Opinión

¿Y si leer árabe fuera más fácil?

Soumaya Naamane Guessous
Soumaya Naamane Guessous
· 6 minutos

opinion

Casablanca | Noviembre 2020

 

Es increíble: ¡un 66% de los niños marroquíes de 10 años son incapaces de leer y comprender un texto simple! (Datos del Banco Mundial, 2019).

Es decir: más de la mitad de los niños de esa edad son iletrados. Llamamos iletrado a quien ha sido escolarizado, pero es incapaz de leer o de escribir un texto sencillo, a diferencia del analfabeto, que nunca ha ido al colegio. ¿Por qué, tras cinco años de estudios de primaria, un alumno tiene tanta dificultad en leer y escribir?

Está el analfabetismo de los padres, la incompetencia de muchos maestros, una pedagogía basada en la violencia verbal y física y la simple memorización. Están las condiciones de acogida y trabajo lamentables: la escuela pública marroquí no es atractiva, sobre todo en los pueblos pequeños y en el campo. El programa está sobrecargado, embrutece, no ayuda a desarrollar la creatividad…

Yo añadiría un elemento más, del que nunca se habla, aún arriesgándome a enfadar a los fanáticos de la lengua árabe, es decir de quienes han sacralizado esta lengua por ser la del Corán. Una confusión entre el útil de comunicación y el mensaje del islam, cuando solo un 20% de los musulmanes son árabes: la mayoría son asiáticos.

Pese a su belleza y su riqueza, el árabe clásico no es una lengua viva, porque se escribe; no se habla.

Llamamos viva una lengua cuando se habla de forma cotidiana, de forma espontánea. De ahí vienen las dificultades de aprendizaje: nuestra lengua materna no es la lengua en la que escribimos.

Un niño marroquí de siete años está escolarizado en un idioma que no es su lengua materna

Un niño de siete años está escolarizado en un idioma que no es su lengua materna. Hay una diferencia enorme entre el dáriya (dialecto magrebí) y el árabe clásico. Para los niños amazigh es aún peor. Un francés o un inglés estudian en el idioma que hablan en casa. Aprenden a escribir palabras que utilizan todos los días para expresar sus emociones y sus necesidades. Los niños marroquíes, como todos los demás niños árabes, aprenden el alfabeto árabe pero son incapaces de expresarse por escrito. El maestro les habla en un idioma que no entienden, y cuando vuelve a casa, su familia le habla en dáriya.

Un francés o un español puede leer y escribir textos sencillos tras cuatro años de estudio. Porque las letras del alfabeto le permiten transcribir el idioma en el que se expresa todos los días. El marroquí domina las letras del alfabeto pero le es difícil leer y escribir esta lengua, porque le es ajena.

Es como si un francés aprendiera a leer y a escribir en latín.

A eso se añade otro problema de envergadura. El alfabeto árabe es un abyad: cuando se escribe, no hay vocales, solo consonantes. En las lenguas con grafía latina, las vocales permiten captar de inmediato el sentido de la palabra. En árabe, las vocales no se escriben: se adivinan. Y para adivinarlas correctamente, no siempre basta con cinco años de estudio. Hay que dominar ash-shakl, la vocalización.

Los jóvenes marroquíes han creado una nueva transcripción: árabe dialectal en caracteres latinos

Ahí reside la dificultad para el niño que debe leer y escribir en un idioma que le es ajeno, dominando las reglas de vocalización. Un aprendizaje complicado que conlleva un estrés de maestros, alumnos, padres… ¡Cuántas horas de clase dedicadas y energía gastada para asimilar las reglas de vocalización! La lectura puede ayudar a adquirir un vocabulario para entender un texto. Pero los jóvenes ya no leen. Cada marroquí gasta, como media, un dirham [10 céntimos de euro] al año en libros, y lee como media 2 minutos al año.

Hay un dominio escaso del árabe, incluso en la universidad. ¿Cómo facilitar el aprendizaje?

¿Qué propongo yo? Tomar la decisión, en todos los países árabes, de vocalizar los textos. Un 80% de la información se transmite al cerebro por la visión. Si los textos estuvieran vocalizados, el alumno leería con facilidad y memorizaría pronto las reglas de vocalización.

Así se evitarían las confusiones de palabras. Se han hecho experimentos en las universidades en las que se les ha dado el mismo texto no vocalizado a varios estudiantes. Una vez devueltos los textos, ya vocalizados, no todos tenían el mismo sentido.

El alumno debe asimilar gramática, conjugación y sintaxis antes de poder vocalizar una frase

La lengua árabe es muy sutil, rica en sinónimos. Sin vocales es complicada. Los jóvenes marroquíes ya pasan del tema desde que han llegado los smartphones, y han creado una nueva transcripción: un árabe dialectal escrito en caracteres latinos. Porque sin vocales es imposible descifrar una palabra o una frase del dialecto escrito en caracteres árabes. En francés si es posible. Incluso han añadido tres números (3, 7 y 9) para sonidos que no existen en francés.

Es urgente realizar un estudio para entender las razones que han hecho desplomarse el dominio del árabe. Wissal, profesor de árabe, dice: “El aprendizaje se hacía con textos vocalizados. Desde hace años, el Ministerio de Educación ha prohibido la vocalización. Los libros de Ahmed Boukmakh permitían asimilar rápidamente la base del idioma. La pedagogía actual complica el aprendizaje. El alumno debe asimilar la gramática, la conjugación y la sintaxis antes de poder vocalizar una frase. Tras cuatro años de estudios, le cuesta leer y escribir a causa de este nuevo método”.

Hace falta un debate calmo y sereno para decidir vocalizar (¡o no!) la escritura árabe, tanto en los colegios como fuera de ellos. Porque si todos los escritos estuvieran vocalizados, los ciudadanos apenas alfabetizados podrían leer facturas y documentos administrativos, seguir fácilmente las indicaciones y dominar la base de la escritura. El número de iletrados se reduciría de forma considerable.

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© Soumaya Naamane Guessous | Primero publicado en 360.ma · 13 Nov 2020 | Traducción del francés: Ilya U. Topper

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