romaní
‘Romaní’ es uno de los muchos nombres que recibe la lengua de los gitanos; hoy es considerado el más correcto, aunque también existen otros términos, como rom, sinti, tzigano…
El romaní forma parte de la rama indo-aria del tronco indo-iraní; las lenguas con el mayor parentesco, como el hindi y el guyarati, se encuentran en el subcontinente indio.
Prácticamente en todos los países de Europa hay comunidades que hablan romaní. La centenaria influencia de palabras, estructuras y expresiones de otras lenguas ha creado una serie de dialectos del romaní, asimilados en mayor o menor medida al húngaro, inglés, alemán, serbio, griego… pero sin perder el elemento común, que permite, según algunos, a todos los hablantes del romaní entenderse entre ellos.
Las cifras de hablantes son estimaciones: los censos oficiales raramente recogen el número real de personas de etnia gitana en un país. Un caso paradigmático es Rumanía, donde sólo 530.000 personas se declaran gitanos en el censo, y 240.000 definen el romaní como lengua materna, pero donde según otras investigaciones sociológicas existen al menos un millón de gitanos, de los que el 60% habla romaní.
Muchos gitanos han adoptado el idioma de la sociedad que los rodea. La proporción de gitanos parlantes del romaní varía del 95% entre las comunidades en Albania y el 70% en Francia o el 50% en Hungría.
Caló
Un caso aparte es España, donde el idioma está casi perdido, aunque se mantiene en forma del caló, una lengua que los lingüistas no consideran romaní, dado que no conserva la gramática de aquél. La mayor parte del vocabulario del caló es indo-aria, pero la estructura y la sintaxis corresponden al castellano.
Las estimaciones sobre el número de hablantes llegan hasta los 300.000, pero sin definir la fluidez o el empleo del idioma en la vida diaria, y probablemente se refieran más al uso de un castellano con fuertes influencias de vocabulario caló que al uso de un caló ‘puro’.
La influencia mutua entre el castellano y el caló es grande; numerosas palabras utilizadas en el español actual provienen directamente de raíces romaníes: chaval, currar, camelar… (éste último emparentado con el sánscrito kama, amor).
El romaní no es oficial en ningún país, pero es reconocido como lengua de minoría en Serbia, Macedonia, Hungría y Rumanía. En Serbia hay emisoras de radio en romaní y en Rumanía se utiliza una versión estandarizada de esta lengua en la enseñanza primaria. No obstante, no se ha creado aún una versión romaní estándar general; los esfuerzos en este sentido se basan sobre todo en el habla de los gitanos de Rumanía, pero buscan las raíces indo-arias de la lengua, descartando los numerosos préstamos. Casi siempre se utiliza el alfabeto latino para transcribirlo.
También existen comunidades gitanas en el Norte de África, sobre todo en Argelia. Otros grupos habitan desde el Cáucaso e Iraq hasta Palestina, Jordania y Egipto. Estos colectivos hablan domari, una lengua tenida a menudo por variante del romaní, aunque según los lingüistas se trata de dos idiomas indo-iraníes emparentados pero no directamente relacionados.