islamismo


Manifestación islamista en Estambul, 2013 | ©  Ilya U. Topper /M'Sur
Manifestación islamista en Estambul, 2013 | © Ilya U. Topper /M’Sur

El islamismo es una ideología política que busca en la religión musulmana las bases para organizar la sociedad. Defiende un sistema legal fundado exclusivamente en las tradiciones coránicas y su interpretación.

Cuando se hallan en la oposición, los partidos islamistas centran su discurso normalmente en promesas como la eliminación de la corrupción y el nepotismo estatal, en la lucha contra la criminalidad y a favor de la reducción de la pobreza y el desempleo… pero también a favor de la eliminación total de drogas, alcohol, libertades sexuales e, incluso, de los festivales de música que, en su opinión, llevan a todo lo anterior.

Los órganos de prensa de los partidos islamistas o sus portavoces más populares mantienen a menudo un discurso mucho más radical que los cargos electos de estos partidos en el Parlamento, lo que les acarrea acusaciones de doble moral.

Gran parte del atractivo de los partidos islamistas no deriva de su ideología religiosa sino de su imagen de ser una fuerza nueva y más honesta, distinta de los tradicionales partidos considerados ineficaces y corruptos. Un voto islamista es frecuentemente un voto contra el sistema establecido, no motivado por la fe. Además, los políticos islamistas elegidos a nivel municipal a menudo se abstienen de implantar normas contra el alcohol o a favor del hiyab que teóricamente figuran en su planteamientos ideológicos, lo que reduce el temor al fundamentalismo y aumenta la confianza en su capacidad como gestores.

Con frecuencia, los movimientos islamistas promueven un papel activo de la mujer en la vida pública —o en partes de ella— aunque, eso sí, poniendo el acento en la separación física de los sexos o estrictas reglas para la convivencia entre hombres y mujeres. Algunos partidos islamistas, como el PJD marroquí, cuentan con una amplia participación femenina, superior a la de las formaciones conservadoras o socialistas.

Los movimientos islamistas normalmente se distancian de la violencia como arma política, excepto en situaciones de conflicto armado, como ocurre en Palestina, Iraq o Cáucaso, donde todos los grupos políticos mantienen milicias armadas y se confunden las reivindicaciones religiosas y las nacionalistas. El Hizbulá libanés, por su parte, rechaza expresamente utilizar la fuerza para imponer leyes de carácter islámico en Líbano.

Los elecciones no siempre reflejan las opciones ideológicas de la sociedad. Así, el PJD, islamista, ganó las elecciones de 2011 en Marruecos con apenas el 8% de los votos de los ciudadanos en edad de votar, situación causada por el alto porcentaje de ciudadanos no registrados como votantes, la abstención y la proliferación de partidos.

Al margen de este movimiento quedan Arabia Saudí y los países del Golfo, donde las monarquías tribales se aliaron desde el principio con los predicadores de la severa línea wahabí. Eso sí, suelen respaldar económicamente y políticamente a las corrientes islamistas en otros países, por ejemplo mediante la financiación de mezquitas y universidades o a través de becas de estudio para formar una élite islamista mundial que tiene fácil acceso al poder en sus respectivos Estados.

Historia

La utilización del islam como fundamento político en el sentido moderno fue predicado por primera vez por el reformador de origen persa Gamaludín Afghani a partir de 1871 en El Cairo. La idea fue popularizada desde los años treinta por los Hermanos Musulmanes y sirvió de bandera a los movimientos opuestos al colonialismo europeo. La revolución islámica de Irán, lanzada por Ruholá Jomeini en 1979, dio nuevas alas a la idea religiosa, junto a la bancarrota moral de los partidos tradicionales, incapaces de cumplir sus promesas de progreso.

A finales de los años ochenta, el fundamentalismo gana fuerza en casi todos los países de mayoría musulmana, sin diferenciar entre chiíes y suníes, y propone elevar el texto del Corán a rango de Constitución. Nacen numerosos movimientos islamistas, algunos apoyados por los gobiernos, otros en la oposición, y se empiezan a crear Estados islamistas.

Los grupúsculos de terror integrados en la ‘nebulosa de Al Qaeda‘ no tienen inicialmente relación con los movimientos islamistas. Su discurso se basaba durante su primera década de vida en una vaga reivindicación ‘antiimperialista’ y ha sido considerado contrario al islam no sólo por la gran mayoría de los analistas y teólogos musulmanes sino incluso por predicadores severamente islamistas.

Sólo con la guerra civil de Siria en 2012 ha tenido lugar un especie de fusión de los dos conceptos: las brigadas de combatientes internacionales con ideología islamista declararon su adhesión a ‘Al Qaeda’, de manera que por primera vez existen ahora movimientos locales – si bien financiados desde el extranjero – que combaten bajo esta bandera.

Hermanos Musulmanes

Los Hermanos Musulmanes –al-Ijwán al-muslimin, en árabe – forman el primer movimiento islámico socio-político moderno y son hasta hoy referencia y modelo para prácticamente todos los partidos islamistas. La organización fue fundada por el profesor Hassan Banna en 1928 en Egipto con el objetivo de oponer una forma de vida espiritual autóctona a las influencias del colonialismo europeo. Realizaba sobre todo obras sociales y caritativas, lo que le dio gran prestigio entre la población y una fama de rectitud que conserva hasta hoy. Ya desde 1932 contaba con una sección femenina, formada en gran parte por las familiares de los «hermanos».

La organización fue prohibida en 1954 tras un atentado fallido contra Gamal Abdel Nasser, dirigente de Egipto de 1952 a 1970 y portavoz de una reforma laica de los pueblos árabes. Varios líderes del grupo fueron ejecutados o asesinados, entre ellos el ideólogo del movimiento, Sayed Qutb, que tras una estancia en Estados Unidos abogaba por métodos revolucionarios para, — y muchos militantes pasaron por la cárcel. En los años sesenta, los dirigentes de la Hermandad reinterpretaron a partir de 1970 el presidente egipcio Anwar Sadat abrió de nuevo el espacio público a este movimiento, con la intención de que neutralizara la oposición nasserista e izquierdista.

La firma de la paz con Israel en 1979 hizo surgir algunos grupos islamistas violentos en Egipto, pero los Hermanos se distanciaron de este rumbo. El asesinato de Sadat en 1981 fue obra de un grupo escindido de los Hermanos Musulmanes. Desde 1984 muchos de sus miembros participan en el Parlamento egipcio y la organización controla gran parte de los sindicatos y los colegios profesionales. Su discurso, inicialmente fundamentalista —exigía la instauración de la charia como única ley— se ha ido moderando y hoy acepta incluso la separación de política y religión, la igualdad de sexos y el concepto de la democracia parlamentaria.

Su fuerza ha disminuido considerablemente desde los años cuarenta, en los que pudo contar con un millón de miembros, aunque las cifras son difíciles de verificar. Hoy se cree que cuenta con 50.000-60.000 miembros regulares y quizás medio millón de simpatizantes; entre el 25 y el 30% serían mujeres.

Aunque su feudo sigue siendo Egipto, el movimiento está presente en todo el mundo musulmán a través de ramas nacionales. En Jordania forma el partido de oposición más importante; la rama palestina dio origen a Hamás, que ganó las elecciones en 2006 y domina la Franja de Gaza.

Países

Argelia
Arabia Saudí |
Monarquía islamista severa (wahabí). Excluye a las mujeres del espacio público.
Bahréin |
Monarquía islamista moderada. El alcohol está permitido.
Egipto
Emiratos
| Monarquías islamistas. Se prohíbe el alcohol y se castiga el sexo sin matrimonio.
Jordania
Líbano
Libia
Irán
Iraq
Kuwait |
Monarquía islamista. La mayoría del Parlamento está ocupado por islamistas desde 2008.
Marruecos
Mauritania
Omán
Qatar |
Monarquía islamista. Se prohíbe el alcohol.
Siria
Sudán
Túnez | El partido Ennahda, fundado en
Turquía | El AKP, fundado en 2001, gobierna desde 20o2. Adaptó su discurso a la Constitución laica y hasta 2011 se abstuvo de discursos abiertamente islamistas, postura que empezó a modificar en 2012 y 2013, con la proclamación de un ideario cada vez más islamista, por ejemplo a favor de la separación de chicos y chicas en campamentos de verano y pisos compartidos. El  Saadet está formado por el ala más fundamentalista del mismo movimiento. No tiene escaños.
Yemen