Avishai Cohen
«Tu sonido es algo que no puedes comprar ni forzar»
Alejandro Luque
Sevilla | Mayo 2015
Quince discos y unas cuantas vueltas alrededor del mundo han dado a Avishai Cohen (kibutz Kabri, 1970) categoría de gigante del jazz contemporáneo. Para muchos, el último revolucionario del género; para todos, unánimemente, un contrabajista de creatividad desbordante y de una personalidad tal vez única, cuyo carisma descansa en buena medida en esa amalgama cultural que se da en su figura: descendiente de españoles, griegos y polacos, su decantación definitiva se la darían los Estados Unidos, primero por la devoción a Jaco Pastorius, luego, a la edad de 22 años, por su mudanza a Nueva York.
Entre las formaciones que le hicieron madurar a marchas forzadas destaca la banda de Danilo Pérez, que supuso para él un vivificante baño de sonidos latinos, y sobre todo el New Trio y el sexteto Origin de Chick Corea. Fue éste quien publicó los primeros discos del israelí –Adama (1998), Devotion (1999), Colours (2000) y Unity (2001)– hasta que Cohen decidió fundar su propio sello, Razdaz Recordz.
Cohen cree que «todas las influencias están en la música sefardí»
Las siguientes entregas fueron mostrando sucesivas aperturas a terrenos musicales inexplorados, incursiones lingüísticas como el hebreo, el ladino o el español y un crecimiento imparable que cristalizó especialmente en su segundo disco con el sello EMI/Blues Note, el soberbio Seven seas (2011).
“Todas las influencias están en la música sefardí”, comentaba Cohen a Javier Limón en el programa televisivo Entre2aguas. “Una cosa que me encanta de ella, que me hace sentir muy humilde, y muy pequeño como músico, es la calidad melódica. Las melodías son como la melodía de Dios. ¿Quién escribió esto? ¿Cómo puede ser tan hermoso, tan perfecto?”
Duende (2012) y Almah (2013) insisten en esa filiación mediterránea abierta a todos los horizontes que vuelve a hacerse patente en grado sumo en su última grabación hasta la fecha, From darkness (2015), un disco en formato de trío –su predilecto– con el que actuó ayer en Sevilla y regresará el 14 de julio a Madrid para participar en el Madgarden Festival. En medio tuvo tiempo de responder un cuestionario de M’Sur.
Hoy, después de haber tocado y grabado con leyendas como Bobby McFerrin, Roy Hargrove, Herbie Hancock, Paco de Lucía o Paquito D’Rivera, Avishai Cohen sigue escribiendo su propia historia con todos los elementos que salen al paso en su fecundo camino.
Usted toca a menudo música española; es famosa su versión de Alfonsina y el mar. ¿Lo hace porque le gusta, simplemente, o porque siente una conexión con España a través de sus raíces sefardíes?
Tiene razón, tengo una conexión especial con la cultura española: viene de cuando era más jóven y mi madre [sefardí] me cantaba muchas canciones populares. También disfruto de mucha música española moderna y definitivamente es una enorme influencia para mí.
«Durante mis seis años con Chick Corea, me enseñó como ser el líder de una banda»
Me consta que algunos músicos flamencos suspiran por colaborar con usted. ¿Por qué no se ha adentrado aún en ese camino, cuales son los escollos?
¡Gracias! Pero sí he actuado con una joven cantante flamenca, Sandra Carrasco, hace un par de años en Madrid, y tenía la esperanza de hacer un proyecto especial con influencias españolas y flamencas. Espero que algún día podré llegar a tener más trato con esta bella música.
Usted tocó con Chick Corea, gran negador o derribador de barreras musicales. Después de experiencias como esa, ¿es posible ver alguna frontera en la música? Hay denominaciones de origen aún, o ya todo se ha disuelto?
Mi andadura con Chick fue muy especial y mágica, también me educó en muchos sentidos. Durante mis seis años con Chick, me enseñó como ser el líder de una banda, cómo comportarme siendo un músico profesional y también cómo comunicarme de manera efectiva con la audiencia.
Israel es un país con una enorme fusión cultural, donde ser purista debe de ser muy difícil: música klezmer, sefardí, norteafricana, local, yemení, quizás rusa o etíope… ¿cuál le atrae más y con cuál no siente que conecta?
Me atraen todos los tipos de música de Oriente Próximo y de la música occidental. Mi música viene de todos los territorios, ahí incluyo afrocaribeño, occidental, música de Oriente Próximo, música popular israelí, y música clásica. No estoy seguro de tener una preferencia o una aversión por ninguna de las tradiciones musicales que ha mencionado: la mayoría de ellas ha influido en algún momento en mi carrera.
«Es importante escuchar mucho y crear música de todo lo que vayas descubriendo»
¿Defiende la fusión, pues?
Si mi ejemplo sirve de algo, lo que pienso es que es importante escuchar mucho y crear música de todo lo que vayas descubriendo. Cuanto más influencias de diferentes países y culturas tengas, mejor.
Decimos que la música amansa las fieras. ¿También puede amansar conflictos políticos, guerras? ¿O es que el ruido de sables es dañino para el músico? Especialmente en Israel es imposible no hacerse esa pregunta…
Al criarme en Israel y al vivir aquí como adulto, he podido darme cuenta que este lugar enormemente controvertido y sin arreglar tiene un gran impacto en la gente que lo habita. Para ser un gran artista hace falta tener una experiencia vital que signifique algo, deben tenerse historias por contar, e Israel desde luego fomenta esto. Así que sí, por supuesto, los factores políticos en Israel y en otras culturas tienen un efecto sobre la música. No estoy intentando corregir nada, pero desde luego es una manera de juntar a las personas.
Usted invita a menudo a músicos muy jóvenes a formar parte de su grupo. ¿Qué perfil busca, qué capacidades les exige?
Me parece a mí que la experiencia y las historias que dije están ya incrustadas en la vida de la mayoría de los jóvenes de Israel, debido a la amenaza constante y los conflictos que forman parte de su vida diaria. Recientemente presenté un álbum titulado All Original, que incluye algunas piezas del mejor jazz joven de Israel. Seleccioné personalmente a algunos de los músicos más destacados de Israel: es que hay una gran abundancia de músicos de jazz jóvenes y a la vez maduros que ahora emergen de ese movimiento israelí y que para mí son una gran inspiración, a su manera. Algunos de estos músicos han sido parte de mi proyecto o de mi música o lo son ahora.
La pregunta invitada de… Dani de Morón
Se te atribuye una «voz propia». ¿Crees que es por tu timbre inconfundible? ¿Lo has buscado y desarrollado conscientemente?
Tengo una tendencia a seguir mi propio camino, a aprender a solas y a desarrollarme. Siempre intento aprender, ser mejor. Pero creo que mi timbre es instintivo y es distintivo porque he sido influido por la música y los músicos durante toda mi vida. Cantar es algo que para mí llegó después, cuando ya estaba establecido como músico. Y es una reflexión tan íntima de tu corazón, en el sentido de que un montón de gente se te puede acercar mucho… es casi como estar desnudo delante del público. El timbre es una cosa muy profunda, es algo que no puedes comprar o forzar: es lo que eres.
[Especial para MSur]
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