ritos


Una tora en una sinagoaga de El Cairo (2016) | | © Alicia Alamillos
Una tora en una sinagoaga de El Cairo (2016) | | © Alicia Alamillos

En la concepción del judaísmo ortodoxo, el cumplimiento de los ritos es fundamental para formar parte de la comunidad judía. La extrema importancia que se le da a la fiel observación de las leyes  basadas en la Tora y detallas en el Talmud lleva incluso a «trampas» para poder cumplir con la letra de la ley, aunque no corresponda ya a su espíritu.

El primer rito por el que debe pasar cada niño (varón) judío es la circuncisión (brit milá en hebreo). Es el rito más esencial y se practica  siete días después de nacer.

A la edad de 13 años, los varones celebran su bar mitzva y a partir de este momento se consideran responsables de sus actos respecto al cumplimiento de las leyes religiosas; ahora pueden leer la Tora en público. La fiesta se celebra normalmente el primer sábado después del cumpleaños y el acto más ceremonioso es la lectura de la Tora en la sinagoga. Las chicas alcanzan su bat mitzva a los 12 años, pero tradicionalmente no se realiza una fiesta similar, dado que ellas no pueden leer la Tora ritualmente.

Halaja

Cumplido la bar o bat mitzva, que corresponde al rito de la confirmación cristiana, los jóvenes deben cumplir las normas de la halaja. Ésta, basada en la Tora y sus interpretaciones, recogidas en el Talmud y el Midrash, prevé un sinfin de regulaciones para los gestos más comunes del día. En muchas comunidades judías ortodoxas se sigue cumpliendo de forma rigurosa.

Otro rito fundamental consiste en marcar la casa donde reside un judío colocando una mezuza en el marco de la puerta. Se trata de una cápsula alargada, bien de metal, cristal, madera u otro material, que contiene un pergamino  con un verso de la Tora escrito a mano.

Festivos

Aparte del shabat (sábado), de descanso obligado, el calendario judío enumera varias importantes fiestas que casi siempre se asocian a hechos relatados en la historia bíblica Las fechas concretas oscilan respecto al calendario gregoriano (utilizado actualmente en casi todo el mundo) dado que el calendario hebreo es lunisolar.

Mezuza en un edificio público de Jerusalén (2014) | © I. U. Topper / M'Sur
Mezuza en un edificio público de Jerusalén (2014) | © I. U. Topper / M’Sur

Hilula

La hilula (hiloula o hilloula en ortografía francesa) es una peregrinación local, muy similar a la tradicional romería española y el musem musulmán en el Magreb. Se trata de una tradición del judaísmo magrebí que no existe en ninguna otra rama judía, exceptuando el día del sigd entre los falasha etíopes. El término se deriva del hebreo hillel, ‘cantar con júbilo’, también raíz de la palabra aleluya. No tiene base en las escrituras sagradas judías ni en el talmud, pero entre los judíos magrebíes se considera una parte fundamental de la vida social y religiosa.

El destina de la hilula es siempre la tumba de un importante rabino, denominado a menudo tsadiq (‘hombre justo’ en hebreo, aunque traducido a menudo como ‘santo’). Durante uno o varios días, judíos de toda la región, y a menudo de otros países, acuden a la tumba, donde se reza, recita, canta, se bebe mahiá, el tradicional aguardiente marroquí, se hacen ofrendas monetarias y se formulan votos para recuperar la salud o la fertilidad. Además es tradición comprar velas que se echan a una hoguera o un horno encendida cerca de la tumba.

Todo el rito tiene carácter festivo y alegre. Aunque últimamente se han visto señales que piden un ‘atuendo decente’ para las mujeres, las jóvenes aprovechan para mostrarse elegantes y la fiesta se convierte en oportunidad de hacer amistades.

En Marruecos se conocen unos 600 ‘santos’ pero también en Argelia y Túnez se realizaban hilulas. Entre las más conocidas de Marruecos destaca la del rabino Haim Pinto en Essaouira. La emigración masiva de judíos marroquíes en los años cincuenta y sesenta llevó esta tradición a Israel, donde hoy también se realizan algunas hilulas.