escuelas
Dentro del judaísmo existen diversas escuelas de interpretación. Por una parte cabe diferenciar tres ramas históricas: el judaísmo rabínico, hoy prácticamente el único existente, la rama caraíta, con pocos miles de seguidores, y la comunidad samaritana, con apenas unos centenares de miembros.
El judaísmo rabínico se mantuvo de forma unitaria hasta el siglo XIX, cuando empezó a surgir un movimiento reformista que pronto se dividió en dos ramas: los reformados, alejados de las tradiciones, y los conservadores (o masorti), a medio camino entre éstos y los ortodoxos.
El debate entre movimientos ortodoxos, reformistas y conservadores se restringe al ámbito asquenazí, mientras que los sefardíes y mizrajíes son en su conjunto ortodoxos.
Ni la escuela reformista ni la conservadora han conseguido establecerse en Israel, más allá de crear pequeñas comunidades formado a menudo por inmigrantes, y están presentes sobre todo en Estados Unidos y Alemania. El Estado israelí sólo acepta la corriente ortodoxa y no da la consideración oficial de rabinos a los sacerdotes de las otras corrientes. A grandes rasgos, todo Israel y las escasas comunidades judías en el resto de los países mediterráneos son ortodoxas. Una excepción es Francia, donde el Gran Rabino también suele ser ortodoxo, pero donde el movimiento masorti es activo y agrupa a numerosos seguidores.
Ultraortodoxos
Una rama específica del judaísmo ortodoxo es la haredí (o jaredí), también conocida como ultraortodoxa. Esencialmente no existe diferencia teológica ni interpretativa entre ortodoxos y haredíes: éstos últimos simplemente se limitan a cumplir con enorme minuciosidad todas las normas previstas por la interpretación ortodoxas, o llevarlas al último extremo. Como además se distinguen por su traje – siempre negro, con sombrero los hombres – forman una especia de rama aparte, fácilmente identificable.
En Israel es habitual llamar «ortodoxos» a los ultraortodoxos, en contraste al judaísmo «normal», ortodoxo también pero menos observante.