Fui de su pequeña casa a mi cama en un viaje que recorrieron miles de hombres antes que yo con sus corazones en formaldehído abandonados en las grandes avenidas y en los estrechos callejones. Vi cómo el viento arrastraba mi cabeza, vi dos ojos saltones derramando lágrimas y una flecha clavada en una córnea. Yo sabía a quién encontraría en esta calle, quién aparecería de madrugada en la otra calle. Sabía las palabras precisas que debía dejar en todas partes para que me permitieran un tránsito cómodo; las palabras eran mi única provisión. Cada vez que pensaba que estaba cerca de la cama, que estaba a punto de alcanzar sus extremos mis pies se deslizaban aún más lejos y el camino se perdía en la distancia. Una mujer tomó mi mano en el umbral, acarició mi cara, y dijo: ¿Puedes volver a casa para comenzar desde allí de nuevo? Debería haberle sonreído, pero sentía la voz ahogada y el acceso a una casa o a una cama era un asunto con el que no podía contar pues mi ropa estaba muy rozada, había conseguido penetrar con las uñas en mi pelo enmarañado y había llovido sobre mí. Cuando cerré los ojos y volví a abrirlos vi cómo su pequeña casa y mi cama se balanceaban ante mí como dos campanas gigantes en una iglesia vacía. Tenía que aferrarme a una de ellas, al menos temporalmente, pero no dejaban de moverse. El viaje que planeé desde el primer día, y del que aprendí a regresar sin una gota de sangre. ¡Cuántas veces retorné ileso! Pero las calles de esta ciudad se torcieron más de lo debido y, aunque apenas conoce la niebla, la vista se vuelve borrosa por cualquier motivo. Así nadie puede pensar en regresar, ni a la casa, ni a la cama. Y todo lo que uno anhela es una pequeña acera y gente que aprecie la agonía de los amantes. | خرجتُ من بيتها الصغير إلى سريري في الرحلة التي قطعها الآلاف قبلي بقلوب متبّلة تركوها في الشوارع الكبيرة والحواري الضيقة. رأيت رأسي وقد دحرجتها الرياح وعينان جاحظتان تسيل منهما الدموع وقد اشتبك سهم في قرنية إحداهما كنت أعرف من سأقابل في هذا الشارع ومن سيظهر فجرا في الشارع الآخر الكلمات نفسها كنت أعرفها الكلمات التي يجب أن أتركها في كل مكان ليسمحوا لي بعبور مستريح الكلمات كانت زادي الوحيد. وكلما اعتقدت أنني قريب من السرير أنني على وشك ملامسة أطرافه كانت قدماي تنزلقان مسافة أبعد والطريق يضيع أكثر. على أحد الأبواب جذبتني امرأة تحسست وجهي قالت: هل يمكنك العودة إلى البيت لتبدأ من هناك مرة ثانية؟ كان يجب أن أبتسم لها لكن صوتي كان مختنقا والوصول إلى بيت أو سرير مسألة لا يمكن التعويل عليها ما دامت ملابسي قد اهترأت وأظافري استطاعت اختراق شعري الملبّد وهطلت الأمطار فوقي. وعندما أغمضت عينيّ وفتحتهما رأيت بيتها الصغير وسريري يتأرجحان أمامي كجرسين عملاقين في كنيسة فارغة كان علي التشبث بأحدهما ولو مؤقتا لكنهما لم يتوقفا أبدا . الرحلة التي خططت لها منذ اليوم الأول وتعلمت كيفية العودة دون نقطة دم واحدة وكم من مرة عدت سالما، لكن هذه المدينة التفت طرقاتها أكثر مما يجب، ومع أنها لا تعرف الضباب تقريبا إلا أن الرؤية غائمة بفعل أي شيء وهكذا لا يمكن لأحد أن يفكر في العودة سواء للبيت أم للسرير، كل ما يجب أن يتمناه رصيف صغير وأناس يقدّرون مصارع العشاق. ·· |