socialismo


Mitin del  partido socialista turco CHP (Estambul, 2011) | ©  I. U. Topper
Mitin del partido socialista turco CHP (Estambul, 2011) | © I. U. Topper

El término socialista se emplea a veces para describir organizaciones marxistas o cercanas al comunismo. En su aceptación más específica hace referencia a los partidos organizados en la Internacional Socialista.

Los partidos organizados en esta federación aceptan el libre mercado, es decir, un sistema económico capitalista, pero abogan por una fuerte presencia del Estado para corregir las diferencias sociales y mantener ciertos bienes públicos —salud, educación, vivienda— al alcance de todos los ciudadanos, una ideología también llamada socialdemócrata. Se diferencian del socialismo de inicios del siglo XX, más cercano a los planteamientos marxistas y a favor de la redistribución radical de la riqueza.

Desde sus inicios alrededor de 1860, los movimientos políticos socialistas han estado estrechamente ligados a los sindicatos. La Primera Internacional Socialista se estableción en 1864, la Segunda en 1889, ambos con una fuerte participación de trabajadores y pensadores alemanes, franceses y británicos. En 1951 se refundó esta red internacional y se distanció expresamente del bloque comunista.

Durante buena parte de las décadas 1990 y 2000, varios países mediterráneos estuvieron dirigidos por partidos socialistas históricos: España, Portugal, Francia, Grecia, Malta…  a menudo en alternancia con los partidos democristianos. En Marruecos, el Partido socialista USFP, fundado en 1959, fue la mayor fuerza del Parlamento a  partir de 1999 y gobernó hasta 2007, ese año bajó al quinto puesto.

El Partido Laborista de Israel, hegemónico durante décadas, perdió el poder en 2003 y fue relegado en 2009 al cuarto puesto; el mismo año, Meretz, también miembro de la Internacional Socialista, retrocedió al noveno puesto. En Turquía, el histórico CHP no ha ganado unas elecciones desde 1977, pero en 2007 se volvió a colocar como segunda fuerza.

Un caso aparte es Italia, donde el Partido Socialista, fundado en 1892, fue una influyente fuerza política durante gran parte del siglo XX, aunque siempre por detrás del Partido Comunista Italiano. En 1994 se disolvió tras un escándalo de corrupción. Media docena de nuevos partidos socialistas intentaron tomar el relevo, inmersos en un continuo proceso de escisiones y fusiones. Hoy, el único partido  italiano miembro de la Internacional Socialista no tiene escaños en el Parlamento.

Casi todos los países del antiguo bloque comunista cuentan con partidos socialistas, hoy miembros de la Internacional, fundados a inicios de los años noventa a partir de los partidos comunistas oficiales. En Bulgaria, Bosnia y Montenegro forman parte del gobierno, mientras que representan la segunda mayor fuerza en Albania, Macedonia y Croacia y una presencia menor en Serbia o Ucrania.

También eran miembros de la Internacional Socialista los partidos que hasta 2011 gobernaban Egipto y Túnez, aunque no se definían a sí mismos como «socialistas». Ambos estaban estructurados alrededor de sus veteranos dirigentes; forman más una plataforma de poder que un movimiento ideológico.

Algo similar ocurre con los miembros de la Internacional en Argelia, Líbano, Iraq y Mauritania: nunca consiguieron la mayoría en el Parlamento, pero representan una referencia ineludible en el panorama político nacional gracias a la imagen de sus carismáticos líderes, casi siempre fundadores del partido. Es el caso del FFS argelino (con Hocine Ait Ahmed), el PSP libanés (con Walid Yumblat), el PUK kurdo en Iraq (con Yalal Talabani) y el RFD mauritano (con Ahmed Uld Daddah).

También es miembro de la Internacional Socialista el Frente Revolucionario de Armenia, fundado en 1890 y la principal fuerza política de Armenia durante más de un siglo, aunque raramente situada en el gobierno. El Partido Socialista de Yemen es observador de la Internacional.