Opinión

¿A quién pedimos cuentas?

Sanaa El Aji El Hanafi
Sanaa El Aji El Hanafi
· 6 minutos

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Túnez. Diez personas secuestran a una niña y se turnan para violarla.

Egipto. Un hombre acuerda con su empleado que este viole a su mujer de manera que parezca un caso de infidelidad, y así el hombre pueda divorciarse de ella y casarse con una segunda mujer, enlace rechazado por la primera esposa. Cuando la mujer se resiste al violador, este la asesina delante de su bebé y la viola a continuación. Un inspector descubrió el crimen y los dos lo reconocieron; el juicio comenzará próximamente.

Si buscamos más, desde luego que encontraremos horribles crímenes similares a este en Argelia, Arabia Saudí, Líbano, Iraq, Marruecos…

Y aun con esto, todavía hay muchos que insisten en que la ropa de las mujeres es la causa de la que las violen y las acosen.

¿No se avergüenzan ante los numerosos casos de violación de niñas pequeñas, como el crimen de Túnez?

¿No se les cae la cara de vergüenza a quienes enarbolan ese discurso ante la violación de mujeres mayores en sus propias casas?

¿Es que la mujer en nuestra sociedad es siempre la culpable… incluso de su propia muerte?

¿Cuál es su postura ante el incidente de Túnez, donde diez bestias se turnaron para violar a una niña pequeña: es ella la responsable por la ropa que lleva o por haber coqueteado? ¿No será que los únicos responsables que hay son esos criminales?

¿Y qué dicen del asesino egipcio cuya bajeza y falta de humanidad le llevan a enviar a alguien a que viole a su esposa, para que la acusen a ella de cometer adulterio? Por supuesto, ambos hombres consideraban que ella se lo merecía, porque se oponía a la ley de dios en cuanto a la poligamia. Incluso cuando la mujer es víctima de la vil conspiración de su marido, siendo violada y asesinada, ella es la causa del crimen, ¡ella es la culpable!

Imaginemos en qué posición habría quedado la víctima si no la hubieran matado, si hubiera tenido éxito el plan del marido y la hubieran condenado (injustamente) por infidelidad, a pesar de que todo estaba ya planeado: ¿habría habido alguien que la hubiera creído? ¿Se habrían apiadado de ella la sociedad y la ley? ¿O es que la mujer en nuestra sociedad es siempre la culpable… incluso de su propia muerte?

Si él la pega, algo habrá hecho para merecerlo, si la mata, seguro que es porque ella era infiel

Si el marido le es infiel a su mujer, está claro que ella es la responsable de que él se marche, ya sea por su negligencia o por su mal genio o por cualquier otra razón. Si él decide casarse con una segunda o tercera o cuarta mujer, está en su derecho y ella no puede objetar. Si él la pega, algo habrá hecho para merecer la hostia. Si él la mata, seguro que es porque ella era infiel, o era una provocadora o tiene mal carácter. Y si envía a otro hombre a que la viole, y a este no le basta con violarla sino que también la asesina, ella es la culpable por rechazar la poligamia y oponerse a la ley divina. Ellos claramente están en lo cierto, porque oponerse a la poligamia del marido, es, en base a la ley islámica, mucho peor que violar y asesinar… ¡Y mucho peor que que tu marido envíe a otro hombre a que te viole y te mate!

¿Cuándo vamos a concienciarnos de que la violación, el acoso sexual y el asesinato son terribles crímenes cuyo único responsable es el autor que los perpetra?

¿Cuándo nos vamos a concienciar de que la violación de niñas es una realidad que muchos toleran por miedo a enfrentarse a un escándalo, aun cuando sabemos que el escándalo debería afectar al violador, no a la niña ni a su familia? Lo que sucede es que algunas familias renuncian a llevar a cabo una acción judicial porque eso no conduce a recuperar la virginidad… Claro, ¡porque lo único que importa es el himen!

Hay familias que renuncian a un juicio por violación… porque no conduce a recuperar la virginidad

La legislación en Marruecos incluso suprime el proceso judicial si la familia de la víctima renuncia a él, ya sea en caso de violación, de acoso sexual, de violencia o de malos tratos hacia los niños, cuando debería no ser así. Quienes renuncian a la acción judicial lo hacen bajo presión de la sociedad y la familia, mientras el poder judicial debería estar protegiendo a las víctimas y continuar con el proceso judicial, incluso aunque la propia víctima renunciase a ello.

Por otro lado, este desmesurado número de violaciones las sufren niñas pequeñas, mujeres con hiyab o esposas en sus propias casas… y no se nos puede olvidar lo fundamental: la forma de vestir es una libertad individual de la mujer. No puede justificarse de ninguna manera que sean objeto de violación. Llevar hiyab o unos vaqueros o una falda corta no hace a la mujer responsable de que la violen o de que la acosen. El único responsable es quien perpetra dichos actos.

Mientras no tengamos conciencia de esto, mientras no pidamos cuentas al perpetrador en lugar de pedirlas a la víctima, los crímenes de violación se multiplicarán y seguiremos en nuestra ignorancia y en encontrar pretextos para los violadores…porque la víctima siempre tiene la culpa. Y porque ese criminal sabe bien que está protegido por la ley y por la sociedad y que se solidarizarán con él, sencillamente porque la víctima… es una mujer.

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© Sanaa El Aji | Primero publicado en Al Hurra · 25 Junio 2020 | Traducción del árabe: Carmen Gómez Orts

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