Entrevista

Charles Simic

«Hay más americanos que confían en Trump que en la prensa»

Alejandro Luque
Alejandro Luque
· 8 minutos
Charles Simic | © Aaron Clamage / Valparaíso Ed.
Charles Simic | © Aaron Clamage / Valparaíso Ed.


Sevilla | Febrero 2017

Aunque lleva viviendo en los Estados Unidos desde los 16 años, Charles Simic (Belgrado, 1938) nunca se ha desvinculado del todo de su Serbia natal. Lo ha demostrado en numerosos escritos y traducciones, y vuelve a ponerlo de manifiesto ahora en Días cortos y largas noches (Valparaíso), una recopilación de sus artículos publicados en The New York Review of Books donde, además, habla de su pasión por el fútbol y la cocina, sobre política exterior estadounidense y sobre algunos amigos ilustres, como Mark Strand.

El escritor, que también acaba de publicar en España un nuevo poemario, El lunático (Vaso Roto), vuelve a mostrarse de lo más amable a la hora de responder las preguntas de MSur. Tal vez por eso es el primer autor que aparece entrevistado tres veces en esta revista (las anteriores fueron en 2011 y en 2015).

Abunda la poesía en internet. ¿Cree que la buena poesía acabará disuelta, invisibilizada, en la masa de malos poemas que inundan la red?

Siempre hubo una buena cantidad de mala poesía. En los Estados Unidos, casi todos los periódicos solían publicar un poema a diario a lo largo del siglo XIX y bien entrado el XX, y eso no logró ahogar la buena poesía. El mayor problema hoy es que las librerías y las bibliotecas donde uno iba a buscar los libros que de verdad valía la pena leer están cerrando por todas partes.

¿Cree en las teorías que indican que al poder le interesa que la gente sea más y más ignorante?

«Una democracia efectiva requiere ciudadanos bien informados, y ya no hay en Estados Unidos»

Por supuesto, llevar a los ignorantes de la nariz es más fácil que pactar con gente que ha sido educada para pensar de un modo crítico. Una democracia efectiva requiere ciudadanos bien informados, de los que ya no hay en Estados Unidos, gracias a años y años de venta ambulante de mentiras en las emisoras de derechas y en internet, y el simplificarlo todo desde los periódicos y la televisión, hasta la educación en escuelas y universidades.

Dijo usted que escribir un buen poema es como cocinar un buen plato. ¿Qué opina del auge de los cocineros estrella y los concursos televisivos gastronómicos?

Esos concursos siempre me parecieron falsos. Digo más: prefiero cocinar y comer platos sencillos y tradicionales a elaboradas fusiones culinarias.

Se cumplen 25 años de la ruptura de Yugoslavia, y 10 de la independencia de Kosovo. ¿Viven mejor hoy los habitantes de la antigua república?

Algunos sí y otros no, imagino. No vivo allí desde 1953, de modo que tal vez no soy el más indicado para responder a esa pregunta…

¿Están las viejas heridas más o menos cerradas? ¿O, como me dijo un compatriota suyo, en la ex Yugoslavia las heridas solo están cerradas hasta la próxima guerra?

«Cada grupo étnico recuerda solo las faenas que le han hecho, y no las que ellos han hecho a otros»

El problema en los Balcanes, como en muchos otros lugares del mundo, es que cada grupo étnico recuerda solo las faenas que le han hecho, y no las que ellos han hecho a otros, de manera que están siempre a merced de politicos oportunistas listos para reabrir las viejas heridas y llegar al cargo surfeando sobre una ola de nacionalismo frenético.

Ahora todo el mundo sueña con entrar en la Unión Europea. ¿Todos reunidos después de separarse a sangre y fuego?

Castillos en el aire. Eslovenos y croatas están en la Unión Europea ya, y el resto se engañan a sí mismos si creen que Europa los quiere.

Parece inevitable preguntarle por Trump. ¿Se siente concernido cuando habla de inmigrantes, o no siente que vaya con usted?

No como inmigrante, sino como estadounidense preocupado sobre lo que está pasando a su país, que solía recibir a refugiados como mis padres o yo mismo.

Obama ha quedado como un presidente ejemplar, pero usted se ha mostrado crítico con algunas de sus políticas, especialmente su defensa de los ataques aéreos contra el Daesh. ¿Todos los presidentes USA ceden del mismo modo a la industria militar?

No lo critiqué por bombardear el Daesh. Yo me quejé de que estaba dejando caer bombas en Afganistán, Iraq, Siria, Libia, Yemen y Somalia actuando como si no hubiera consecuencias de toda esa destrucción, de todas esas sociedades desarraigadas y de esos inocentes asesinados. En su ultimo año en el cargo, lanzamos 27.000 bombas, un número superior a las lanzadas en 2015. Los americanos no son capaces de conectar los millones de refugiados huyendo de los citados países y esas bombas. Nuestros dos partidos políticos apoyan nuestras guerras, en tanto que no tienen que traernos ninguna victoria duradera, porque ellos ganan miles de millones con el establishment militar y los fabricantes de armas. El mercado de la guerra siempre ha sido una palabra sucia en este país. Ya no. Ningún político rechaza ese dinero.

“Nos gustaría más ver a los talibanes afeitarse la barba y que permitieran que sus esposas e hijas llevaran minifaldas a que nuestros propios líderes rompieran con su adicción al militarismo”. ¿Es eso la hipocresía americana?

«Lo que nos debe preocupar es el neoliberalismo, que nos ha metido en el follón en el que estamos»

La traducción es incorrecta. Yo dije que antes llegará el día en que los talibanes se afeiten las barbas y sus mujeres e hijas lleven minifaldas, a que nuestros líderes renuncien al militarismo. Yo no llamaría a eso hipocresía. Muchos de ellos creen realmente que están hacienda un mundo mejor con nuestras guerras.

Denuncia usted que a EE UU siempre le ha interesado más tratar con autócratas y militares que con gobiernos democráticamente elegidos. ¿Es una de las causas del fracaso de las primaveras árabes?

Incluso si no nos entrometiéramos, no puedo imaginar que estos movimientos democráticos tuvieran muchas oportunidades en estos países, con sus conservadoras sociedades religiosas y sus todopoderosos ejércitos.

La llamada nueva política europea (Podemos, Syriza…) reconoce cierta filiación comunista. A usted, que tanto padeció el comunismo, ¿le inquieta esto?

Marchando por las calles con imágenes de Stalin y Mao… no puedo imaginarme esa puesta en escena. El comunismo no está volviendo, en tanto fracasó en todos los lugares donde fue puesto en práctica. El socialismo, sin embargo, es aún una opción aunque, como hemos visto en Estados Unidos, el senador (Bernie) Sanders asustó al establishment con sus ideas socialistas mucho más que Hillary Clinton o incluso Donald Trump. Lo que nos debe preocupar es el neoliberalismo, que nos ha metido en este follón en el que estamos ahora, y el fascismo que quiere ocupar su lugar.

¿Cree que el comunismo pueda tener alguna función positiva en este mundo dominado por un capitalismo bastante deshumanizado?

En absoluto.

Los “hechos alternativos” de Trump nos han mostrado que a parte del público no le importa si algo es verdad, opinión o mentira. ¿Qué han hecho mal los periodistas?

« Si la radio del coche dice que hoy es lunes y Trump dice que es martes, le creen a él»

De acuerdo con las últimas encuestas, hay más americanos que confían en Trump que en los medios de comunicación. En otras palabras, si la radio de su coche dice que hoy es lunes y Trump dice que es martes, ellos le creen a él. No sé en España, pero en los Estados Unidos los periodistas tratan de ser “objetivos” en sus escritos, así que si un político dice que el sol sale por el este y el otro que por el oeste, ellos no podrían decir que uno está equivocado y el otro está en lo cierto, sino que tienen diferencias filosóficas.

El Nobel de literatura a Dylan, ¿es un agravio para los poetas o un reconocimiento a los cantantes?

A todos nos gustan las canciones de Dylan, pero tenemos muchos poetas mejores que él en los Estados Unidos. Siendo eso evidente para mí, no he perdido el sueño tras la concesión del premio.

Acabemos con una de sus pasiones. Si tuviera que otorgar un Nobel de jazz a alguien vivo, se lo daría a…

Sería difícil, en tanto están todos muertos. Además, ellos habrían preferido que les dieran un coche grande con el maletero y el asiento de atrás llenos de cajas de buen whisky y champán y que les dejaran seguir su alegre camino.

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