Velo


Joven con hiyab en Estambul | © Ilya U. Topper
Joven con hiyab en Estambul | © Ilya U. Topper

¿Debe una musulmana llevar velo? Esta pregunta enciende desde hace dos décadas los ánimos de teólogos y predicadores musulmanes y marca la vida de millones de mujeres en todo el mundo islámico. Es un debate confuso, sobre todo cuando se desarrolla en Europa, donde se da por supuesto que el ‘velo’ es una prenda tradicional o bien un mandamiento universalmente aceptado del islam. Ambas ideas son falsas.

Las tradicionales prendas femeninas varían según la región, sin que haya una clara norma respecto a cuánto deben cubrir; por lo demás están sujetas a evoluciones y modas.

Por otra parte, las corrientes integristas islámicas de finales del siglo XX y principios del XXI han estandarizado dos tipos de vestimenta femenina: hiyab y niqab.

El hiyab (en la foto) es hoy casi siempre un pañuelo que cubre el cabello, enmarca la cara, se anuda bajo la barbilla y tapa el escote. Es un símbolo religioso, pero dista de ser universalmente aceptado. Fue dado a conocer por los movimientos fundamentalistas en Irán que llegaron al poder con la Revolución Islámica de 1979 y se popularizó en la década siguiente en todo el mundo islámico.

Hoy, el hiyab es la prenda estándar de quienes aseguran que el islam impone a la mujer normas de vestir, una interpretación que no es, ni de lejos, indiscutida, si bien la expansión de la corriente wahabí ha acallado las tradiciones divergentes. Es, esencialmente, el uniforme de la sección femenina de un movimiento político mundial que considera la religión como base de su lucha social.

Corán

La palabra árabe hiyab aparece en el Corán únicamente con el significado de ‘cortina’, sin referencia a la indumentaria femenina. Los dos pasajes del texto que detallan explícitamente las normas de comportamiento femenino distan de ser exactas en este punto, aunque numerosos exégetas las usan como fundamento para construir una supuesta obligación de ocultar el cabello. La sura Las Mujeres [24, 30-31] establece que tanto hombres como mujeres deben «dirigir la mirada hacia el suelo y resguardar su vulva»; para las mujeres añade, además, que ellas «no deben mostrar sus encantos, excepto los visibles, y deben cubrir su seno con el velo». Desde luego, cabe discrepar sobre qué son ‘los encantos’ y que es lo habitualmente ‘visible’.  Además, las palabras clave ‘velo’ (jimar) y ‘seno’ (yib) son de significado oscuro y la traducción ofrecida es una mera solución de consenso, no un significado obvio.  La primera parte del verso, al ordenar ocultar el sexo, induce a reflexiones sobre la liberalidad de la vestimenta en la época preislámica.

La sura Los Aliados [33,59] establece que «las esposas del profeta y sus hijas y las mujeres de los creyentes» deben «arrebujarse con el manto» para ser «más fácilmente reconocibles», sin definir cuánto debe cubrir este manto. Muchas mujeres musulmanas señalan que el contexto de la sura hace referencia al círculo íntimo del profeta y no se sienten aludidas por ninguna de estas normas; opinan que la fe no se manifiesta en la indumentaria y que llevar bikini (una imagen frecuente en Marruecos) no es contrario a la religión.

Desde el siglo X, una corriente de exégetas interpreta que los ‘encantos visibles’ de la mujer que sería lícito mostrar son rostro, manos y pies. Es una interpretación aceptada hoy por la mayoría de los movimientos fundamentalistas. Más lejos va la corriente wahabí, que impone el niqab, una prenda que oculte completamente a la mujer, dejando sólo una fina rejilla para los ojos. Normalmente se combina con guantes. No tiene justificación en los textos sagrados. Algunos teólogos la recomiendan «únicamente para las mujeres guapas», que deberían ocultar sus encantos con mayor ahínco que las demás.

La costumbre de poner el hiyab incluso a niñas a partir de los cinco o seis años, cada vez más extendida entre los grupos fundamentalistas, es contraria al islam, ya que las obligaciones religiosas sólo deben cumplirse con plena conciencia de la fe, nunca antes. De la misma manera que los niños sólo deben rezar y cumplir el ayuno del ramadán cuando son capaces de entender y asumir el valor de estos actos, no antes, una niña no puede ponerse una prenda destinada a señalar a los demás su castidad mientras no tenga conciencia de poder suscitar deseos sexuales.

Leyes

Algunos países islámicos imponen por ley un modo de vestir concreto. Así, en muchas regiones de Arabia Saudí se obliga a las mujeres llevar en público el niqab, es decir tapándose todo el cuerpo, incluido el rostro, salvo los ojos. Irán impuso en 1979 el chador, que combina un pañuelo cerrado con un amplio vestido que debe llegar hasta los tobillos. Aunque muchas jóvenes dejan ver el inicio de los cabellos, o incluso la mayor parte,  la policía moral iraní puede castigar esta ‘falta de decencia’. En los países del Golfo, ninguna de estas prendas es obligatoria por ley, pero la presión social hace muy difícil que una mujer se muestre en público sin, al menos, el hiyab. En Yemen también es frecuente el niqab y en Sudán, el hiyab era obligatorio hasta 2019.

Más hacia Occidente, las normas sociales son mucho menos severas; ni Iraq ni Siria o Egipto imponen una vestimenta concreta, aunque en El Cairo, el hiyab ha ganado enormemente terreno en la última década y hoy pocas chicas se muestran en público con el pelo descubierto. Algo similar pasa en Argelia, donde esta prenda es hoy mucho más frecuente que en los años anteriores a la guerra civil. En Marruecos se va extendiendo desde la década de 1990 pero sólo en las ciudades; en la sociedad campesina permanece desconocido. El Gobierno no lo fomenta y se considera que una joven con hiyab tiene menos posibilidades de ascender en las grandes empresas.

Túnez era durante décadas —hasta la caída del régimen de Ben Ali en 2011— el único país oficialmente islámico que prohibía a las funcionarias llevar hiyab, ya que lo consideraba un símbolo sectario. La misma ley regía durante décadas en Turquía, donde el laicismo del Estado impedía llevar símbolos religiosos en instituciones públicas o actos oficiales. Tras llegar al poder en 2002, el partido islamista AKP fue erosionando estas normas y defendiendo el uso del hiyab, utilizado sobre todo por simpatizantes de este partido y por las esposas de los políticos. Desde 2012, las universidades pueden admitir a alumnas veladas.

Francia fue el primer país europeo en adoptar una ley similar a la turca: en 2004 prohibió los símbolos religiosos —el hiyab, la kipa judía y los crucifijos ostentosos— en todos los colegios públicos. Pese a la intensa polémica suscitada, al año siguiente apenas hubo situaciones conflictivas y la ley se cumple hoy íntegramente; algunas universidades también la aplican. En España ha habido debates puntuales sobre el mismo tema, que se han resuelto normalmente con la aceptación de la niña con hiyab en clase. A veces, esta postura se describe incluso como un paso hacia la ‘multiculturalidad’.

Turista árabe con niqab en Estambul | © I. U. T.
Turista árabe con niqab en Estambul | © I. U. T.

Los términos

hiyab |  ‘recato’, término aplicado tanto a la ‘decencia’ de la mujer musulmana como a cualquier prenda que una corriente religiosa determina como la única decente. Hoy día casi siempre se refiere al pañuelo que enmarca la cara y cubre el escote, promovido por los movimientos fundamentalistas modernos.
niqab | Versión severa del hiyab, prenda que cubre a la mujer entera, incluyendo el rostro, para ocultarlo a los hombres. Suele combinarse con guantes. Su uso se considera señal de extrema devoción.
abaya | Prenda tradicional iraquí, siempre negra, que envuelve a la mujer pero no oculta su rostro. En Arabia Saudí, prenda que cumple las condiciones del niqab, es decir que oculta totalmente a la mujer.
burka | Prenda afgana que oculta completamente a la mujer, incluyendo el rostro, y cubre los ojos con una rejilla. Se considera equivalente al niqab y en la prensa europea a menudo se usa esta palabra para hacer referencia al niqab saudí.
chador | Vestimenta impuesta como obligatoria por el régimen iraní tras la revolución de 1979; consiste en un vestido largo y un pañuelo que cubre el cabello y el escote, pero no el rostro. Se considera equivalente al hiyab.
charchaf | En Turquía, vestido negro que cubre todo el cuerpo y la mayor parte del rostro. Es equivalente al niqab saudí y se halla en algunas sectas fundamentalistas turcas.
haik | En Marruecos, prenda tradicional que consiste en una manta larga, blanca o negra según la región, que envuelve a la mujer por completo, a veces dejando libre el rostro. No está asociada a la religión.
melhafa | Prenda tradicional saharaui que consiste en una tira larga de tela fina, normalmente de color alegre, con la que la mujer envuelve su cuerpo y se cubre la cabeza, pero no el rostro. No denota religiosidad.

 

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