Condenada poesía Abdellatif Laâbi | Foto de la web del poeta Cuando el juez envió a prisión a Abdellatif Laâbi, entonces un poeta y militante izquierdista de 31 años, en la mesa del juzgado se acumulaban las pruebas contundentes de su culpabilidad: los 22 números completos de la revista literaria Souffles, en francés y los 8 de su publicación hermana Anfas, en árabe. Ambas palabras significan respiro.
Abdellatif Laabi (Fes, 1942) había fundado la revista siete años antes, a la edad de 24. Estas páginas eran entonces un respiro para un pensamiento marroquí que buscaba su camino. Hoy son una leyenda.
El poeta tenía catorce años en el cincuenta y seis, cuando a Marruecos le llegó la independencia. Suficiente para reconocer el colonialismo del protectorado, también para desear para su país un futuro que no fuera un colonialismo con otro nombre, el histórico feudal de las clases dominantes. Fue miembro del partido comunista marroquí, y fue uno de los camaradas de Ilal Amam, el movimiento marxista clandestino en el que militaba Abraham Serfaty . Y como tal le llegó la condena en 1973: diez años de cárcel de los que cumplió ocho y medio. Tras los barrotes aprendió a ser libre, aprendió a definir la libertad.
Y esta libertad aprendida es el poso de la poesía de Laâbi: tantas veces gira alrededor de la rebelión, la decisión de luchar por un futuro – o un presente – mejor, de asumir responsabilidad por una sociedad que es necesario cambiar. Poesía política en el mejor sentido de la palabra. Y sin olvidar nunca la rebelión más elemental: contra la discriminación que aparte la mitad del pueblo de la otra (Los cafés están reservados a los hombres / Las mujeres, con razón / tienen miedo de que se las mire… )
Cinco años después de salir de prisión, Laâbi se exilió a Francia. Como tantos otros. Pero Marruecos nunca deja de ser su referencia, el marco de su poesía y sus libros.
El francés siempre ha sido el idioma de expresión del poeta, como lo es para gran parte de los escritores marroquíes (no es fácil moldear la lengua árabe fus·ha , calcificada pero oficial, para darle un uso moderno). Numerosos premios, y en 2009 el Goncourt de poesía avalan su trayectoria, sostenida por una decena larga de poemarios y seis novelas, amen de varios dramas, ensayos… En España sólo están disponible las novelas Fez es un espejo (Oriente y Mediterráneo, 2004, traducción de Le Fond de la jarre) , y El camino de las ordalías , mientras que el poemario Fragmentos de un génesis olvidado y los ensayos El síndrome andaluz y Un continente humano aparecen descatalogados.
Laâbi ha cedido a M’Sur y el número 17 de la Revista Caleta (Diciembre 2015) una muestra de su obra poética, en traducción de la poeta asturiana Laura Casielles.
[Ilya U. Topper]
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··· La langue de la mère ···
La lengua de mi madre ··· Je n’ai pas vu ma mère depuis vingt ansElle s’est laissée mourir de faim
On raconte qu’elle enlevait chaque matin
son foulard de tête
et frappait sept fois le sol
en maudissant le ciel et le Tyran
J’étais dans la caverne
là où le forçat lit dans les ombres
et peint sur les parois le bestiaire de l’avenir
Je n’ai pas vu ma mère depuis vingt ans
Elle m’a laissé un service à café chinois
dont les tasses se cassent une à une
sans que je les regrette tant elles sont laides
Mais je n’en aime que plus le café
Aujourd’hui, quand je suis seul
j’emprunte la voix de ma mère
ou plutôt c’est elle qui parle dans ma bouche
avec ses jurons, ses grossièretés et ses imprécations
le chapelet introuvable de ses diminutifs
toute l’espèce menacée de ses mots
Je n’ai pas vu ma mère depuis vingt ans
mais je suis le dernier homme
à parler encore sa langue
L’étreinte du monde (1993)
Hace veinte años que no veo a mi madreElla se dejó morir de hambre
Cuentan que cada mañana se quitaba
el pañuelo de la cabeza
y golpeaba siete veces el suelo
maldiciendo al cielo y al Tirano
Yo estaba en la caverna
allí donde el presidiario lee en lo oscuro
y pinta en la pared el bestiario del porvenir
Hace veinte años que no veo a mi madre
Me ha dejado un juego chino de café
cuyas tazas se rompen una a una
sin que me dé pena de tan feas que son
Pero eso solo hace que el café me guste más
Ahora, cuando estoy solo
tomo prestada la voz de mi madre
o más bien es ella quien habla por mi boca
con sus blasfemias, sus groserías y sus imprecaciones
su rosario inencontrable de diminutivos
toda la especie amenazada de sus palabras
Hace veinte años que no veo a mi madre
pero soy el último hombre
que aún habla su lengua
De El abrazo del mundo (1993)
···
* * * ···
···
O comme les pays se ressemblent
et se ressemblent les exils
Tes pas ne sont pas de ces pas
qui laissent des traces sur le sable
Tu passes sans passer
* Si je sors
où irai-je ?
Les trottoirs sont défoncés
Les arbres font pitié
Les immeubles cachent le ciel
Les voitures règnent
comme n’importe quel tyran
Les cafés sont réservés aux hommes
Les femmes, à raison
ont peur qu’on les regarde
Et puis
je n’ai de rendez-vous
avec personne
* Je ne suis pas ce nomade
qui cherche le puits
que le sédentaire a creusé
Je bois peu d’eau
et marche
à l’écart de la caravane
* Quel sens donner à ce voyage
Quelle autre langue
me faudra-t-il apprendre
Lequel de mes doigts
devrai-je sacrifier
Et si mes lèvres repoussent
saurai-je encore embrasser?
* Je frapperai
à toutes les portes de la ville
et je crierai :
Je suis étranger
De Le spleen de Casablanca (1996)
Oh cómo se parecen los países y se parecen los exilios
Tus pasos no son pasos de esos
que dejan huellas en la arena
Pasas sin pasar
* Si salgo
¿a dónde iré?
Las aceras están socavadas
Los árboles dan pena
Los edificios esconden el cielo
Los coches reinan
como un tirano cualquiera
Los cafés están reservados a los hombres
Las mujeres, con razón
tienen miedo de que se las mire
Y además
no tengo cita
con nadie
* No soy ese nómada
que busca el pozo
que ha cavado el sedentario
Bebo poca agua
y camino
alejado de la caravana
* ¿Qué sentido dar a este viaje
Qué otra lengua
tendré que aprender
Cuál de mis dedos
deberé sacrificar
Y si mis labios rebrotan
aun sabré besar?
* Llamaré
a todas las puertas de la ciudad
y gritaré:
Soy extranjero
De El spleen de Casablanca (1996)
Voici du corps
la danse sacrée
Venez derviches
nos seigneurs en l’occurrence
De la danse
vous connaissez les arcanes
De la musique
vous tenez les plus belles traductions
Vos bras
sont les piliers du sanctuaire
et vos mains
des baguettes magiques
dont nous suivons les indications à la lettre
De vos pieds aériens
foulez donc le ciel ferme
Volez autour de nous
et touchez-nous de vos ailes
Apprenez-nous
la perte
l’abandon
et de l’ivresse
la conscience aiguë
Soyez indulgents
envers nos gestes maladroits
nos vociférations
nos âmes plates comme nos pieds
nos désirs courts comme notre vue
nos membres empêtrés dans la glu
du quotidien équarrissant nos rêves
nos épanchements d’humanoïdes mal dégrossis
nos larmes faciles
tant l’éternité nous est étrangère
Venez
nos seigneurs
Vous les serviteurs du Pôle
Offrez-nous de la parole
l’épaisseur du silence
Faites descendre en nous
l’esprit des mots
et leur terreau de racines
Mettez-nous sur la voie
vous les habitués de la Voie
et ne vous étonnez pas
de cette humble demande
Croyants nous sommes
même si Dieu n’y est pour rien
Grands brûlés de la vie
nous le sommes par amour
L’ordalie
nous connaissons
car nés sur les marches de l’Empire
dans les contrées du manque
et de l’espérance abrégée
grandis
tant bien que mal
sous la chape des interdits
sous la férule conjuguée du ciel
et de ses lieutenants sur terre
marqués au fer rouge pour un oui
et surtout pour un non
jetés aux oubliettes
pour le moindre clin d’œil
à la beauté aux yeux bandés
appelée
nous le savons par ouï-dire : Justice
Venez nos seigneurs
Emportez-nous vers cette terre
où la danse
si elle ne nourrit pas son homme
le transfigure
lui donne la grâce
des êtres
libérés des besoins immédiats
le rend beau de l’intérieur
troublant de l’extérieur
ressemblant étrangement
à la terre
que voilà
que voici
gagnée sur le chaos
D’un seul geste
sculptée dans le tourbillon
Toujours disponible
sachant partager le peu du rare
noblesse des humbles oblige
De Écris la vie (2005)
Aquí está la danza
sagrada del cuerpo
Venid derviches
señores nuestros en esta ocasión
De la danza
conocéis los arcanos
De la música
tenéis las más bellas traducciones
Vuestros brazos
son los pilares del santuario
y vuestras manos
batutas mágicas
cuyas indicaciones seguimos con precisión
Con vuestros pies aéreos
pisad pues el cielo firme
Volad en torno a nosotros
y tocadnos con vuestras alas
Enseñadnos
la pérdida
el abandono
y de la ebriedad
la conciencia aguzada
Sed indulgentes
con nuestros gestos torpes
nuestros griteríos
nuestras almas planas como nuestros pies
nuestros deseos cortos como nuestra vista
nuestros miembros entrampados en el visco
de la cotidianeidad que descuartiza nuestros sueños
nuestros desahogos de humanoides mal desbastados
nuestras lágrimas fáciles
de tan ajena como nos es la eternidad
Venid
señores nuestros
Vosotros los sirvientes del Eje
Ofrecednos del verbo
la espesura del silencio
Haced descender a nosotros
el espíritu de las palabras
y su abono de raíces
Ponednos en el camino
vosotros los acostumbrados al Camino
y no os asombréis
de este humilde ruego
Somos creyentes
aunque Dios no tenga nada que ver con ello
Quemados graves de la vida
lo somos por amor
La ordalía
la conocemos
porque nacidos sobre los escalones del Imperio
en las comarcas de la escasez
y la esperanza abreviada
crecidos
mal que bien
bajo la techumbre de las prohibiciones
bajo la férula que mantiene unido al cielo
con sus tenientes sobre la tierra
marcados al rojo vivo por un sí
y sobre todo por un no
lanzados a las mazmorras
por hacerle un guiño de nada
a esa beldad de ojos tapados
llamada
– ya sabemos que por así decir – Justicia
Venid señores nuestros
Llevadnos hacia esa tierra
donde la danza
si no alimenta a su hombre
lo transfigura
le da la gracia
de los seres
liberados de las necesidades inmediatas
lo hace bello por dentro
turbador por fuera
extrañamente parecido
a la tierra
ganada al caos
por aquí
y por allá
Esculpida en el torbellino
de un solo golpe
Siempre disponible
capaz de compartir un poco de lo escaso
como exige la nobleza de los pobres
De Escribe la vida (2005
···
* * *
Du droit de t’insurger tu useras quoi qu’il advienne
Du devoir de discerner
dévoiler
lacérer
chaque visage de l’abjection
tu t’acquitteras
à visage découvert
De la graine de lumière
dispensée à ton espèce
chue dans tes entrailles
tu te feras gardien et vestale
À ces conditions préalables
tu mériteras ton vrai nom
homme de parole
ou poète si l’on veut
El derecho de rebelarte lo emplearás pase lo que pase
El deber de discernir
desvelar
lacerar
cada cara de la abyección
lo saldarás
a rostro descubierto
Del grano de luz
dispensado a tu especie
caído en tus entrañas
te harás guarda y vestal
Cumplidas estas condiciones
merecerás tu verdadero nombre
hombre de palabra
o si se quiere poeta
···
* * * Ce n’est pas une affaire d’épaules
ni de biceps
que le fardeau du monde
Ceux qui viennent à le porter
sont souvent les plus frêles
Eux aussi sont sujets à la peur
au doute
au découragement
et en arrivent parfois à maudire
l’Idée ou le Rêve splendides
qui les ont exposés
au feu de la géhenne
Mais s’ils plient
ils ne rompent pas
et quand par malheur fréquent
on les coupe et mutile
ces roseaux humains
savent que leurs corps lardés
par la traîtrise
deviendront autant de flûtes
que des bergers de l’éveil emboucheront
pour capter
et convoyer jusqu’aux étoiles
la symphonie de la résistance
De Tribulations d’un rêveur attitré (2008)
···
No es una cuestión de hombros
ni de bíceps
la carga del mundo
Los que la llegan a llevar
son a menudo los más frágiles
Ellos también están sujetos al miedo
a la duda
al desánimo
y llegan a veces a maldecir
la Idea o el Sueño espléndidos
que les expusieron
al fuego de la gehena
Pero si se doblan
no se rompen
y cuando por frecuente desgracia
se les corta y mutila
esos juncos humanos
saben que sus cuerpos troceados
por la traición
se convertirán en otras tantas flautas
que unos pastores del alba se llevaran a la boca
para captar
y enviar hasta las estrellas
la sinfonía de la resistencia
De Tribulaciones de un soñador oficial (2008)
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© Abdellatif Laâbi | Traducción: Laura Casielles [Primero publicado en Caleta, Diciembre 2015]