Repúblicas Marítimas


Góndolas en Venecia | © Alejandro Luque / M'Sur
Góndolas en Venecia | © Alejandro Luque / M’Sur

Las  «Repúblicas Marítimas» de Italia marcaron el Mediterráneo Oriental a finales de la Edad Media. Cuatro ciudades italianas se convertían en bases de imperios comerciales y marítimos de gran alcance: Amalfi, Pisa, Génova y Venecia.  Rivalizando entre ellos, mantuvieron su dominio sobre la mayor parte del Mediterráneo oriental desde el siglo XII hasta el XV. Su expansión se basaba en gran parte en el comercio y los acuerdos con reinos  locales, pero también construyeron importantes fortalezas como apoyo para sus flotas.

La primera de las cuatro repúblicas fue Amalfi, situada en la costa occidental de Italia, al sur de Nápoles. A sus comerciantes se les atribuye la redacción de las Tablas Amalfitanas, un código de derecho marítimo que se reconocía en todo el Mediterráneo como base jurídica de la navegación hasta el siglo XVI. La ciudad floreció en el siglo X pero fue debilitada por la conquista normanda en el siglo XI y finalmente perdió su importancia tras un ataque por parte de su rival norteña, la república de Pisa.

Pisa

Pisa, ciudad situada en la desembocadura del Arno en la costa occidental de Italia, tomó el relevo de Amalfi. Ya en el siglo XI, sus flotas protagonizaban batallas en las costas de Sicilia, el sur de Italia y Túnez, y acabaron por someter Córcega. También participaron en la primera Cruzada y fundaron casas de comercio en la costa levantina. En 1115, un contingente de barcos pisanos participó en el asalto a la isla de Mallorca, entonces un reino de taifa musulmán, pero su presencia en Baleares apenas duró un año.

Durante el siglo XII, los mercaderes pisanos se contaban entre los más influyentes de Constantinopla, pero su rivalidad con Génova culminó en la batalla de Meloria en 1284, que acabó con la derrota de Pisa. La ciudad perdió el control sobre Córcega y su influencia marítima.

Génova

genovaA diferencia de Amalfi y Pisa, los mercaderes de Génova, ciudad situada en la costa noroccidental de Italia, no se limitaron al comercio: construyeron numerosas fortalezas en el Mediterráneo oriental y sobre todo en el Mar Negro.

Ya a mediados del siglo XIII, Génova se hizo con el control del noroeste de Cerdeña, gracias a acuerdos con la ‘Judicatura’ de Logudoro, uno de los dominios independientes de la isla. La flota genovesa derrotó la de Pisa en la batalla de Meloria en 1284 y el control de Córcega también pasó a manos de Génova. Al mismo tiempo, los genoveses establecieron ya fuertes en la cosa meridional de Crimea, conocida como Gothia, en esa época.

La República de Génova estableció con una estrecha alianza con Imperio Bizantino, cuyo control territorial ya era muy reducido y se limitaba apenas a la región de Constantinopla y las islas del Egeo. A mediados del siglo XIV, varias familias genovesas establecieron acuerdos con los emperadores bizantinos en virtud de los que obtuvieron el dominio de varias islas: Tasos, Samotracia, Lesbos, Quíos, Samos… así como algunos fuertes en tierra firma. En añadidura, mantenía la fortaleza de Pera en el barrio homónimo de Constantinopla (hoy Galata). Además, la flota genovesa funcionaba como potencia protectora de las ciudades portuarias del reino de Trebisonda en el Ponto, la costa norte de Anatolia.

Salvo en el caso de Quíos, todas las islas y plazas egeas y anatolias pasaron al control del Imperio Otomano pocos años después de la caída de Constantinopla en 1453. Durante el siglo XVI, Génova se convirtió en un Estado satélite del imperio español, dominante en el Mediterráneo occidental.

veneciaVenecia

La República de Venecia tuvo la mayor extensión territorial de las cuatro repúblicas marítimas y fue la que duró más tiempo, hasta el siglo XVIII. Su base era la ciudad de Venecia, construida en la Edad Media sobre varios islotes en una laguna en el extremo norteño del Mar Adriático. Constituida en república fue gobernada por un dogo, elegido entre los nobles de la ciudad y responsable ante ellos. Era un cargo vitalicio pero nunca se convirtió en dinástico.

La flota mercante veneciana fue convirtiendo la ciudad en uno de los poderes fácticos del Mediterráneo Oriental y en un factor clave en las Cruzadas. A inicios del siglo XIII, Venecia se aprovechó de un ejército de cruzados para conquistar parte de la costa de Dalmacia (hoy Croacia) y saquear Constantinopla. En lo sucesivo estableció su dominio sobre Creta, la isla de Eubea (llamada Negroponte) y sobre parte de los archipiélagos del Mar Egeo, donde mercaderes venecianos fundaron en 1207 el Ducado de Naxos. Aunque el control de las islas se mantenía en manos de sucesivas familias venecianas, los duques de Naxos reconocían la soberanía teórica de diversas monarquías cristianas, y sólo en 1418 se declararon parte de la República de Venecia; a mediados del siglo XVI ya pagaban tributo al Imperio Otomano, pero sólo fueron destituidos en 1566. La isla de Tinos siguió siendo veneciana hasta 1715.

Más duradero fue el control de Venecia sobre las Islas Jónicas en la costa occidental de Grecia, que se inició en el siglo XIV y duró hasta el fin de la República en 1796.

A inicios del siglo XV, la República expandió su territorio italiano y regía sobre Verona y Padua, además de la península de Istria y la mayor parte de la costa dálmata. Entre 1423 y 1430 controlaba la ciudad griega de Salónica y en 1489 se anexionó el reino cristiano de Chipre. Pero tras una guerra con varias potencias europeas en 1509, la expansión veneciana se estancó. El Imperio Otomano se convirtió en un serio rival y Venecia perdió Chipre en 1570 y Creta en 1669. Entre 1714 y 1718, Venecia y el Imperio Otomano libraron en el Peloponés la Guerra de Morea, que terminó con la pérdida de todas las posesiones venecianas en Grecia, excepto las Islas Jónicas. También significaba una retirada de varias plazas en los Balcanes.

En 1796, Venecia fue ocupada por las tropas de Napoleón y poco después incorporada a Austria. La República fue abolida.