Opinión

Leyes medievales

Sanaa El Aji El Hanafi
Sanaa El Aji El Hanafi
· 6 minutos

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El resumen de la historia es que solo un Estado atrasado puede meter en la cárcel a personas adultas bajo acusaciones de amor o sexo.

El resumen de la historia es que no importa si Hajar Raissouni ha abortado o no… Lo que importa es que hoy día está en el banquillo por una acusación de la que deberíamos avergonzarnos que existe en nuestro arsenal jurídico.

El resumen de la historia es que no podemos vivir en un Estado que interviene jurídicamente en los cuerpos de los ciudadanos adultos y en su vida íntima. Mientras no se trate de una agresión contra los derechos de los demás (explotación sexual, abuso sexual de menores o adultos etcétera), es absurdo que se castigue a los individuos por el cargo de una relación de amor ni tampoco de una simple relación sexual pasajera.

El Código Penal marroquí prohíbe el aborto. Sí, cierto. Y por ese supuesto aborto, Hajar y el médico y sus asistentes podrán haber infringido la ley. Sí, cierto. Pero lo que importa de todo eso es que esta misma ley no deja de formar parte de un orden que se arrastra de la Edad Media. No se puede concebir que se nos juzgue hoy día con este arsenal jurídico primitivo.

El aborto es un derecho que debería asistir a todas las mujeres

Muy sencillo: el aborto es un derecho que debería asistir a todas las mujeres. Toda mujer tiene derecho a decidir cuándo puede ser madre. El legislador no puede prescribir a miles de mujeres cuándo es el momento adecuado para la maternidad.

Las cifras del aborto clandestino hoy día demuestran una vez más que nuestras leyes están a años luz de la realidad y del desarrollo de la sociedad: en Marruecos tienen lugar hoy entre 600 y 800 abortos clandestinos al día. Son cifras de la Asociación marroquí contra el aborto clandestino.

Las leyes que prohíben las relaciones sexuales consentidas entre adultos y las que prohíben el aborto deben simplemente erradicarse de nuestro código penal, en nombre de las libertades individuales. En nombre del respeto a la elección personal de cada persona adulta, tanto en sus convicciones religiosas como en su vida amorosa y sexual, en todas las opciones de su vida cotidiana.

Por lo mismo es inaceptable exhibir un certificado de no haber abortado para demostrar la moral de Hajar Raissouni. Haya abortado o no, es su derecho, es su vida privada, y no tenemos derecho a meternos en ella. Ni Hajar Raissouni ni nadie debería necesitar fabricar justificantes, a veces infantiles, en lugar de defender un derecho que debería estar reconocido por la ley: el de disponer de su cuerpo a su manera personal.

¿Hasta cuándo vamos a imponer la virtud por ley, esa virtud que reducimos únicamente al sexo?

¿Hasta cuándo vamos a imponer la virtud por ley, esa virtud que reducimos únicamente al sexo? ¿Hasta cuándo impondremos la devoción por ley, esa devoción que reducimos únicamente a las apariencias… en el hiyab y la barba y el ayuno (¿o el hambre?) obligatorio?

Lamentablemente, la obsesión sexual que domina la mente de tantos reduce las libertades individuales al sexo y lo vincula a la prostitución. Pero si las sociedades avanzadas han avanzado es mediante el respeto al derecho a discrepar Si el propio profeta Mahoma no hubiese defendido su derecho a discrepar de las normas de la sociedad, hoy no existiría una religión llamada islam.

Las sociedades que se desarrollan lo hacen siempre gracias al respeto a quienes quieren innovar y ser diferentes. Las sociedades que se desarrollan no juzgan a los demás por el hecho de enamorarse ni por tener sexo.

En la sociedad abundan los criminales de los que la policía debería ocuparse… Dejemos en paz la cama de los demás. Dejemos que las mujeres se ocupen de sus úteros en privado.

Conviene mencionar aquí un aspecto fundamental: muchos movimientos conservadores atacan las libertades individuales con agresividad y solo las invocan cuando uno de sus miembros se convierte en víctima de persecución. Muchos movimientos conservadores han atacado y siguen atacando a los defensores del derecho al aborto y lo vinculan con la decadencia y la prostitución. Muchos movimientos conservadores y/o islamistas han calificado el llamamiento a favor de las libertades individuales como un llamamiento a la prostitución.

Muchos movimientos invocan las libertades solo cuando uno de sus miembros es víctima de persecución

No. Las libertades individuales no son una degeneración ni un sindios ni una depravación. Solo son una invitación para edificar una sociedad que no sea hipócrita, y en la que los individuos asumen la responsabilidad de sus actos y sus elecciones. Una sociedad en la que no se vean obligados a fabricar certificados absurdos para justificar una decisión o un acto al que deberían tener derecho como personas adultas. El amor y el sexo, la fe y la ausencia de fe son derechos de toda persona adulta. Y no deberíamos necesitar justificarlos con un matrimonio con lectura del Corán o similar, con una enfermedad o similar…

¿Cuándo se darán cuenta algunas corrientes conservadores del valor de las libertades individuales, y que con ellas se protege a la verdadera fe, justo porque no se obliga a la hipocresía, al igual que protege el derecho a no tener fe? (¿Qué sentido tiene una fe aparente, si es la única manera que tiene un ciudadano para evitar la presión social y legal?) ¿Cuándo entenderán las corrientes islamistas y conservadoras que son precisamente las libertades individuales las que las protegerán contra la explotación de su vida privada para perjudicar sus posiciones ideológicas? Ese día, todos participarán en la construcción de una sociedad madura que no mete a los demás en la cárcel bajo acusaciones de amor o de placer.
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© Sanaa El Aji | Primero publicado en Marayana · 4 Sep 2019 | Traducción del árabe: Ilya U. Topper.

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