Nace un nuevo hombre
Soumaya Naamane Guessous
Casablanca | Agosto 2020
¿Qué es un aniba, ese perfil del que tanto hablan los jóvenes?
Es un hombre que es amable con las mujeres, atento, servicial, solícito, afable, cortés. Le gusta la compañía de las mujeres y las seduce con un lenguaje encantador, a veces romántico. Siempre está rodeado de mujeres. Hasta ahí, una actitud que debería ser normal. Pero ¿por qué y en qué momento se convierte en aniba?
Aniba viene de la palabra anab, uva. Aniba se deriva de la cigarra, llamada en magrebí asursur o también tayab l’anab (madurauvas), porque canta mientras maduran las uvas, así que anuncia el momento en que estarán buenas. Pero un aniba no se come las uvas. Solo canta para que otros vengan a cosecharlas. Se va con las manos vacías y deja el fruto de su trabajo a los demás. Es decir que es un ingenuo que prepara a las mujeres para otros hombres. Un adulador que calienta a las mujeres, hace que estén borboteando a fuego lento, y cuando estén a punto es incapaz de llevárselas a la boca. A estas mujeres, dipuestas a ser seducidas y a pasar a la acción, las recogerán otros hombres, hombres auténticos, que las conseguirán sin ningún esfuerzo previo. Ya lo dice el proverbio marroquí: Tayab l’anib ma taiduqush. La cigarra canta pero no se come las uvas.
El aniba es un amigo de las mujeres y por esto, los hombres lo desprecian
El aniba es un amigo de las mujeres y por esto, los hombres lo desprecian. Amina: “Pasa el rato hablando con las mujeres, les ayuda, les echa una mano. Pero es incapaz de pasar a la siguiente fase”. El aniba es, por lo tanto, un hombre de virilidad dudosa, porque siempre se queda en la situación de amigo.
La virilidad se afirma y se exhibe mediante un ligoteo eficaz. Reda: “Un hombre debe ser como un cazador. Si es hábil, la presa cae”. Pero el pobre aniba falla todo el rato las presas, porque no se fija ese objetivo con todas las chicas que encuentra. Se le reprocha ser un cazador pésimo que confraterniza con las presas.
Se le puede considerar como un manipulador, un predador, sí, pero incapaz de alcanzar la presa, por muy accesible que esté: la chica confía en él pero él no se aprovecha. Se le llama mafiddush: incapaz. No tiene ‘nafs’, dignidad, porque sigue pagando las consumiciones de una chica incluso cuando ya sabe que no conseguirá nada de ella.
Algunos dicen que también puede estar casado y hacer cumplidos a las mujeres, pero en presencia de su mujer se abstiene. Otros dicen que se porta fatal con sus propias hermanas.
¿Significa todo eso que un hombre que tiene amigas mujeres es un aniba sin virilidad? Jamal: “Sí, por supuesto, un hombre normal siempre quiere seducir a una mujer. Siempre piensa en algo más, incluso cuando muestra que solo busca amistad. Todos los hombres juegan a ser inocentes y no tienen en la cabeza más que una idea: hacer que caiga la presa”.
«La mujer tiene derecho a tener una relación de amistad con hombres”
Pero no todos los hombres piensan así. Toufik: “No, eso no es verdad, se pueden tener amigas sin pensar en el sexo. Pero cuando un hombre es un caballero, o cuando dice a una mujer que la ama, sus amigas se burlan de él y lo tildan de aniba. ¡Es como si el hombre fuese siempre un obseso sexual! A mí me produce placer salir con amigas de verdad, sin imaginármelas tumbadas en mi cama”.
El aniba es tan famoso que internet le reserva un lugar para definirlo, absolverlo o inculparlo, ridiculizarlo, despreciarlo, atribuirle títulos… Usted se encontrará largas discusiones sobre él, sus actitudes, cómo reconocerlo… Se le considera débil, sin experiencia con las mujeres, incluso virgen y veces homosexual. De ahí que un internauta diga: “No todos los hombres son obsesos sexuales. ¿Por qué a los marroquíes les molesta tanto un caballero? Los que me llaman aniba porque digo que decir cumplidos a las chicas es una gran virtud y refleja la educación de un hombre y su respeto por la mujer no son más que frustrados sexuales”.
Lo más llamativo es que muchísimas mujeres usan también el término aniba. Algunas, sin embargo, se ponen de su lado: “Eso es de miserables. Un hombre equilibrado no ve en todas las mujeres una fuente de placer sexual. Tengo amigos y estoy contenta con cómo se comportan. La mujer tiene derecho a tener una relación de amistad con hombres”.
«Evito decir a mis amigos que me gusta una chica de verdad: se burlan de mí y me llaman aniba»
Si un hombre hace cumplidos a una mujer o defiende a las mujeres en su discurso, ya es aniba. Malika: “Cuando yo pongo en Facebook una nueva foto mía y un hombre me dice que qué guapa, los demás internautas se abalanzan sobre él para llamarlo aniba”.
El aniba es un hombre que les hace ojitos a las mujeres, les dice palabras dulces. En nuestra cultura, los hombres, prisioneros del mito de la virilidad, no se atreven a expresar sus sentimientos a las mujeres. El miedo a que te tachen de aniba refuerza ese bloqueo. Mehdi: “Me cuesta muchísimo trabajo decir a una mujer que la quiero. Tengo miedo a que me traten de aniba. Evito decir a mis amigos que me gusta una chica de verdad. De inmediato se burlan de mí y me llaman aniba. Me veo en la obligación de mentir y a decirles que solo salgo con ella por el sexo”. Es más, sigue Mehdi: “En la universidad, si una chica deja caer el bolígrafo y tú lo recoges para dárselo, tus amigos se burlan de ti y te llaman aniba”.
Hay que imaginarse el impacto de estas burlas en la relación entre hombres y mujeres. Es una actitud que invita al ligoteo agresivo y al acoso sexual, porque el chico está obligado a demostrar constantemente a sus amigos que está en fase de caza y no de amistad.
Es triste constatar que en la percepción de demasiados marroquíes, la relación entre hombre y mujer solo puede ser sexual. Hay otra palabra más para describir al joven que se rodea de chicas, sobre todo en el ámbito universitario. Fouad: “A este tipo de hombre se le llama patito. Sigue a las chicas como los polluelos siguen a la mamá. Pero sigue sexualmente frustrado”.
«Muestra todas las señalas de tener interés en ti, tú esperas, esperas… y nunca se te declara»
Atención: las palabras no son ni neutras ni inocentes. Condicionan los comportamientos. Las palabras aniba y patito afectan gravemente las relaciones entre hombres y mujeres. Conllevan comportamientos machistas e impiden al hombre vivir libremente sus emociones y sus sentimientos.
Anas: “Uno ya no sabe cómo comportarse con las mujeres, sobre todo cuando uno quiere ser sincero. Al animador de radio Momo lo llaman a menudo aniba en las redes sociales cuando hace un cumplido a una mujer o defiende causas femininas. Es grave, porque también lo atacan mujeres. Ellas transmiten los prejuicios y luego se quejan de los hombres sin corazón, sin galantería”.
Es más: las mujeres contribuyen a esa mentalidad, ya sea por un desprecio inconsciente, ya sea por desconfianza. Hay algunas que le reprochan al aniba utilizar la amistad como estrategia para llevárselas a la cama. Fadwa: “El aniba intenta manipularte mostrándose como caballero. Una vez que ha conseguido que confíes en él intenta pasar a la acción. Pero no tiene ni el valor para llegar hasta ahí ni sabe cómo hacerlo”. El aniba también puede decepcionar: “Cuando encuentras a un hombre que te gusta, la relación se prolonga, se estira… Él muestra todas las señalas de alguien que tiene interés en ti. Y tú esperas, esperas… y nunca se te declara. Al cabo de un tiempo, te decepcionas y pasas de él. Es un aniba, un cobarde”. ¿O quizás realmente solo buscaba amistad?
Tildar a un hombre de aniba es un ataque a la mujer: se la reduce a un simple sexo ambulante
El aniba es lasaq: pegajoso. La mujer ya puede hacerle entender que a ella le interesa solo como amigo, llamarlo axuya (hermano)… y él la seguirá acosando suavemente, multplicando sus actitudes amables.
Según algunos testimonios femeninos, un aniba es también aquel que utiliza el verbo amar a troche y moche, “como un pescador que lanza al agua su sedal, con un cebo que pone ‘te quiero’. Si tiene suerte, saca un pescadito”.
¿Cómo ha nacido el término aniba? Lo ignoro. ¿Existe en todas las regiones de Marruecos? No creo. Lo que es seguro es que este mote bloquea las expresiones de amor, de cumplidos y de consideración hacia las mujeres.
Las consecuencias de esta estigmatización del hombre atento y amable socavan toda expresión masculina de amor y dificultan los vínculos de amistad entre ambos sexos. Tildar a un hombre de aniba es un ataque a su dignidad y su virilidad, pero también es un ataque a la mujer: se la reduce a un simple sexo ambulante. Perjudica la relación hombre-mujer, cuando en un Marruecos donde los sexos participan juntos en la vida pública lo que hace falta es tejer nuevos lazos sanos basados en la libertad de expresión, el respeto y la confianza mutua. La palabra aniba convierte la relación hombre-mujer en algo animal, basada solo en el sexo. Agrede a la mujer al reducirla a una presa sexual a disposición de los hombres.
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© Soumaya Naamane Guessous | Primero publicado en 360.ma · 6 Ago 2020 | Traducción del francés: Ilya U. Topper
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