidencia geográfica: casi todo el petróleo de Oriente Próximo está bajo las tierras que habitan musulmanes chiíes. […] bajo el régimen de Sadam, los pobres y los desposeídos siempre habían sido los musulmanes chiíes y que la clase media siempre había sido suní (como lo era el propio Sadam). Por tanto, eran los suníes quienes sufrían el saqueo de manos de los chiíes. Y por tanto, los tiroteos que estallaron entre propietarios y saqueadores fueron, en efecto, un conflicto entre musulmanes suníes y chiíes.»

  • Hola Pepe Crespo. Largo e interesante comentario; matizo: De los tres artículos que citas, uno (el de Noakes) dice aprox. lo mismo que yo. Los otros dos (CNN y NYT) hablan de Afganistán y de una pelea política entre Irán y Arabia Saudí: geopolítica, no centenaria tensión social. No descarto que el modelo que se implantó en Iraq en 2003 se inspire en la situación en Pakistán (donde esta tensión existe, según Announ) o Afganistán (sociedad tribal donde existían múltiples tensiones, según he leído).
    Pero el modelo que hoy se ha difundido en nuestras mentes de un centenario enfrentamiento entre chiies y suníes en todo el mundo por motivos religiosos, ese es falso. Ese se inventó en 2003, lo mantengo, o, mejor dicho, se inventó posiblemente antes y se lanzó a gran escala a partir de ahí.
    Fisk escribió su libro en 2005.
    «Los desposeídos siempre habían sido los musulmanes chiíes y que la clase media siempre había sido suní» me parece simplificar demasiado, porque implica que ningún pobre podía enriquecerse nunca y que no había población campesina pobre en las zonas geográficamente suníes.
    Entre cualesquiera dos grupos diferenciados por algo (religión, supuesta ‘etnia’, apellido de clan…) puede haber tensiones locales, pero de ahí a deducir que suníes y chiíes se combaten porque no se reconocen mutuamente como musulmanes – que es la versión difundida hoy – media una campaña muy organizada y muy reciente.

  • Announ opina:

    Ilyas, descubrí este artículo a través de un post de Facebook que publicó un amigo y lo he tratado un poco como eso, un post, escribiendo comentarios directamente en la cajita y de manera reactiva, en lugar de redactar una respuesta coherente y detallada como la de Pepe (que, por cierto, creo está siendo muy modesto sobre sus conocimientos del tema 🙂 ). He ofrecido algunos ejemplos que muestran que la animadversión entre sunníes y chiíes es muy anterior al 2003; de hecho, es casi tan antigua como el propio islam. A menudo es el caso que la religión se utiliza con fines políticos, eso no lo niega nadie, y no cabe duda de que el sectarismo se ha visto exacerbado en los últimos años -si bien reitero que yo pondría la fecha en el 2011, con el comienzo de la guerra civil en Siria; recuerdo bien que en el 2006, cuando Israel atacó Líbano, Hizbullah todavía era inmensamente popular en el mundo árabe-.

    Pero remontémonos en la historia. Estoy segura de que has oído hablar de la taqiyya, que existe en el islam sunní pero es un rasgo destacado del islam chíi y permite al fiel ocultar su fe en caso de persecución. Dicha doctrina se desarrolló muy temprano: A mediados del siglo VIII, coincidiendo con la persecución de los chiíes por parte del califato abasí. Y ha sido una constante de su historia, puesto que a menudo han vivido como minoría en imperios sunníes. Teniendo eso en cuenta, ¿cómo puedes afirmar que el sectarismo es un invento reciente? Simplemente no es cierto.

  • Me reafirmo igual: «Simplemente no es cierto» que las disquisiciones de algunos eruditos sobre hechos acaecidos (o legendarios) hace siglos se puedan expresar como una continua animadversión religiosa de dos poblaciones (y menos sugiriendo que una de las dos poblaciones simplemente ocultaba tal animadversión durante siglos gracias a la taqiya). Sobre todo no se puede expresar afirmando que los suníes consideraban a los chiíes como herejes hasta 1959. Porque eso simplemente no es cierto.

  • Announ opina:

    Ilya, ya he hablado de la fatwa del sheikh Shaltut, que es muy conocida entre los que han estudiado este tema. Como comenté más arriba, hay mucha documentación al respecto, pero principalmente en árabe, y no quiero citar nada que los demás no puedan verificar por sí mismos. O sea que me obligas a recurrir a Wikipedia, y esto sí que no te lo perdono 😉 Pero las fuentes citadas son fidedignas, o sea que ahí va:

    «The Al-Azhar Shia Fatwa, known in Arabic as The Shaltoot Fatwa (Arabic: فتوى شلتوت‎), is an Islamic fatwa issued in 1959 on the topic of Shi’a–Sunni relations by the renowned Sunni scholar Shaikh Mahmood Shaltoot. […] This rare fatwa, which admits Shia Muslims, Alawites, and Druze into mainstream Islam who had been considered heretics and idolaters for hundreds of years, has been viewed as being inspired by the then Egyptian president Gamal Abdel Nasser.[4] […]»

    Fuente: https://en.wikipedia.org/wiki/Al-Azhar_Shia_Fatwa

  • Citar Wikipedia es bastante imperdonable, sí 🙂 aunque desde luego todos la usamos para ir a las fuentes. El problema en este preciso artículo es que para la afirmación de que «los chiíes (aparte de alauíes y drusos) habían sido considerado herejes durante cientos de años» no existe fuente. La fetua original en http://www.al-islam.org/shiite-encyclopedia-ahlul-bayt-dilp-team/al-azhar-verdict-on-shia no dice por cierto nada de alauíes ni drusos, sólo habla de chiíes, y dice que «algunos piensan» otra cosa, no que eso fuera habitual.
    Y precisamente la única otra fuente accesible desde Wikipedia, un artículo de Al Ahram, que es un diario egipcio bastante respetado, explica con toda claridad que desde la epoca de Saladino no ha habido en Egipto nunca una animadversión contra los chiíes, que la población ni siquiera se consideraba suní en contraposición a chiíes, sino simplemente musulmanes, sin darse apenas cuenta de que la esposa de Gamal Abdel Nasser era chií.
    Este artículo va mucho más lejos que yo en describir la inexistencia de la división suní-chií (en Egipto) antes del auge del wahabismo en los años setenta y su utilización política a partir de 2012. Lo mío es cauteloso, en comparación…
    http://weekly.ahram.org.eg/News/2376/21/Identity-politics,-Egypt-and-the-Shia.aspx

    • Announ opina:

      La traducción no es muy buena, pero las sectas chiíes no yaafaríes están implícitas (Muslims […] ought to refrain from unjust prejudice to any particular school of thought, since the religion of Allah and His Divine Law (Shari’ah) was never restricted to a particular school of thought). El contexto es importante, por eso te decía que vieras los otros documentos.

      En cuanto al artículo de Al-Ahram, también debes tener en cuenta el contexto: En Egipto gobernaban los Hermanos Musulmanes, cuyo discurso sectario calentó los ánimos hasta el punto de que llegaron a producirse linchamientos de chiíes. Como sabes, Al-Ahram es casi un órgano del Estado, y la intención era calmar los ánimos.

    • Announ opina:

      Vale, olvídate de Wikipedia. De la Enciclopedia del Islam te fiarás, ¿no? No creo que podáis acceder al vínculo, yo lo hago a través del VPN de la universidad, pero copio:

      “In summer 1959 S̲h̲altūt issued a fatwā to the effect that worship according to the doctrine of the Twelver S̲h̲īʿa was valid and that this school was a recognised mad̲h̲hab within Islam (for the Arabic text, see, e.g. ʿAbd al-ʿAẓīm, 188; for translations into other languages, Ende, 312, n. 13). The fatwā—originally an answer cut out from a newspaper interview and distributed by the Dār al-Taḳrīb—v/as greeted with enthusiasm in the S̲h̲īʿī world, but also kindled sharp criticism on the part of certain circles of the Salafiyya [q.v.]. Its effect at al-Azhar and elsewhere, however, was soon counteracted by both internal and external opposition as well as by international developments, such as the outbreak of a crisis between Persia and Egypt in summer 1960 (Ende, 314 ff.).”

      Si una autoridad religiosa se ve obligada a insistir que una doctrina es válida y debe reconocerse como una de las corrientes dentro del islam, obviamente es porque muchos otros afirman lo contrario, ¿no?

  • Los dos enlaces trataban temas actuales, y locales, efectivamente, no eran estudios históricos que se centrasen en tu tesis, pero las frases que yo subrayé sí hablaban de diferencias históricas. Esto es, dan por hecho algo que no se molestan en demostrar.

    El enlace de la CNN dice: que «los conflictos por la división entre sunitas y chiitas son considerables», para luego concretar que se recrudecen en la frontera entre Irán y Afganistán. Noakes subraya que no hay tanta diferencias entre unos y otros, pero parte de la base de que sí la hubo: «13 siglos de amargas polémicas» son sus palabras. El de NYT dice textualmente: «Las raíces de este conflicto son históricas y psicológicas» y lo dice justo después de un párrafo en el que habla del siglo XIX.

    Otra cosa es que se hayan explotado viejas diferencias para vendernos la moto, o que hayan resucitado para agraviar un conflicto político, como resucitaron en los Balcanes entre cristianos y musulmanes… familias que habían vivido en paz de repente se dieron cuenta de que eran enemigos. Y no fue porque nadie se esforzara en tergiversar o manipular sus creencias, sino porque sus creencias son material explosivo cuando se juntan con otros factores como el nacionalismo. Estoy seguro de que protestantes y católicos pueden casarse y ser amigos en Irlanda, aunque en el Ulster todavía haya muros que separan calles. También hay matrimonios mixtos en EEUU desde hace décadas, y aún así, nadie niega que el factor racial sea un problema en EEUU.

    No sé si estos paralelismos serán válidos o no, porque el contexto de tu tesis me es más lejana, pero quizás por eso más interesante. En cualquier caso, esas diferencias, se manifestaron en una división histórica que produjo batallas como la de Karbala o estados que albergan a mayorías de unos o de otros… por algo será. No debe ser casualidad que en Irán la mayoría sea Chií.
    Esto no prueba que el motivo de los conflictos actuales intra-musulmanes sea la división sunita-chiíta, pero tampoco que dicha división no haya jugado un papel en esos conflictos. Sí, reconozco que eso de que teológicamente se pueda defender que unos se ven como herejes a los otros, está lejos de ser verdad. Creo que hay una máxima, corregidme si me equivoco, que he oído a musulmanes según la cual ningún musulmán es quién para decirlo a otro que no es lo suficientemente musulmán. Ni siquiera se atreven a decirlo de Al Qaeda o ISIS: es una especie de tabú que no se atreven a romper, aunque lo piensen realmente. Si esto es así, tiene toda lógica lo que dices de que ambos grupos se reconocen mutuamente… pero eso sería una mera formalidad religiosa: la división sigue vigente… aunque su relevancia en los conflictos o en la sociedad pueda ser matizada ad infinitum.

  • En cuanto a lo de considerar hereje a unos y otros… no se si os habéis puesto de acuerdo con lo que se dijo en 1959, pero qué me decís de 1991:

    «En Arabia Saudí, los chiítas corrieron peor suerte. La subsección wahabí del Islam sunnita, religión oficial del Estado a la que pertenece la monarquía reinante, considera herético el chiísmo. En 1991, Abdulah bin Yibrin, delegado real para presidir el Consejo de los Ulemas, declaró que los chiítas son “idólatras que deberían ser exterminados”. »

    La cita viene e webislam: http://www.webislam.com/articulos/28620-el_conflicto_entre_sunnitas_y_chiitas.html

  • Veamos:
    Si hay que interpretarlo de esta manera («es obvio que muchos…») imagino que la Enciclopedia del Islam no dice en ningun parte que los suníes consideraban a los chiíes herejes ¿verdad?
    Pues no es obvio, no. Es muy fácil que Shaltout se viera obligado a esa fetua frente al crecimiento del wahabismo en el país vecino, que estaría difundiendo este ideario.
    Con eso respondo igualmente a Pepe Crespo: Los wahabíes sí que se diferencian teológicamente de los musulmanes en este aspecto, mucho más de lo que se diferencian suníes y chiíes. O se diferenciaban, porque dado que hoy día el wahabismo ha usurpado el nombre del islam, ya no hay diferencia.
    https://msur.es/2013/10/19/topper-dios-marca/
    En resumen: todavía no he visto ni un sólo documento aparte del wahabismo (tardío) que diga que los chiíes sean herejes. Se infiere de documentos que dicen justamente lo contrario.
    No me convence.

    • Announ opina:

      El wahhabismo empezó a expandirse a partir de los años setenta, a raíz de la crisis del petróleo que multiplicó los precios por cuatro y llenó los cofres de los saudíes. En los años cincuenta era irrelevante.

  • Ahora he tenido un poco de tiempo para leerme por lo menos las primeras diez páginas del ensayo de Mohammed Ali Azarshab (profesor de Teherán) que enlazaste arriba, Announ, para hablar del contexto de la fetua de Shaltout y puedo resumir lo siguiente de la tesis del profesor:
    – En los años 40 había mucho más acercamiento entre las ramas del islam que en los años 90. ¿Por qué? Porque había libertad de enseñanza y no subordinación al poder político [lo cual desmiente que Shaltout emitiera su fetua «inspirado» por Nasser.
    – En ningún momento, ninguno, dice Azshab que suníes y chiíes se considerasen mutuamente herejes.
    – Habla de un «acercamiento» centrándose en dos aspectos: el del fiqh puro (la teología), que era una cuestión de eruditos, y la geopolítica. La meta principal de la institución de Acercamiento de Azhar, dice, era política, para unir «no a las diferentes ramas religiosas sino a los diferentes pueblos islámicos» (una meta mucha más amplia) para que las diferencias de ramas no se usasen para compartimentar el mundo musulmán.
    [Eso implica que las diferentes ramas, obviamente, se reconocían mutuamente como musulmanes].
    Da los precedentes: un jeque de Teherán que vino a enseñar dos años en Al Azhar en los años cuarenta [¿un hereje?]. Escritos de Mohammed Ghazali que, citando a Goldziher recuerdan que Nadir Shah en el siglo XVIII ya firmó un acuerdo con «los turcos» (Imperio otomano) para unificar suníes y chiíes. [Acuerdo obviamente político, que iba a unificar liderazgos: en la teología no había nada sustancial que unificar].
    Los documentos de Al Azhar de los cuarenta que luego cita insisten expresamente que no se trata de unificar ramas del islam sino de recordar que todas son igualmente aceptables, porque, dice, todos aceptan las mismas basas, sólo difieren en su interpretación, lo cual es legítimo.
    Seguiré leyendo mañana. Es interesante.

  • Posdata: El enlace de Azarshab del que cito es el dado por Announ arriba:
    http://azarshab.com/Default.asp?Page=ViewData&Dir=ResalatTaqrib29&File=07
    Y añado que según ese mismo ensayo, Mohammed Ghazali lamentaba la divisón política del islam en ramas diversas que facilitaba la colonización europea, pidiendo unidad. Ghazali – como sabes, Announ – era uno de los jeques más radicales del siglo XX (antes de hacerse los wahabíes con el cotarro) y defendió públicamente la ejecución de apóstatas en Egipto. Pero a los chiíes no los consideraba herejes, parece.

  • Los wahabíes irrelevantes en 1959? Para el resto del mundo quizás, pero para su vecino país Egipto, no creo. Llevaban 35 años siendo señores de La Meca, que no es moco de pavo. La explotación de petróleo empezó en 1933. En 1951, EE UU firmó un tratado de alianza militar. Y a partir de 1962, sólo tres años después de la fetua, Arabia Saudí y Egipto se enzarzaron en una sangrienta guerra de poder en Yemen que duró 8 años y que no creo que surgiese de la nada.
    https://msur.es/focos/yemen/
    No creo que en 1959 Arabia Saudí y su religión (o secta) oficial fuera irrelevante para Al Azhar.

    • Announ opina:

      Irrelevante porque no tenía influencia ideológica alguna en Egipto. Ni en ninguna otra parte. Los saudíes acogieron a los Hermanos Musulmanes con tantas ganas en parte para proporcionar una alternativa ideológica al nasserismo.

      En cualquier caso, es ya muy tarde y mañana hay que madrugar. Tesba7 3ala 5er 😉

  • 🙂 و أنت كمان

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