Portugal


‘Nuestros hermanos’ es el término con el que los portugueses se refieren a los españoles. El amplio desconocimiento del país vecino que reina en la sociedad española no es mutuo: en Portugal se leen con asiduidad los escritores españoles, se escuchan en la radio entrevistas en castellano, se conocen los nombres de los políticos de Madrid…

Portugal, pese a ocupar la franja más occidental del continente, nunca ha estado tan aislado del resto de Europa como España: mandó voluntarios a ambas guerras mundiales (al bando de los aliados) y su literatura se ha inspirado en los modelos anglosajones.

Desde su formación como nación independiente, Portugal ha experimentado una historia extremamente pacífica: las fronteras no han variado desde el siglo XIII y la última batalla en suelo portugués tuvo lugar en 1833. Las guerras por la independencia en sus colonias Angola y Mozambique llevaron a la caída del régimen dicta

torial a través de la famosa Revolución de los Claveles en 1974, un golpe de estado llevado a cabo por los mandos inferiores del Ejército, prácticamente sin derramamiento de sangre.

E mapa político se compone de dos grandes partidos: el socialista (PS) y el socialdemócrata (PSD), conservador y comparable al PP español. A ellos se añade el CDU, la coalición comunista-ecologista que en las últimas elecciones alcanzaba algo más del 7% de los votos. El poder ejecutivo reside en el cargo del primer ministro, mientras que el del presidente se reserva a funciones simbólicas.

En 1986, junto a España, Portugal entró en la Unión Europea. Su desarrollo económico ha sido más lento que el de su vecino. Aunque la exportación de corcho, vino y pesca es la base de la economía, hasta hoy tiene cierto peso la emigración hacia Alemania, Francia y España. Según los índices de desarrollo, Portugal se coloca en el vagón de cola de la Unión Europea, junta a Irlanda y Grecia.

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