Semana


Semana Almanaque
Almanaque catalán

La semana es una unidad de 7 días. Desde hace siglos se emplea de forma universal en todos los países que rodean el Mediterráneo. En todas partes es un concepto esencial para medir el tiempo a corto plazo, y sobre todo para estructurar ciclos de actividades laborales, económicas y de la enseñanza.

La semana prácticamente siempre incluye un día ‘sagrado’, dedicado al descanso o a los ritos religiosos; habitualmente a ambos aspectos. Ese día varía según la religión.

Domingo: Cristianismo, mandeos.
Para los cristianos católicos, asistir a misa este día es obligatorio y en los sectores más religiosos se considera pecaminoso trabajar este día, aunque se trate de tareas del hogar.
Sábado: Judaísmo.
El descanso es absolutamente obligatorio, incluso —en teoría— bajo pena de muerte, según lo prescrito en la Tora (Éxodo 35; 2), con solo unas pocas actividades de ocio permitidas.
Viernes: Islam.
No se trata de un día sagrado en sí sino el de la reunión pública para el rezo.
Jueves: Alevíes y drusos suelen celebrar este día sus reuniones, aunque no se trata de un día especialmente consagrado.
También en algunas regiones del Atlas marroquí, los alumnos de los colegios tradicionales (madraza) tienen libre el jueves.

Fin de semana

Sábado-Domingo

La gran mayoría de los países mediterráneos siguen hoy día el modelo cristiano de mantener el domingo como día de descanso laboral, sobre todo en el ámbito de las finanzas y la economía formal. Normalmente, el sábado es también de descanso o de horario reducido de trabajo.

A este modelo se adhieren todos los países del continente europeo, incluida Turquía, pero también Marruecos, Túnez y Líbano y, desde 2014, Mauritania, que había modificado su modelo varias veces desde los años ochenta.

Jueves-Viernes

Durante la segunda mitad del siglo XX, numerosos países en los que el islam es la religión del Estado establecieron el viernes como día de descanso oficial y, en analogía con el modelo europeo, también reducían o eliminaban el carácter laboral del día precedente, jueves. Este modelo de un fin de semana jueves-viernes se mantuvo hasta inicios del siglo XXI en varios países islámicos, pero complicaba los negocios internacionales para estos países, ya que solo compartían tres días hábiles con el resto del mundo. Hoy únicamente Irán mantiene este modelo, si bien también lo siguen numerosas instituciones en Yibuti, donde el único día festivo oficial es viernes.

Viernes-Sábado

Dado que la religión judía prescribe el sábado (a contar desde el anochecer del viernes) como día de reposo absoluto, Israel observa un fin de semana viernes-sábado. En la primera década del siglo XXI, varios países oficialmente islámicos que hasta entonces descansaban el jueves-viernes adaptaron este modelo para recuperar un día laboral en sus relaciones con el resto del mundo.

Argelia, que había abandonado el modelo sábado-domingo en 1978 para adoptar el de jueves-viernes, se pasó a este formato en 2009. Qatar, Kuwait y Bahréin lo hicieron ya en 2006, Emiratos Árabes en 2008 y Arabia Saudí, Omán y Yemen en 2013. Libia introdujo el mismo cambio en algún momento de la guerra civil que se inició en 2011. También en Yibuti, numerosas instituciones siguen este modelo.

Orden de los días

La semana empieza con el domingo. Esto es una consecuencia lógica del origen hebreo según el que Dios descansó el séptimo día, es decir el sábado. Este orden es obvio en idiomas como el árabe, que simplemente enumera los días empezando con el domingo como ‘Día primero», el portugués, que denomina el lunes «segunda-feira», el martes «terça-feira» y sucesivamente, y el amhárico, que también cuenta del «primero» (domingo) hasta el «quinto» (jueves) y termina con «víspera» (viernes) y «Anterior» (sábado). Incluso en alemán, el miércoles se llama Mittwoch, que significa ‘En medio de la semana’.

Empezar con el domingo fue el orden habitual no solo en los países de influencia arábiga sino en toda Europa, hasta que en el siglo XIX tardío se difundió desde Inglaterra la idea de que el domingo, como día de descanso, era parte del «fin de semana» (weekend).  En Francia quedó establecido el nuevo orden de los días, con el inicio de la semana en lunes, en 1935, en Alemania en 1976, Naciones Unidas lo adoptó en 1978 y finalmente, en 1988 una norma internacional ISO lo fijó como norma universal. Sin embargo, los almanaques y programas informáticos de Estados Unidos mantienen hasta hoy el formato de semana que empieza con el domingo.

Irán es una excepción: aquí se considera que la semana empieza con el sábado y termina en viernes, y así se representa en los almanaques. Sin embargo, los nombres de los días evocan la misma numeración que en el resto del mundo : partiendo de la palabra shanbe para sábado, el domingo se llama uno-shanbe, el lunes dos-shanbe, el martes tres-shanbe, etcétera.

Mercado

Brazalete de siete aros que sirve de semanario | © Nines Lanaspa

En las regiones rurales de Marruecos, la vida pública y económica se estructura alrededor del zoco semanal; este se fija en cada pueblo en un día determinado de la semana, que no debe coincidir con el de los pueblos vecinos.

En estas regiones, muchas mujeres llevan un brazalete de plata con siete aros, de los que uno es más grueso de los demás, prendidos con un corchete. Al acostarse o al levantarse, la mujer pasa el primer aro del conjunto al final para marcar el día transcurrido y poder calcular fácilmente cuántos días faltan para el zoco.

Historia

El origen de la semana como unidad de siete días se busca ya entre los babilonios del I milenio a.C., pero está expresado por primera vez de forma inequívoca en el primer libro de la Biblia, el Génesis (2; 2-3). En este texto se afirma que Dios creó el mundo en seis días y descansó el séptimo. Acorde a este concepto, el judaísmo, a través de la norma recogida en el libro Éxodo (20; 8-11) obliga a los creyentes a descansar ese día.

Con la aparición del cristianismo, los nuevos creyentes se desmarcaron de la tradición judía y eligieron como día sagrado el primer día de la semana, en el que, según los Evangelios resucitó Jesucristo. En el Código Teodosiano bizantino se recoge por primera vez un decreto que define este día, llamado Dies Solis (Día del Sol) como día de descanso civil.

En los siglos posteriores se establece en la Europa cristianizada una semana laboral de seis días, con descanso en el domingo. Solo a partir del siglo XIX se empieza a difundir en algunos sectores industriales de Inglaterra una reducción del horario laboral, que deja el sábado por la tarde libre; esta innovación se generaliza también a principios del siglo XX en Alemania y finalmente en el resto de Europa occidental. En España se fijó el domingo como descanso obligatorio a inicios del siglo XX y la tarde del sábado en 1976.

La Unión Soviética, que a partir de 1929 había probado con ritmos laborales de primero cinco y luego seis días, volvió a utilizar la semana de siete días a partir de 1940, de manera que no hubo discrepancias al integrarse el bloque del Este de Europa en la Unión Europea.

En los países marcados por el islam, el viernes se celebraba el rezo común del mediodía, que podía convertirse en un importante acto de la vida pública y de la Corte, pero estrictamente hablando no marcaba más que un breve descanso en la vida laboral y económica.