Crítica

Las entrañas de Estambul

Lara Villalón
Lara Villalón
· 6 minutos

Burhan Sönmez
Istanbul Istanbul

Género: Novela
Editorial: Edicions Periscopi
Páginas: 296
ISBN: 978-84-17339-07-4
Precio: 18,50 €
Año: 2015 (2018 en catalán)
Idioma original: turco
Título original: İstanbul İstanbul
Traducción:Pelin Doğan, Miquel Saumell

– ¿Qué ciudad es esta?
– Estambul, todo esto es Estambul, mamá. Desde que te bajaste del avión.
– Ah, es un poco fea, ¿te has fijado que hay un centro comercial cada pocos kilómetros?
– Cuando lleguemos al centro verás que es más bonito.

Llevaba dos años en Estambul cuando mi madre vino a visitarme por primera vez. Me mudé aquí en un momento de inestabilidad política en el que una serie de atentados y un intento de golpe de Estado dejaron un ambiente enrarecido en la ciudad. Ella no lo hubiera notado porque no sabía cómo era antes, claro, pero quería mostrarle la mejor versión de Estambul. Así que esperé a que el turismo se recuperara un poco, señal absurda pero indiscutible de que todo va bien, para invitarla a visitarme.

– ¡Qué bonito todo! La cosa se ve muy calmada.
– Bueno, yo creo que está peor… En las calles parece tranquilo pero hay un montón de detenciones. Hace unos días envié una carta a un amigo que está en prisión.
– ¿Por qué lo han detenido?
– No lo sé, mamá.
– Cómo que no lo sabes, ¿no eres periodista?
– Bueno… es que él tampoco lo sabe.

Justo en un período posgolpe es donde sitúa Burhan Sönmez su novela “Istanbul Istanbul”. Con la ciudad como protagonista, el autor viaja hasta sus entrañas, en una celda subterránea donde cuatro hombres pasan sus días entre interrogatorio y tortura. El estudiante Demirtay, el tío Küheylan, el barbero Kamer y el doctor no pueden hablar de su pasado ni de por qué han sido detenidos, aunque uno ni siquiera lo sabe, para evitar que la policía pueda sonsacar información a algún compañero de celda. Para hacer más soportable su situación, comparten historietas entre ellos, tejiendo un relato que a veces gira alrededor de Estambul y en otras ocasiones recuerda a la tradición de cuentos orales que aún persiste en pueblos del sureste del país.

Nos hace viajar de repente a uno de los cuentos de los prisioneros, como si fuera un Decamerón

El lector acompaña en todo momento a los presos en su día a día, en su sufrimiento y en sus esperanzas. Con una original escritura, Sönmez es capaz de hacernos viajar de repente a uno de los cuentos de uno de los prisioneros, como si fuera un Decamerón, y también nos invita a tomar un té con ellos a la orilla del Bósforo, una situación imaginaria recurrente de la otra Estambul, la de los hombres libres, la de las calles llenas y los atardeceres de película. Estos relatos, originales y divertidos, ofrecen un poco de aire fresco en medio de la asfixiante situación de los prisioneros.

Se ha escrito bastante sobre los períodos posteriores a los golpes de Estado en Turquía y el autor juega con lo que da a entender más que lo que dice literalmente. En ningún momento cae en el relato pornográfico de la tortura, aunque sabemos que ocurre cuando el narrador, que toma el punto de vista de uno de los cuatros presos en cada capítulo, describe el estado de sus compañeros. También conocemos poco a poco detalles de la vida de cada uno, una vida anterior que parece lejana, que navega entre la realidad y las aspiraciones de cada uno por mejorar la ciudad, inmersa en un denso clima político y sometida a constantes cambios urbanísticos.

El autor juega constantemente con las dos caras de Estambul. La que tenemos todos en nuestro imaginario y que da la cara en todas las postales, libros y cuadros que adornan la ciudad. La de la torre de Galata, los minaretes, la de la calma del Bósforo y las terrazas llenas de pescado y raki. Y la otra cara, que es su antónima, la de las decenas de construcciones que borran la historia de la ciudad. Un amigo turco los llama “barrios necrolíficos”, llenos de edificios nuevos, con su pequeño parque, sus pequeñas vistas y su centro comercial. También la Estambul del trabajador que se levanta dos horas antes de empezar la jornada, que gasta hora y media en el transporte público y que vive constantemente a espaldas de la Estambul que brilla.

Y luego está la Estambul que nunca se aprecia en la superficie, sino varios metros más abajo

Y luego está la Estambul que nunca se aprecia en la superficie, sino varios metros más abajo, la de la celda que parece lejana, pero que salpica a cientos de familias como una mancha de humedad en la pared. Sönmez ama Estambul porque Estambul puede ser la ciudad que tu quieras también, y él quiere que sea una ciudad mejor.

Burhan Sönmez, de origen turco y kurdo, nació en el centro de Anatolia en 1965 y se mudó a Estambul donde trabajó varios años como abogado. Es fundador la asociación cultural y activista social TAKSAV y ha escrito sobre literatura, cultura y política para varios periódicos y revistas. En 1996 resultó gravemente herido tras un asalto de la policía turca durante una manifestación y tuvo que recibir tratamiento en Reino Unido, donde permaneció en el exilio durante varios años. Actualmente vive entre el Reino Unido y Turquía.

En varias entrevistas con medios turcos ha señalado que escribió este libro hace siete años (lo publicó hace tres años) y que no tiene relación con el intento de golpe militar de julio de 2016, aunque ha observado que varias generaciones se sienten identificadas con este relato, hecho que le agrada y le preocupa a partes iguales, porque muestra que Turquía tropieza constantemente con la misma piedra.

Istanbul Istanbul ha sido publicada en catalán recientemente con Edicions Periscopi, mientras que la editorial Minúscula tiene los derechos para traducirla al español, aunque aún no hay fecha de publicación. La novela también ha sido traducida al inglés y al alemán.

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