El Golfo, ¿centro árabe?
Sultan Al-Qassemi
Dice un viejo adagio árabe que Cairo escribe, Beirut publica y Bagdad lee. Estas tres capitales, junto a Damasco, eran durante mucho tiempo centros de cultura y educación en el mundo árabe. De toda la región llegaban árabes a estas ciudades para estudiar y para trabajar. Sus ambiciones están personificadas en esculturas como el Monumento a la Libertad en Bagdad de 1958, realizada por el gran artista iraquí Jawad Salim, y Renacimiento de Egipto, erigida en 1928 en Giza por el artista pionero Mahmud Mokhtar.
Sin embargo, en los últimos años, con estas tradicionales capitales árabes más y más ahogadas en conflictos y guerras civiles, en el Golfo ha emergido una nueva serie de ciudades, que se establecen como los nuevos centros del mundo árabe. Abu Dhabi, y sus emiratos hermanos, Dubai y Sharjah, así como Doha, la capital de Qatar, están evolucionando como centros del sistema nervioso de la cultura árabe contemporánea, su comercio, diseño, arquitectura, artes y academias. Atraen a cientos de miles de inmigrantes árabes, entre ellos académicos, hombres de negocios, periodistas, deportistas, artistas, emprendedores y médicos.
Aunque estas ciudades del Golfo quizá no puedan competir con otras capitales árabes en lo que a dinámicas políticas se refiere, sí han dejado muy atrás en casi todos los demás sentidos a sus iguales en África del Norte y el Levante.
El PIB de Abu Dhabi es el mayor del mundo árabe, exceptuando a Arabia Saudí
La ciudad de Abu Dhabi, con un impresionante producto interior bruto de 248.000 millones de dólares, mayor que el de cualquier otro país árabe excepto Arabia Saudí, se ha embarcado en un programa de renacimiento cultural que abarca iniciativas como la apertura de un campus de universidades de fama mundial, como la de Nueva York, la Sorbona de París y el INSEAD, la escuela de negocios de élite ubicada en Fontainebleau.
Abu Dhabi está construyendo el Museo Nacional Zayed, diseñado por Norman Foster, un Louvre, creado por Jean Nouvel, un Guggenheim, de Frank Gehry, un museo marítimo obra de Tadao Ando y una sala de conciertos de Zaha Hadid. El aeropuerto de la ciudad alberga la aerolínea Etihad Airways, galardonada con múltiples premios, y en estos momentos está en obras de expansión que se completarán en 2017. Tendrá entonces una superficie total mayor que la del Pentágono, con la capacidad de acoger a 40 millones de pasajeros.
Dubai, con más de 200 nacionalidades, encarna hoy día la ciudad global
Y todo esto no es sólo por el petróleo. Se calcula que el sector económico de Abu Dhabi no relacionada con el petróleo alcanzó los 107.000 millones de dólares en 2012, un 43,5 por ciento de la economía del emirato.
Mientras que gran parte de la región se enzarzaba en guerras, Dubai se transformó de una aldea de pescadores en una capital del comercio y el negocio internacional, todo en pocas décadas. Dubai, que alberga el rascacielos más alto del mundo, aparte de islas artificiales e infraestructuras ultramodernas, encarna hoy día la ciudad global, con más de 200 nacionalidades representadas y un constante flujo de llegada de inmigrantes. Es casi seguro que ganará la competición por acoger la sede de la Expo Mundial 2020, que se anunciará pronto y que catalizará aún más su desarrollo.
Dubai, al que le dan el mote de «centro del mundo», es la patria chica de la aerolínea Emirates y tiene uno de los cinco mayores aeropuertos del mundo. Atrae a árabes de todo el mundo con su oferta de zonas francas, que albergan medios de comunicación, investigación tecnológica, finanzas y otras industrias. Ya en 2002 recibió elogios en el Informe de Desarrollo Humano Árabe de Naciones Unidas.
Sharjah, quizás la ciudad que inauguró este escoramiento del mundo árabe hacia Este, fue la primera ciudad del Golfo en ser nombrada Capital Mundial de la Cultura por la Unesco en 1998, el mismo año en que el emirato inauguró la afamada Universidad Americana de Sharjah. La urbe también acoge una prestigiosa bienal de arte, una Feria del Libro y más de 20 museos de diferentes temáticas.
Se cree que estas ciudades de los Emiratos Árabes Unidos atraen a 15.000 inmigrantes árabes cada mes. Vistas en su conjunto, acorde a un sondeo reciente, son el destino preferido para jóvenes de toda la región árabe, y representan el modelo que éstos quisieran que emulara su propio país.
Estas ciudades atraen a 15.000 inmigrantes árabes cada mes
Doha, base de Qatar Airways, y donde se inaugurará pronto el aeropuerto internacional Hamad, es anfitrión para universidades de élite estadounidenses, como la Georgetown’s School of Foreign Service, el Weill Cornell Medical College y la Carnegie Mellon University, entre muchos otros. Es el mayor exportador de gas licuado del mundo y acogerá la Copa Mundial de 2022. También alberga un museo de arte islámico diseñado por I. M. Pei, el Museo Árabe de Arte Moderno, un recién fundado museo de arte orientalista y un museo nacional diseñado por Jean Novel.
No sólo tienen buenas infraestructuras. En Doha y los Emiratos Árabes Unidos se ubican dos de los canales de televisión de noticias árabes con más audiencia y según el último Informe de Desarrollo Humano de Naciones Unidas, Emiratos y Qatar eran los dos únicos Estados árabes en la categoría de «Desarrollo Humano muy alto», que se mide según los niveles de salud, educación e ingresos.
Desde luego, un desarrollo tan rápido en estas ciudades del Golfo arrastra su fardo de consecuencias indeseables y sus desafíos. Entre ellos, la explotación de la mano de obra por parte de algunos patronos y la degradación del medio ambiente. No obstante, las ciudades del Golfo han dado varios pasos para responder a estos asunto, gracias tanto a una mayor conciencia de sus ciudadanos y la presión internacional.
Entre los inconvenientes, la explotación de obreros inmigrantes y el impacto medioambiental
Las décadas de falta de inversión y algunas guerras civiles en toda regla han hecho que las históricas ciudades árabes de África del Norte y el Levante tengan hoy infraestructuras pobres e inadecuadas, desde carreteras arcaicas hasta currículos académicos y métodos de enseñanza desfasados.
Sin embargo, estas capitales árabes tradicionales puede que estén en horas bajas, pero desde luego no están eliminados de la carrera. Estas ciudades, que han dominado la psique árabe durante décadas aún en el siglo XX, tiene una gran riqueza de recursos culturales, humanos y naturales.
Eso sí, cuando alguna vez comience el proceso de recuperar su esplendor, se encontrarán con que el paisaje árabe estará dominado por las ciudades nuevas y formidables del Golfo, que habrán puesto un listón tan alto que será difícil de alcanzar ya no sólo en la región sino en todo el mundo.