Sáhara


sahara-occ,jpgLa costa atlántica del Sáhara ha sido desde hace siglos objeto de la codicia de diferentes potencias. Ya los tratados de Tordesillas de 1494 entre España y Portugal se centraban sobre todo en la «diferençia sobre lo que toca a la pesquería del mar que es desde el cabo de Bujador fasta el Río del Oro», es decir prácticamente la misma zona hoy disputada, sobre la que entonces no parecía tener control el reino de Fes.

Un siglo más tarde, el sultán Ahmed Mansur, creador del estado marroquí moderno, extendió su poder hasta el río Senegal. En épocas posteriores, el control de Marrakech sobre esta región se volvió a perder, aunque nunca renunció a la soberanía teórica. Varios tratados del siglo XVIII y XIX atestiguan la incapacidad del sultán marroquí a controlar el Sáhara, en consonancia con la debilidad general del poder central, que tampoco ejercía control sobre vastas regiones del Alto Atlas, Medio Atlas y Rif, dominadas por tribus y caudillos locales. Sólo en 1920, la invasión francesa pondría fin a esta anarquía interior.

En 1884, la Conferencia de Berlín reserva a España el derecho de hacerse con la región desértica entre los actuales Marruecos y Mauritania, ambos reclamados por Francia, país que pronto ejerce una influencia decisiva sobre el reino marroquí.

En 1898, el dirigente tribal y espiritual saharaui Ma al Ainein funda la ciudad de Esmara como capital de la región y en 1904 proclama la guerra santa contra la creciente presencia europea, sobre todo en Mauritania, que interpreta como una amenaza a la independencia. En 1906 tilda de traidor al sultán Abdelhafid por aceptar los controles europeos acordados en la Conferencia de Algeciras; en 1910 se proclama sultán de Marruecos y lanza una campaña para destituir a Abdelhafid, pero es derrotado y muere poco después en Tiznit. Su hijo El Hiba continúa la guerra y conquista Marrakech en 1912 pero es derrotado el mismo año.

El control de España sobre los territorios de Saguía al Hamra —del cauce del Draa hasta Cabo Bojador— y Río de Oro —desde Bojador hasta Cabo Blanco— se limita durante décadas a cinco guarniciones cerca de la costa: Tarfaia (también conocida como Villa Bens y parte de la zona Cabo Juby), El Aaiún, Bojador, Dajla (entonces Villa Cisneros) y La Güera, en el extremo sur. Aunque se mantienen relaciones de alianza con determinadas tribus, otras permanecen en rebeldía. Sólo a partir de 1934, el control de las fuerzas españolas se extiende al interior y se ocupa Esmara.

En las décadas siguientes, la lucha por la independencia resurge y a partir de 1956, año de la independencia de Marruecos, se intensifica con la creación del Ejército de la Liberación del Sur (ALS). Esta guerrilla saharaui, alentada y armada por grupos nacionalistas marroquíes cercanos al poder central, pronto domina la mayor parte del terreno e inflige severas bajas a las fuerzas españolas y las francesas estacionadas en Mauritania.

En 1958, España y Francia coordinan la ‘Operación Ecouvillon’ (en francés) u ‘Operación Teide’ (en español) para aplastar la guerrilla. Esta intenta ponerse a salvo al norte del río Draa, es decir en territorio marroquí. En ejército marroquí impide la retirada de sus hasta entonces aliados, que son diezmados por las tropas europeas. De este momento data la profunda división entre dirigentes saharauis y marroquíes.

Poco después de la operación militar, España devuelve a Marruecos la región de Cabo Juby, entre Tarfaya y Tiznit; se establece la frontera que actualmente limita el territorio saharaui en disputa. En 1966, Naciones Unidas pide a España organizar un referéndum de autodeterminación.

En 1967, el saharaui Mohamed Basiri funda el Movimiento de Liberación del Sáhara (Harakat Tahrir), independentista y pacífico. En 1970, una manifestación de este movimiento en El Aaiún es reprimida brutalmente por las fuerzas españolas que causan 11 muertos, hay centenares de detenidos y Basiri desaparece tras ser arrestado. Es el preludio para la formación del Frente Popular para la Liberación de Saguía al Hamra y Río de Oro (Polisario), en 1973. Los fundadores, El Wali Mustafá Saied y otros estudiantes saharauis en universidades marroquíes lanzan una exitosa serie de ataques guerrilleras contra las tropas españolas.

En 1974, Marruecos, que desde su independencia reclama la ‘devolución’ del Sáhara, lleva el caso a la Corte Internacional de La Haya. Ésta emite su veredicto, no vinculante, en otoño de 1975: el territorio saharaui no era ‘tierra sin dueño’ en 1884, año de la primera ocupación española, y mantenía lazos legales tanto con el Reino de Marruecos como con la ‘entidad mauritana’ (que no estaba organizada en forma de estado), pero estos lazos no constituían un fundamento para reclamar la soberanía del territorio ni podían imponerse a la voluntad de la población local. Tanto Rabat como el Frente Polisario consideran la sentencia como apoyo a sus propias posiciones.

Guerra

En noviembre de 1975, Hassan II, rey de Marruecos, lanza la Marcha Verde, una manifestación pacífica de 350.000 civiles, acompañados de 20.000 soldados y gendarmes, que se desplaza hasta Tarfaia. A continuación, España pospone su intención de convocar un referéndum de autodeterminación y elabora los Acuerdos de Madrid, en los que cede el territorio a Marruecos y Mauritania. Ambos países ocupan la región y provocan el éxodo de gran parte de la población civil saharaui, a favor de la independencia. El éxodo saharaui hacia la zona de Tinduf en Argelia se realiza bajo los bombardeos marroquíes, que incluso utilizan napalm.

En 1976, el Frente Polisario proclama desde Bir Lehlu, en territorio saharaui, la creación de la República Árabe Saharaui Democrática (RASD), reconocida pronto por decenas de países. Los guerrilleros saharauis, apoyados por Argelia, mantienen en jaque a las fuerzas marroquíes, respaldadas por Francia. Se imponen al débil ejército mauritano, hostigan Zuerat y en 1976 lanzan un ataque sorpresa contra la capital, Nuakchot, durante el que muere El Wali Mustafá, reemplazado por Mohamed Abdelaziz.

En 1978, un golpe de Estado derroca el régimen mauritano. Nuakchot retira sus tropas, firma la paz con el Frente Polisario y reconoce la RASD. Marruecos toma el control del territorio abandonado por Mauritania. A partir de 1981 y hasta 1987, Marruecos levanta una serie de muros de arena para proteger a sus tropas de los ataques sorpresa del Frente Polisario. Ambos bandos utilizan minas antipersonas para dificultar el avance del otro.

La guerra empieza a estancarse, con la mayor parte del territorio —incluidas las minas de fosfato de Bucraa y toda la costa— en manos de Marruecos, mientras que el movimiento independentista controla una franja oriental con algunas oasis en la parte norte. Aunque el discurso de Rabat tiende a tildar al Polisario de ‘terrorista’, este movimiento no realiza ataques contra civiles en suelo marroquí. En 1991, Naciones Unidas auspicia un alto el fuego que continúa hasta hoy; un contingente de cascos azules de la Minurso vigilan la línea del frente.

El número de refugiados saharauis en los campamentos de Tinduf ha sido estimado en 165.000 por el gobierno argelino. Desde 2005, no obstante, el ACNUR calcula que en realidad se trata de unas 90.000 personas. En Mauritania, el ACNUR no contabiliza refugiados saharauis, aunque parece haber unos 26.000, sobre todo en Zuerat, bastante integrados en la sociedad mauritana. En parte se trata de hombres procedentes de Tinduf en busca de trabajo.

Referéndum

El alto el fuego inicialmente iba a desembocar en un referéndum de autodeterminación —integración en Marruecos o independencia— en 1992, pero éste fue aplazado por diferencias entre Marruecos y el Polisario respecto a la identificación de los votantes. En los años siguientes, Rabat estableció varios campamentos en el territorio saharaui en los que ofreció alojamiento y un modesto sueldo a marroquíes de otras regiones para que se identificaran como saharauis y pretendieran votar en el plebiscito. A la vez ofrecía a los saharauis diversos beneficios: puestos fijos en la Administración, ayudas de desempleo —que no reciben los marroquíes— y, para los nómadas, derecho a ocupar pastos en cualquier parte de Marruecos.

Los Acuerdos de Houston, negociados con la mediación del representante de Naciones Unidas James Baker, preveían un referéndum en 1998, que tampoco se llegó a celebrar. Rabat criticó la selección de los votantes, basada en el censo español de 1974, que incluía unas 85.000 personas, la mitad de ellos residentes en el territorio, la otra en Tinduf: pidió que también se incluyeran tribus saharauis establecidas al norte de Tarfaia y Tan Tan, es decir en Marruecos. Además presentó unos 130.000 recursos de votantes rechazados por los inspectores de Naciones Unidas —parte de ellos sin relación con el territorio—, lo que bloqueó definitivamente el referéndum. Probablemente influía en esta actitud el previsible triunfo de la opción independentista: la gran mayoría de los saharauis que permanecen en los territorios, incluidos los que trabajan en la Administración marroquí, se decantan por un Estado propio.

La población del territorio es hoy en su gran mayoría marroquí, dado que las oportunidades de trabajo en la pesca, las minas de fosfato, la construcción y los servicios urbanos han atraído a numerosas familias de todo el país; estos sectores apenas cuentan con trabajadores saharauis, empleados bien en la Administración, bien en el sector ganadero, su medio tradicional de vida. Entre marroquíes y saharauis hay cierta desconfianza, pero no se registran enfrentamientos.

James Baker sugirió en 2000 una autonomía amplia para el territorio, en la que Marruecos sólo retendría las responsabilidades de Defensa y Política Exterior (Plan Baker I). Fue rechazada por ambas partes. Argelia sugirió, sin eco positivo, la partición del territorio. En 2003, Naciones Unidas respaldó el Plan Baker II: una autonomía que durara cinco años y desembocara en un referéndum en el que pudieran votar todos los residentes del territorio, los refugiados y los saharauis de las regiones marroquíes. Aunque la propuesta parecía ceder todas las cartas a Marruecos —el número de residentes marroquíes es ya muy superior al de la población total saharaui—, Rabat rechazó el plan y el Frente Polisario, después, señaló su visto bueno. No habría sido descabellado pensar que una buena parte de los marroquíes instalados en el territorio elegiera la independencia, en una especie de voto de castigo a la monarquía…

Intifada saharaui

En 2005, una protesta en El Aaiún dio lugar a lo que se conoce como ‘intifada saharaui‘, una revuelta encabezada por jóvenes saharauis tanto en los territorios como en ciudades marroquíes. Fue reprimida por la policía marroquí con dureza, causando la muerte de un manifestante. Unas treinta personas fueron sentenciadas a penas menores de prisión, excepto 14 activistas juzgados en diciembre y condenados a penas de 6 meses a 3 años; entre ellos Aminatu Haidar Alí Salem Tamek. Todos fueron amnistiados en enero de 2006 y la mayoría sigue defendiendo abiertamente posiciones independentistas; Aminatu Haidar, que viaja con pasaporte marroquí, se apoya en las estructuras internacionales del Frente Polisario para promocionar la independencia del Sáhara.

Al mismo tiempo, algunas voces disidentes en los campamentos de Tinduf, adscritas a la nebulosa Jat Chahid (La Vía del Mártir) acusan al Frente Polisario de inmovilismo y corrupción. Reclaman la celebración de un congreso, siempre postergado, que permita elegir nuevos representantes: hasta ahora, las estructuras del Polisario se confunden con las de la RASD, que gestiona los campamentos; ambas están dirigidos desde hace 30 años por Mohamed Abdelaziz y un pequeño circulo de personas, casi todas pertenecientes a la tribu de los R’guibat, que reparten los privilegios —viajes al exterior, tareas en la coordinación de la ayuda humanitaria— a sus allegados. En 1988, una revuelta terminó con varios líderes del Polisario encarcelados. Durante las últimas décadas, una parte de la cúpula dirigente del Polisario se ha pasado al bando de Marruecos, que suele compensar con un cargo público a los ‘arrepentidos’.

Frente al inmovilismo reinante en Tinduf, muchos jóvenes refugiados piden retomar la opción de la guerra, pero es improbable: el foco del conflicto se desplaza cada vez más hacia los propios territorios ocupados e incluso a la población saharaui no directamente implicada: tanto Alí Salem Tamek como, presumiblemente, Haidar son oriundos de poblaciones situadas a centenares de kilómetros al norte de la teórica frontera saharaui-marroquí.

Rabat asegura que ofrece la autonomía como solución definitiva para el territorio. En 2006 estableció el Consejo Real Consultorio para los Asuntos del Sáhara (CORCAS), un cuerpo compuesto por 141 miembros, la mayoría de etnia saharaui, con competencias sociales, económicas, culturales y de derechos humanos, aunque con poco poder en la práctica y considerado poco más que una fachada. Su presidente es Khalihenna Ould Errachid, un antiguo líder allegado España durante la época colonial y después fiel a Hassan II, que le nombró alcalde de El Aaiún y ministro de Asuntos Saharauis. Algunos miembros del Corcas han denunciado la escasa conexión entre este consejo tribal y la juventud saharaui.

En 2007, Rabat y el Polisario emprendieron una nueva ronda de negociaciones en Manhasset (EE UU), que concluyó en julio de 2008 sin resultados.

El 13 de noviembre de 2009, la activista saharaui Aminatou Haidar al regresar de un viaje rellenó en el formulario de entrada a Marruecos su lugar de residencia como ‘Sáhara Occidental’. Fue deportada por las autoridades marroquíes a Canarias, donde inició una huelga de hambre que sólo concluyó 32 días más tarde, cuando Marruecos cedió a la presión diplomática de diferentes Gobiernos europeos, entre ellos el español y el francés, y permitió el regreso de la activista.

En octubre de 2010, centenares de residentes de Aaiún, en su mayoría saharauis, establecieron un campamento en Gdeim Izik, una decena de kilómetros al sureste de la ciudad, para protestar contra el desempleo y contra la distribución arbitraria de pisos de protección oficial, realizada por las autoridades según criterios tribales. Llegó a haber hasta 5.000 personas en el campamento, autogestionado y vetado a las autoridades. El 24 de octubre, soldados marroquíes tirotearon un coche en la entrada del recinto y mataron a un adolescente. El 8 de noviembre, las tropas recibieron orden de desalojar el campamento, acción que derivó en una violenta trifulca, primero en el recinto y la misma noche en las calles de Aaiún, donde fueron saqueados y destrozados locales, tiendas, negocios y domicilios, tanto saharauis como no saharauis, por una turbamulta aparentemente compuesta en parte por elementos antisaharauis.

Algunos activistas españoles difundieron cifras exacerbadas de muchas decenas de muertos, que nunca se concretaron; el Frente Polisario, pronto convertido en portavoz de Gdeim Izik, compuso listas de las personas heridas y detenidas, y hoy se conocen los nombres de cuatro personas muertas por la policía durante la semana conflictiva. El Gobierno marroquí, por su parte, informó de que 11 soldados habían sido linchados en Gdeim Izik, pero no dio sus nombres.

A veces, el campamento de Gdeim Izik se ha considerado como el primer precursor de la ‘Primavera Árabe’, dado que se fundó como protesta social, aunque fue pronto asociado al movimiento independentista saharaui.

Cronología

1884 La Conferencia de Berlín otorga a España las regiones desérticas entre el el sur de Marruecos y Cabo Blanco.
1904 El jeque Ma al Ainein declara la guerra santa contra los invasores europeos
1934 España extiende su control, limitado a cinco guarniciones de la costa, al interior del territorio saharaui y toma Esmara.
1956 Independencia de Marruecos. Rabat arma el Ejército de Liberación del Sur (ALS) en su guerrilla contra España.
1958 Operación Ecouvillon-Teide. Fuerzas españolas y francesas de Senegal aniquilan el ALS, ante la pasividad del Ejército marroquí. España devuelve a Marruecos el territorio al norte de Tarfaia, excepto Ifni.
1970 ‘Intifada de Zemla’. España reprime una manifestación del movimiento independentista saharaui Harakat Tahrir en El Aaiún.
1973 El Wali Mustafa funda el Frente Polisario, movimiento independentista guerrillero, y combate contra España.
1975 La Corte de La Haya anuncia un veredicto ambiguo. Marruecos lanza la ‘Marcha Verde’, una manifestación de civiles para reivindicar el Sáhara. España firma los Acuerdos de Madrid y entrega la colonia a Marruecos y Mauritania. El Polisario inicia una guerra contra ambos ejércitos.
1976 El Polisario proclama la República Árabe Saharaui democrática (RASD) y establece su cuartel central en Tinduf, Argelia. Muere El Wali durante un ataque a Nuakchot. Mohamed Abdelaziz toma el mando.
1978 Golpe de estado en Mauritania, Nuakchot renuncia al Sáhara y reconoce al año siguiente la RASD. Marruecos ocupa la parte abandonada por Mauritania.
1981 Marruecos inicia la construcción de una serie de muros como defensa ante los ataques sorpresa del Polisario.
1991 Alto el fuego auspiciado por Naciones Unidas.
1997 Acuerdos de Houston para un referéndum en 1998. No se celebra.
2000 Plan Baker I: autonomía completa excepto Defensa y Exteriores. Rechazado por ambas partes.
2003 Plan Baker II: cinco años de autonomía y posterior referéndum que incluye a todos los residentes. Aceptado por el Frente Polisario y rechazado por Marruecos. James Baker dimite.
2005 Surge la ‘intifada saharaui’, una revuelta juvenil a favor de la independencia, reprimida por la policía marroquí.
2006 Rabat establece el CORCAS, un consejo saharaui pro-marroquí con escasas competencias, como paso hacia una mayor autonomía del territorio. Libera a destacados activistas independentistas saharauis detenidos en 2005.
2008 Concluyen sin resultado las negociaciones de Manhasset, emprendidas el año anterior.
2009 Marruecos expulsa a la activista saharaui Aminatou Haidar, quien declara una huelga de hambre en Canarias hasta su readmisión en Marruecos un mes más tarde.
2010 Un campamento a favor de reivindicaciones sociales, establecidas en las afueras de Aaiún, es desalojado violentamente por la policía marroquí y da una nueva dimensión al conflicto.