Crítica

Desde un mundo sin mujeres

Alejandro Luque
Alejandro Luque
· 3 minutos

Ante Tomic

Milagro en el valle de los Víboras

Género: Novela
Editorial: Baltica Ed.
Año: 2009 (2025 en España)
Páginas: 215
Precio: 19,90 €
ISBN: 978-84-127830-8-7
Idioma original: serbocroata
Título original: Cudo u poskokovoj dragi
Traducción: Patricia Pizarroso · Marc Casals

Tomic viboras

La idea es antigua: una comunidad aislada, autárquica y brutal, ajena al progreso, ha logrado hasta el momento rechazar toda injerencia del exterior, aunque sabemos que esa situación no puede durar siempre. La misma idea que sirve de arranque para Milagro en el valle de los Víboras, la novela que supone el descubrimiento para el mercado español del escritor y periodista croata Ante Tomi.

La comunidad salvaje la componen los Víboras del título, la familia formada por el patriarca Jozo Víbora y sus cuatro rudos vástagos, moradores de un abrupto paraje dálmata a siete kilómetros de Smiljevo, y devoradores de todas las variedades imaginables de polenta. Cualquiera que ose perturbar la paz del valle, se llevará sin duda su merecido.

Sin embargo, la normalidad de la familia va a verse alterada cuando el mayor de los hermanos, Kresimir, decida poner proa a la civilización… en busca de algo tan exótico y poco conveniente como una hembra. El caso es que, antes de ser reclutado para la guerra, había tenido amores con cierta camarera, la cual permaneció esperándolo en Split durante más de diez años hasta que acabó emparejándose, muy a su pesar, con el jefe de policía local. Y está a punto de casarse con él cuando Krešimir, como un aparecido, regresa del más allá —o casi— para recuperarla.

El color local no opaca la miseria y tristeza de un mundo sin mujeres (o con las mujeres invisibilizadas)

Tomic (no confundir con el jugador de baloncesto del mismo nombre) arma a partir de este planteamiento un juguete narrativo tremendamente divertido, en el que se suceden las pasiones, los enredos, las persecuciones, los disparos, las explosiones… En la contraportada del libro se menciona, inevitablemente, el nombre de Emir Kusturica como paradigma balcánico de diálogos hilarantes, pero yo diría que el escritor va más allá. Se dijera que él es el primero en disfrutar de su propio artefacto, y desde los propios encabezamientos de los capítulos va llevándose y llevándonos por peripecias descacharrantes.

Las claves de los Balcanes están bien presentes, y los aficionados a la región disfrutarán el doble identificándolas. Pero el color local no opaca el asunto de fondo, tan actual y tan universal como el que más: la miseria y tristeza de un mundo sin mujeres (o con las mujeres invisibilizadas, que viene a ser lo mismo) y la caducidad de los antiguos códigos de virilidad, que van del tópico más elemental —el desastre higiénico por ser los varones incapaces de blandir una escoba o un trapo— a cuestiones de fondo deslizadas con la imprescindible vaselina del humor.

El resultado final es una novela tremendamente amena, hermosa por fuera y rica por dentro, muy bien vertida al castellano por los más que fiables Patricia Pizarroso y Marc Casals, que da para pensar y reír (esa grata forma de pensar) y nos acerca una vez más a esa sufrida región que tan buena literatura ha dado y sigue dando.
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© Alejandro Luque | Oct 2025 | Especial para MSur