Mafias
No es habitual considerar la actividad de las mafias en el sur de Italia un conflicto político. No obstante, el crimen organizado italiano está causando más víctimas que otros conflictos armados de mayores implicaciones diplomáticas.
Los grupos mafiosos, perfectamente organizados, mantienen en jaque a las fuerzas del estado de Italia mediante asesinatos y tiroteos —a veces utilizan armamento pesado— e imponen su propia ley en los territorios que controlan. Además, algunos clanes mafiosos mantienen vínculos con ciertos políticos o intervienen en la campaña electoral mediante asesinatos o chantajes, de forma que constituyen un factor político.
Inicialmente, la palabra ‘mafia’ se refiere únicamente a las familias criminales de Sicilia, conocidas como Cosa Nostra. Los orígenes del término ‘mafia’ son oscuros y su etimología es desconocida; se empezó a emplear a partir de 1865 para describir el crimen organizado siciliano. Hoy se utiliza a menudo para cualquier organización criminal.
Aquí lo empleamos para las cuatro organizaciones que operan en el sur de Italia: la Cosa Nostra de Sicilia, la ‘Ndrangheta de Calabria, la Camorra de Nápoles y la Sacra Corona Unita de Apulia. Todas son protegidas por el eficaz sistema de la omertá, la obligación a guardar silencio absoluto sobre todas las actividades mafiosas. Quien rompe este juramento paga con la vida; si no se le puede encontrar, a menudo sus familiares son asesinados.
En conjunto, las mafias italianas facturan más de 100.000 millones de euros al año, casi tanto como el producto interior bruto de Argelia, y causan una media de 80 muertes al año.
Cosa Nostra
La Cosa Nostra, entre sus miembros también conocida como la honorable sociedad, es la más famosa de las organizaciones criminales italianas. Se cree que tiene sus raíces en la resistencia popular siciliana contra el gobierno de la isla, primero aragonés, luego español y finalmente napolitano; en lugar de dirigirse a tribunales percibidos como extranjeros, el pueblo acudiría a ‘hombres de honor’ locales que ejercían una autoridad moral y pronto ejecutiva. Lo cierto es que poco después de la unificación de Italia en 1861 se registran por primera vez informaciones concretas sobre una poderosa red criminal basada en la extorsión y la corrupción de las autoridades locales.
La represión del crimen en la Italia fascista de los años veinte motivó la emigración de muchos mafiosos a Estados Unidos; así se fundaron los clanes italianos de Nueva York. Tras la II Guerra Mundial, la Cosa Nostra revivió y se adueñó del sector de la construcción de Palermo, mezclando así actividades legales e ilegales, como el tráfico de droga. En los sesenta y setenta, dos guerras internas debilitaron los clanes y terminaron aupando al poder como ‘capo de capos’ a Salvatore Totó Riina.
Durante los ochenta, los jueces Giovanni Falcone and Paolo Borsellino iniciaron una exitosa campaña judicial para detener y condenar a miembros de la mafia; fueron asesinados con bombas en 1992. Al año siguiente, la detención de Riina desató una campaña de ataques terroristas de la mafia en diferentes partes de Italia. En 1995, el poder pasó a manos de Bernardo Provenzano, que impuso un perfil bajo y redujo los asesinatos. Fue detenido en 2006, tras 43 años en búsqueda y captura.
Hoy, la Cosa Nostra sigue activa aunque sus actividades son poco visibles y gran parte del lucrativo tráfico de drogas está en manos de la ‘Ndrangheta. La extorsión, conocida como pizzo, sigue existiendo en los negocios sicilianos. Las posibles conexiones entre los capos de la Cosa Nostra y ciertos políticos del gobierno italiano, sobre todo en el bando conservador han dado lugar a muchas polémicas. En 2003, los tribunales italianos establecieron que el primer ministro cristianodemócrata Giulio Andreotti se había beneficiado del apoyo de la mafia en su llegada al poder en 1972 y que hasta 1980 mantenía relaciones amigables con esta organización.
‘Ndrangheta
La ‘Ndrangheta fue durante las últimas décadas la mafia italiana más poderosa. La palabra parece derivarse del griego andragathía (valentía). Tiene sus estructuras de poder en Calabria, sobre todo en la capital Reggio Calabria, situada en el Estrecho de Messina. Aunque aparentemente lleve más de un siglo en activo, sólo se ha hecho más visible desde los años cincuenta. La pequeña localidad de Santa Luca en la región de Calabria cuenta como el ‘santuario’ de los mafiosos, donde toda la población está en el mismo bando.
La ‘Ndrangheta no tiene mando supremo y la estructura de mando se basa en las relaciones familiares, algo que ha resultado ser un blindaje contra la infiltración policial y uno de los motivos de la inmunidad de la organización. En los años noventa se instituyó una especie de comisión para arbitrar disputas, pero sin gran poder ejecutivo. Los clanes tienen total autonomía y los enfrentamientos entre ellos no son raros. Una primera guerra interna tuvo lugar en los años setenta, otra se inició en 1985, duró seis años y causó 600 muertos.
La ‘Ndrangheta tiene ramificaciones en numerosos países, desde Alemania a Australia, Canadá o Colombia. Su mayor riqueza proviene del tráfico de cocaína, además de la extorsión y otros negocios. Factura unos 35.000 millones de euros anuales. Se estima que un 27% de la población de Calabria tiene relación directa con la organización y sus conservadoras ideas morales constituyen la ley en los pueblos. Aunque la ‘Ndrangheta normalmente no se enfrentaba a las autoridades estatales, en 2005 asesinó en plena calle al diputado regional Francesco Fortugno, que investigaba la cesión de contratos del sistema de salud pública a empresas mafiosas. El atentado, que se interpretó como una señal de presión pública hacia la clase política, motivó numerosas manifestaciones.
Camorra
La Camorra es hoy por hoy la mafia más violenta y en mayor crecimiento, aunque quizás la peor organizada. También es la más antigua: ya en la primera década del siglo XIX se registra como organización clandestina dedicada a controlar las actividades criminales en Nápoles. A diferencia de la Cosa Nostra no tiene una estructura muy jerárquica sino que se compone de una aglomeración de numerosas familias con ramificaciones en los menores negocios, alimentado por el alto desempleo de la región de Campania. Con menos orientación ideológica y social, su primordial objetivo es la ganancia de dinero y sus clanes cambian con frecuencia de líder y de lealtad.
La falta de jerarquía motiva frecuentes guerras entre clanes o familias, que se llevan a cabo a menudo con armamento pesado, pero también constituye un blindaje contra la policía: un capo detenido es simplemente reemplazado, a menudo por personas jóvenes cuyas credenciales son la violencia. Entre 2004 y 2005, unas guerras internas se cobraban más de un centenar de muertos; a veces la frecuencia era superior a un asesinato al día.
En los años ochenta, la presencia de la Camorra creció enormemente y en la primera década del siglo XXI controla grandes partes de la industria, el comercio, el tráfico de drogas y armas, el negocio de la falsificación de las grandes marcas y sobre todo la gestión de los residuos de Nápoles. No sólo la basura de la ciudad sino también residuos tóxicos de otras regiones son simplemente enterrados en la región de Campania, sin control ambiental.
Sacra Corona
La Sacra Corona Unita es la menos conocida de las cuatro mafias y la que menor volumen de negocios tiene. Se formó en los años setenta como rama de la Camorra pero pronto se independizó. Tiene una estructura jerárquica y opera sobre todo en Brindisi y Lecce en la costa adriática de Apulia. Entre sus actividades se cuenta el contrabando de drogas, tabaco, armas y personas desde los cercanos países balcánicos y la colaboración con el crimen organizado de otros países que utilizan esta zona como centro de operaciones.
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