Opinión

Israel deja a Gaza sin luz

Amira Hass
Amira Hass
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Diez días después del alto el fuego entre Israel y Hamás, el suministro de electricidad en la Franja de Gaza seguía limitado, al igual que durante la semana y medio de hostilidades. Hasta el domingo 30 de mayo por la tarde solo había electricidad durante tres o cuatro horas al día. A partir del día siguiente, hubo durante seis horas, seguidas por doce horas sin nada.

Estos números deben compararse con los anteriores al comienzo del conflicto, cuando la electricidad solía estar disponible durante ocho horas consecutivas. A principios de la semana, la Franja de Gaza recibió apenas 116 megavatios de Israel y de la central eléctrica palestina local, frente a los aproximadamente 190 megavatios de antes de la guerra (una cantidad que sigue siendo insuficiente para satisfacer la demanda local de 500 megavatios).

La dramática reducción de electricidad en Gaza se debe sobre todo a la decisión del Gobierno israelí de suspender las entregas de combustible a la central eléctrica palestina en Gaza, con la intención de aumentar la presión sobre Hamás. En Israel, cinco líneas de alta tensión que suministraban electricidad a Gaza fueron dañadas durante estos enfrentamientos. Las reparaciones se llevaron a cabo el 30 de mayo por la tarde. Una fuente que trabaja en la central eléctrica de Gaza ha declarado al Centro para los Derechos Humanos Al Mezan de la Franja de Gaza que, igual que antes, Catar es el que paga el combustible usado por la central, que suele llegar de Israel a través del cruce de Kerem Shalom, cerrado por el Gobierno israelí.

Cien mil metros cúbicos de aguas residuales sin filtrar se han vertido cada día al Mediterráneo

Como consecuencia de las interrupciones eléctricas y de la falta de combustible, las plantas de depuración de aguas residuales también han dejado de funcionar. Al menos cien mil metros cúbicos de aguas residuales no filtradas procedentes de las alcantarillas se han vertido cada día al Mediterráneo. Por la misma razón, también las plantas purificadoras y las desalinizadoras de agua solo funcionan en parte. Eso significa que cientos de miles de habitantes de Gaza carecen de acceso al agua potable.

La central eléctrica local está proporcionando 45 megavatios en lugar de los 70 habituales. Se teme que en los próximos días la producción se reduzca aún más o que se detenga por completo. Los generadores privados de los barrios, que suelen cubrir los apagones, solo funcionan durante algunas horas al día, y a veces ni eso, por falta de gasóleo. La situación podría empeorar aún más en caso de que Israel no abandone su política actual.

Los cortes de electricidad también afectan a los hospitales de Gaza, que a su vez dependen de los generadores. Esto pone en peligro a los pacientes, entre ellos las personas que fueron heridas en los últimos enfrentamientos y los casos más graves entre los enfermos de Covid-19. En Gaza, el uso de paneles solares ha aumentado, pero se destina sobre todo al consumo doméstico.

“La electricidad es un producto esencial, no vinculado al conflicto”, dice la empresa israelí

La guerra de los últimos días ha causado daños por unos 22 millones de dólares (alrededor de 18 millones de euros) a la red eléctrica del territorio de Gaza. En los días pasados, la empresa palestina encargada del suministro de electricidad arregló las partes de las líneas eléctricas procedentes de Israel, en el lado de la frontera de Gaza. Sin embargo, la empresa dijo a la organización israelí de derechos humanos Gisha que, aunque encontrara el dinero para las piezas de repuesto necesarias para realizar las reparaciones, no sabe cuándo se entregarían las piezas, ya que Israel ha decidido limitar el transporte de bienes con destino a Gaza únicamente a las mercancías necesarias para “fines humanitarios”.

La Israel Electric Corporation (IEC, empresa eléctrica israelí) completó las reparaciones a las líneas eléctricas israelíes que abastecen a Gaza en la tarde del 30 de mayo. La IEC suministra a Gaza 120 megavatios de electricidad a través de diez líneas eléctricas. Cinco de ellas se dañaron durante la guerra.

Las reparaciones empezaron el 23 de mayo, dos días después de la entrada en vigor del alto el fuego. El trabajo se llevó a cabo a pesar de que los trabajadores de la IEC habían amenazado con no completarlo hasta que Gaza no devolviera a Israel dos civiles israelíes desaparecidos y los cuerpos de dos soldados. “La IEC trata igual a todos sus clientes. La electricidad es un producto esencial, no vinculado al conflicto”, contestó la empresa eléctrica cuando la preguntaron si se habían suspendido las reparaciones.

La IEC añadió que los destrozos eran considerables y que cada línea había sido afectada en varias partes. Por eso, se tardó mucho en encontrar y reparar los daños. La empresa tuvo que llamar también a otros obreros. De hecho, a partir de la mañana del 31 de mayo, los habitantes de Gaza recibieron seis horas de electricidad sin interrupción, seguidas por doce horas sin corriente, con un aumento del suministro hasta 165 megavatios.

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© Amira Hass  | Primero publicado en Haaretz; republicado en Internazionale | 10 Junio 2020 | Traducción: Jessica Bernardi a partir de la versión italiana de Federico Ferrone.

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