Opinión

¡Quiero engordar!

Soumaya Naamane Guessous
Soumaya Naamane Guessous
· 6 minutos

opinion

Casablanca  |Julio 2021

 

Aún ayer, en Marruecos la mujer bella debía ser ghlida (gorda). Su cuerpo debía reflejar eljir y ash-sha’ba (la riqueza y satisfacción) de su familia. Si no, la mujer no se consideraba apta para gestionar un hogar y tener hijos. Los hombres apreciaban el habra y shahma (carne blanda y grasa): una mujer entrada en carnes irradiaba promesas eróticas. Las flacas solo les podían ofrecer unos huesos al marido. Si él le hace el amor, ella le pincha. Ya lo dice el proverbio árabe: los hombres aman la carne, y los perros, los huesos.

Pero Occidente ha impuesto su dictado de moda y ha hecho de la mujer bella una réplica de Barbie. Ahora hay que someterse a regímenes austeros para perseguir el menor relieve de grasa.

¡Ahí hay un problema! Nuestros hombres fantasean con cuerpos femeninos delgados, pero ‘amrin (rellenos), no planos. Quiero palpar redondeces en ciertas partes: pechos, caderas y culo. Si no, a la mujer se la llama jushba (tabla), wasla (tabla del pan), farraka (tabla de lavar), mafshusha (desinflada), masluta (desbrozada), ‘al·laka (percha)…

En Occidente, después de que dos modelos de cuerpo raquítico hubiesen fallecido por anorexia, muchas marcas contratan ahora a modelos con curvas.

A las chicas las hacían engordar forzándolas a ingerir grandes cantidades de comida

Kim Kardashian, animadora de televisión estadounidense y estilista, se hace famosa en las redes sociales al mostrar orgullosamente su culo, con vestimentas muy ajustadas. Un culo enorme, cuyo secreto preocupaba a la prensa, a la que finalmente se lo ha revelado: no tiene implantes de nalgas, pero se hace inyecciones de cortisona cada año. Tiene contratado un seguro de 21 millones de euros para su culo.

Ya lo dice el proverbio marroquí: Quien quiere belleza aguanta perforarse las orejas. Existen, de hecho, técnicas dolorosas, sí, pero que permiten redondear las curvas del cuerpo.

En varios países africanos y árabes, como Mauritania y el sur de Marruecos, en este caso entre los saharauis, se recurría al cebado. A las chicas las hacían engordar forzándolas a ingerir grandes cantidades de comida para acelerar el crecimiento del cuerpo y así atraer al príncipe azul. Durante unos diez días les metían comida por la fuerza, aunque la vomitasen: dátiles, pan mojado en leche o aceite, carne de camello, vasos de agua y leche y ludek (grasa de la joroba del camello). Se les ensanchaba el estómago y ellas seguían alimentándose con grandes cantidades de comida. Ese cebado también se les hacía a las chicas durante el noviazgo. Hoy, este método está desapareciendo.

La mujer saharaui debe ser gorda y dedica una atención muy especial al culo, que debe ser firme

También existe la práctica del lahguin, un método saharaui que se práctica en el sur de Marruecos, a partir de Gulimim. La mujer saharaui debe ser gorda y dedica una atención muy especial al muajira, el culo, que debe ser firme, rodeado de grasa. No se sienta en él, sino de lado, para evitar que se aplane. El lahguin lo lleva a cabo una profesional, de tres a cinco veces por semana, antes de la boda. En la orilla del mar, esta mujer introduce un tubo en el ano de la chica para inyectar entre dos y tres litros de agua de mar en el intestino, lo que permite inflar las nalgas y le aumenta el peso. Es un método raro, pero que todavía existe en Marruecos y Mauritania, cada vez más criticado por los médicos y los jóvenes.

En todo Marruecos, muchas mujeres quieren ser delgadas, pero con un culo voluminoso. Quienes tienen los medios recurren a la cirugía estética: inyección de grasa en las nalgas o implante de prótesis. Hay tal demanda que una de las estrellas de la cirugía estética en Marruecos llama esta técnica el “Moroccan butt”.

Quienes no tienen recursos utilizan el método de la gula, kal·lush o lagdira (ánfora de cerámica) para engordar las nalgas, las caderas y los senos.

Hoy día, las mujeres consumen sustancias como el dardak, un producto químico para animales

Es el viejo método chino de las ventosas (alkorarat) utilizado por la medicina tradicional para curar ciertas enfermedades. Solo que en este caso se usa una ánfora de boca ancha. Dentro se coloca un trozo de algodón empapado en alcohol de quemar y se enciende. El calor crea un efecto de depresión y la ánfora se pega a la piel. El efecto de aspiración dilata e infla la piel y los músculos. Las profesionales que practican este método lo han aprendido sobre la marcha. Hacen falta varias sesiones y el riesgo de quemar la piel es enorme. Pero no importa: hay que estar guapa.

Aparte, siempre ha habido productos naturales para engordar, sin riesgo para la salud. Pero hoy día, las mujeres consumen sustancias peligrosas, como el dardak, un producto químico destinado a engordar a los animales. El dardak, conmpuesto de corticoides, está muy difundido; se vende en el mercado negro en las herboristerías y en algunas tiendas de perfumes. Se trata de grágeas que se pueden triturar y mezclar con un jarabe, que se vende en farmacias, para estimular el apetito. El dardak puede provocar graves afecciones renales y cardíacos.

El interés por las curvas existe en todo el mundo. Basta con ver en internet las ofertas de productos milagrosos, el número de vídeos que elogian técnicas o productos para ingerir, supositorios, cremas… También basta con ver a ciertas mujeres youtubers marroquíes que exhiben sus generosas nalgas y consiguen tener miles de visitas. Un éxito que yo no voy a tener nunca cuando exhibo mis ideas en un artículo como este. Porque siempre atrae más el culo que la mente…

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© Soumaya Naamane Guessous | Primero publicado en 360.ma · 16 Jul 2021 | Traducción del francés: Ilya U. Topper

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